M. GUADALAJARA
VALENCIA.
Jueves, 15 de octubre 2020, 00:27
Como un castigo, así es como los usuarios reciben los paros que desde hace un mes sufren al menos una vez a la semama. Ayer la ciudad vivió una nueva jornada de servicios mínimos en le red de autobuses.
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«Entre la huelga y el virus coger el autobús es un castigo, soy de riesgo y tengo pánico», decía Antonia Molina que desde primera hora de la mañana de ayer sufrió los retrasos de entre media hora y 50 mínutos en las frecuencias de paso de la EMT.
Asumen que les toca madrugar ya sea por no llegar tarde o por evitar aglomeraciones. «Cada día de paros espero durante una hora al autobús, por mucho que madrugue, llego tarde siempre», se quejó Sara Navarro sin quitarse los auriculares. Desde antes de las siete de la mañana ya esperaba en Blasco Ibáñez para coger la línea que le lleva al Instituto de La Patacona. En la misma marquesina, estaba apoyada Vanesa Roig que pese a respetar los motivos de los conductores para convocar la huelga se pregunta si no hay otra manera. «Podrían pensar en la gente, tenemos que soportar que vayan llenos los autobuses y además de esperar», protestó.
Fue precisamente un miércoles de hace ahora un mes cuando el comité de empresa acordó, respaldado por los conductores, hacer paros parciales en horas puntas, además de llevar a cabo una serie de movilizaciones. Los usuarios vuelven a soportar los servicios mínimos debido a la falta de acuerdo entre la dirección de la compañía municipal y el comité de empresa para negociar los puntos económicos del convenio colectivo, además de otras reivindicaciones sobre la protección frente al virus durante las rutas de los conductores. La cuerda que no ha dejado de tensarse, se ha roto. Los conductores de la EMT no van a levantar los paros; seguirán el próximo miércoles 21 y el 31 de octubre entre las siete y las once de la mañana y entre las cuatro y las ocho de la tarde. Y se alargarán hasta noviembre.
Además, los trabajadores se concentrarán cada día de huelga frente al Ayuntamiento, empezaron ayer. «La EMT está pasando por dificultades que no tenemos porque pagarlas los trabajadores», dijo el presidente del comité de empresa, Gabriel de las Muelas. Y es que la empresa municipal no atraviesa su mejor momento, las pérdidas económicas no ayudan mientras sigue bajo la sombra del fraude de cuatro millones de euros y la salida del exgerente. La vacante sigue sin candidato y en el aire, la empresa no aclara el proceso que seguirá para la entrada del nuevo gerente pese a que la oposición en el Ayuntamiento haya reclamado que sea por libre concurrencia.
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