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Sandra Gómez, este jueves, en su visita a La Ceramo. Irene Marsilla

La Ceramo, ante su enésima resurrección

El Ayuntamiento plantea una rehabilitación del edificio tres años después del último estudio arqueológico

Álex Serrano

Valencia

Jueves, 17 de diciembre 2020, 19:28

Entrar en la Ceramo sorprende. Por varias razones. La primera, por su mal estado: malas hierbas, tejas que se resquebrajan bajo los pies y plumas de paloma por todas partes. La segunda, por su buen estado, aunque parezca una contradicción. En las vigas del techo aún se ven los números que marcaban el modelo de pieza cerámica que se colgaba de unos clavos que siguen ahí y las balsas de decantación del barro, así como los hornos, son claramente visibles. En alguna sala del laberíntico edificio, dicen en voz baja los técnicos, se guardan incluso piezas cerámicas fabricadas allí pero sin valor económico alguno. Y la tercera, es que no es la primera vez que el Ayuntamiento organiza una visita para anunciar la intención, firme, de rehabilitar el edificio. En 2017 lo hizo el entonces concejal de Urbanismo, Vicent Sarrià, y este jueves lo ha hecho su sucesora en el cargo, la vicealcaldesa Sandra Gómez.

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La concejaal visitó la fábrica para anunciar que ya se está en licitación el proyecto de rehabilitación de esta antigua fábrica de cerámica, que supondrá una inversión de 250.000 euros. «Este edificio constituye un ejemplo excepcional de arquitectura industrial y unos valores históricos, etnográficos, sociales y arquitectónicos de gran relevancia por su singularidad», destacó Gómez, que prevé que «las obras podrán empezar a lo largo de mandato». La Ceramo es el único representante de los escasos restos industriales de fabricación de mayólicas que se conservan en la ciudad. En el barrio también está Bombas Gens, que fue rehabilitada por un fundación privada. Para Gómez, la Ceramo «es una pieza cuya integridad ha de prevalecer en cualquier futuro proyecto de rehabilitación y puesta en valor del edificio».

El Consistorio mantener la estructura general del edificio sin alterar su configuración exterior e interior. La intervención recuperará la imagen de las estructuras originales del conjunto y les devolverá sus características originales. Igualmente, la rehabilitación en su grado de restauración consolidará y conservará todas las estructuras y construcciones originales, así como sus emplazamientos iniciales, y adaptará el diseño de las zonas para los usos futuros a estos espacios, sin alterar su configuración original.

En cuanto a la reforma, conllevará la reposición de elementos perdidos o deteriorados, así como la eliminación de otros considerados impropios (se catalogan así un edificio añadido con posterioridad o los muros de cierre del patio que daba a la leñera, pues originalmente se trata de un espacio abierto). De acuerdo con el estudio realizado por el servicio de Urbanismo, no se podrán demoler ni alterar los elementos que gocen de protección y especial singularidad, así como los que se encuentren ligados a la producción que se dio en sus instalaciones, también los espacios de acceso y la distribución interior, como la estructura muros y constructiva original, los espacios de producción, todos los elementos y maquinaria relacionados con la producción de cerámica o las pinturas murales y grafitis, así como la crujía de fachada con sus elementos decorativos interiores y exteriores.

Tal como explicó Gómez, previamente a la redacción del proyecto de rehabilitación, se realizará una campaña de intervención arqueológica con un doble objetivo: por un lado, detectar los posibles restos de la antigua Alquería de Cucala, situada presumiblemente en la zona actual de leñera; y, por otro, documentar estructuras relacionadas con la fábrica (que en estos momentos no han sido halladas): un pozo de suministro de agua, antiguas cisternas o un posible refugio antiaéreo de la Guerra Civil, entre otros elementos.

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Respecto al uso, la vicealcaldesa precisó que se mantendrá un espacio de interpretación sobre la fabricación de cerámica pero, sobre todo, de implantación, como una dotación pública que mejore la calidad de vida de los vecinos de Benicalap. El edificio incluirá una zona de interpretación donde se recuperará la historia del edificio y otra zona social que servirá, dijo Gómez, para mejorar el entorno más inmediato y que podrá albergar un uso social; también de conservación, en tanto que podrá mantener una colección estable de herramientas, moldes, piezas, documentación, entre otros elementos, de la antigua fábrica; y un uso funcional, al poderse establecer vínculos con otros museos, como el de Etnología o El Museo Nacional de Cerámica González Martí y promover rutas complementarias.

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