La ciudad de Valencia dice adiós a una de sus tiendas más emblemáticas. Tras 57 años de historia, Deportes Arnau baja la persiana. «Las franquicias han copado el mercado de las ciudades y la compra por internet ha absorbido a la gente joven. Se han acabado apoderado del pequeño comercio», asegura Pipo Arnau, dueño del local.
Publicidad
Según el empresario esta es «una de las causas» que le han llevado a tomar la decisión. La otra, confiesa, «que uno ya ha llegado a una edad, me he cansado y mis hijos no quieren seguir con el negocio porque son muchas horas, mucha dedicación y ver muy poco a tu familia».
Ubicado en el número 13 de la calle Alicante, Deportes Arnau nació en 1961 de la mano de Pipo, de su padre Pepe y de su hermano Eduardo. Ellos pusieron en marcha un negocio que ha sabido adaptarse a los tiempos a pesar de que «en los años 60-70 el deporte no estaba tan bien visto como ahora», dice. «De hecho, cuando yo hice el servicio militar jugaba al baloncesto y necesitaba tener libre los fines de semana para poder ir a jugar. En el cuartel me decían que todo eran excusas porque lo que buscaba era no hacer las guardias del fin de semana», recuerda con una sonrisa. «Al final, el Capitán General de Valencia me hizo un permiso especial para que todos los viernes me dejaran ir a jugar a donde fuera y todos me miraban con cara de extrañados». Y es que, según recuerda, «el deporte lo practicábamos una minoría. Había mucho fútbol pero el resto de deportes eran menos conocidos, no como ocurre ahora», asegura.
A pesar de ello, Deportes Arnau ha conseguido capear el paso del tiempo. «Nuestro éxito, básicamente, ha sido algo que ahora se está perdiendo; el trato personal con la gente. Nosotros éramos más que una tienda, éramos como un centro de reunión. La gente venía a nosotros para comparnos algo y para pasar el rato».
Durante este más de medio siglo al servicio de los valencianos, por las instalaciones han pasado muchos rostros conocidos del mundo del deporte. Y es que, la familia de Pipo ha estado muy vinculada a ese mundo.
Publicidad
Pipo nunca olvidará, según cuenta, la visita a su tienda de Michael Jordan. «Fue hace unos 10 años», apunta.
También han pasado por ahí 'grandes amigos' como Kempes, Giner, Tendillo, Albelda, Palop, Cañizares, Carboni, al que define como «un tío encantador», o Españeta, «el que más atracción causaba cuando entraba porque firmaba todos los balones del Valencia que tenía. Se sabía la firma de todos los jugadores», recuerda.
«¿Sabes lo que no quiero?», dice Pipo. «Tengo claro que lo que no quiero es acabar jugando al dominó o engancharme a comidas diarias», contesta a la pregunta de qué es lo que va a hacer a partir de ahora.
Publicidad
Pipo tiene varios proyectos entre manos, como cuenta. Uno de ellos, aunque no puede desvelar mucho por ahora, es montar una escuela de baloncesto en Valencia. «Quiero crearla con unos amigos, a ver si la ponemos en marcha».
Además, también revela que quiere escribir un libro sobre el deporte en Valencia «y las cosas que han pasado en la ciudad a través de los años».
Empieza febrero de la mejor forma y suscríbete por menos de 5€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
La víctima del crimen de Viana recibió una veintena de puñaladas
El Norte de Castilla
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.