![Cierra el histórico Mas Masiá de la plaza de la Merced](https://s2.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2023/10/11/MASMA-R6O8j0tKsyAaGSahEjO5Z7N-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
![Cierra el histórico Mas Masiá de la plaza de la Merced](https://s2.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2023/10/11/MASMA-R6O8j0tKsyAaGSahEjO5Z7N-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
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«Gracias »Gracias a Valencia y a todos los valencianos por confiar en nosotros y acompañarnos en el camino durante 66 años (1957). Ha llegado el momento de decir ADIÓS a este establecimiento y comenzar una nueva etapa«. Este mensaje junto a letreros de 'Liquidación' se lee desde hace unos días en el escaparate de uno de los negocios más emblemáticos de Valencia; en la tienda Mas Masiá de la plaza de la Merced, »el buque insignia de la firma«. La despedida que anuncia el comercio suma una gota más en la sangría de cierres de históricas tiendas del centro de la ciudad. Ese entramado de calles donde rezuma el aroma social del comercio crecido al calor de su catedral, el Mercado Central, lleva mucho tiempo cambiando el perfil.
Sí, Mas Masiá, la de la Plaza de la Merced cierra. Lo confirma a LAS PROVINCIAS David Mas-Masiá, el último gerente junto con su hermana Arantxa de este sede de la firma que levantó la persiana en 1957 para extender el plástico que entre finales de los años cincuenta y la década de los sesenta del pasado siglo se asentó en una sociedad deseosa de la comodidad -por su facilidad de limpieza- que tan innovador producto trajo consigo. «Fuimos pioneros en introducir el hule, las cortinas de baño, las flores y las plantas artificiales», apunta David. Menaje de hogar, cubiertos, platos, vasos, juguetes... Todo se encontraba en Mas Masiá. Se despide esta sede, otras que en distintos puntos de la ciudad muestran la misma marca seguirán como ha podido confirmar LAS PROVINCIAS. Son establecimientos de otros miembros de esta familia que baja la persiana de la tienda matriz.
Desde los mostradores de este comercio se han despachado «millones de palanganas y cubos para fregar el suelo». No cabe duda de que Mas Masiá entró en la casa de los valencianos para vestirla de arriba abajo convirtiéndose en inseparable compañera de la vida doméstica. Las palanganas, que hoy cuesta encontrar más de lo que en principio se puede pensar allí, se han vendido de todo tipo: «Con asas y sin asas»y de cualquiera de los modelos que se buscaran. «Esas palanganas eran las que servían para bañar a los niños», recuerda David Mas-Masiá antes de apuntar que los «los bidets adaptables al inodoro» fueron también innovaciones de la firma.
Todo comenzó en manos de los bisabuelos de David en 1854 en la calle Calatrava 1 y 3 donde abrieron Casa Masiá. «Allí vendían esteras, alfombras, mimbre». Cuando el hijo del fundador, Salvador Mas Masiá mostró su espíritu emprendedor «abrió más establecimientos en Músico Peydró (Calzados Mas) y Calle Linterna (Plásticos Mas-Masiá) donde empezó a vender artículos de plástico», señala el último gerente de la casa de la Plaza de la Merced. Todavía hay valencianos que recuerdan haber adquirido en aquella tienda de calzados unas zapatillas Bamba Pirelli para calzar una infancia que se maravillaba al contemplar cómo los dependientes de la casa bajaban con una especie de ganzúa las cajas de la talla solicitada desde altas estanterías y sin que aquella pila de producto se desmoronara.
Y más. David apunta que en las instalaciones de Músico Peydró llegaron a fabricar producto propio a partir del «plexiglás», un material flexible que «permitía hacer impermeables, gorros, fundas para zapatos, paraguas y hasta corbatas de plástico». El éxito que esta hazaña comercial reportó a Salvador, el abuelo de David y Arantxa, llevó a que en 1957 el emprendedor inaugurara el edificio Mas Masiá de Plaza de la Merced al que David se refiere como «buque insignia del apellido».
El 10 de marzo de aquel señalado para los valencianos año 1957 «mi abuelo inauguró el edificio». Salvador Mas Masiá dio «un pequeño discurso dirigido a amigos, vecinos y valencianos que no quisieron perderse el evento junto a una Senyera y la bandera de España que yo he llegado a ver en los dos grandes mástiles instalados en la fachada», recalca el nieto del impulsor de la tienda que ahora se despide.
En aquella época estaban abiertas al público cuatro plantas del edificio, el resto acogía oficinas y almacenes. «Durante 66 años nos han acompañado decenas de trabajadores que han sido testigos de los miles de productos de plástico que por aquí han pasado», recuerda el bisnieto del iniciador de la saga, que se muestra emocionado cuando relata el acontecer de este establecimiento que cierra por varios motivos. «El consumo ya no es el mismo», pero además «mi madre se ha jubilado y un empleado que trabaja con nosotros desde 1971 se va a jubilar en breve».
David Mas-Masiá apunta que están preparados para nuevas aventuras comerciales después de una larga experiencia en la que «buscar la calidad» ha sido clave para el éxito. Hace unos años lo vieron venir y diversificaron su negocio hacia el ámbito de la actividad turística. La sociedad es otra, Valencia es distinta. Pero dice David que los «rótulos no los vamos a quitar».
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