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Ambiente de compras en el centro de Valencia este jueves.

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Ambiente de compras en el centro de Valencia este jueves. Damián torres

Las inevitables compras navideñas de última hora

Los mercados y las tiendas del centro de la ciudad reciben gran afluencia de la clientela a última hora de la campaña | El ambiente festivo se respira en las calles y el «espíritu navideño» empuja al consumo en los días previos según la Unión de Consumidores

Mar Guadalajara

Valencia

Miércoles, 23 de diciembre 2020

Con un gorro de Navidad y con las paradas adornadas recibieron a la clientela aún tímida en la mañana de ayer en el Mercado Central. Los comerciantes preparaban encargos y atendían las primeras ventas aún con cuentagotas. Pero a lo largo de la mañana de ayer los ánimos se fueron caldeando y el Mercado recuperaba poco a poco ese ambiente propio que se respira los días previos a la Navidad.

«Como este año estaremos solos mi mujer y yo, nos vamos a dar algún capricho», reconocía un cliente que en el último momento había animado a su esposa para cocinar «algo más propio de una cena de Nochebuena». Ese impulso, esa ilusión que saca a la gente de sus casas justo antes del esperado día se debe al llamado «espíritu navideño». Así es el fenómeno que describen desde la Unión de Consumidores como habitual en los días previos a la Navidad:es incontrolable, incorregible, pero forma parte de la tradición de la campaña.

«Siempre ocurre, incluso este año que viviremos unas Navidades muy diferentes, pero la gente ve cómo se aproxima la fecha y crece la ilusión que te lleva a querer regalar a alguien, a ti mismo, o comprar algo más especial para comer, para decorar la casa, y eso es el por el ambiente de la Navidad», explica el secretario de la Unión en la Comunitat, Vicente Inglada que aunque reconoce que es un «mal hábito» dejar las compras para última hora, en estas fechas resulta «incorregible».

Eso mismo ocurrió ayer en la ciudad, pese a las recomendaciones del Consell o de la propia Unión del Consumidor de adelantar las compras, en la ciudad por fin parecía llegar la Navidad.

«La gente tiene ganas de celebrar y aunque hay quien no ha comprado tanta cantidad si que se nota que quieren cenar bien esta Nochebuena», aseguran desde el Mercado Central que las compras se sucedieron durante todo el día puesto que muchos prefieren ir a la compra cuando hay una menor afluencia, según aseguró la gerente de este mercado, Cristina Oliete. Mercavalencia también señaló que en este año tan complicado algunas las compras para Navidad se han adelantado pero gran parte se dejan para el último momento y se hacen por encargo, en función de las necesidades del cliente final.

Las restricciones por la pandemia se traducen en unas Navidades más caseras, según explicó el secretario de la Unión de Consumidores que tanto el toque de queda como el límite de personas en las reuniones con familia y amigos repercutirán en la bajada del gasto; que en el caso de los valencianos será de un 40%. El descenso, sin embargo, no afecta a la cesta de la compra de Navidad ni a los regalos, sino a las cenas en bares y restaurantes o al gasto en ocio.

Si en el Mercado Central las compras se sucedieron durante todo el día, en el caso de las tiendas del centro fue a partir del mediodía cuando la afluencia empezó a ser mayor. La calle Colón parecía un desfile de bolsas, paquetes, grandes s y pequeños en un trasiego que inundó el centro.

En los comercios y tiendas no daban crédito después de una campaña navideña «más floja» de lo habitual incluso los dependientes en las tiendas agradecían que hubiera «movimiento y trabajo» después de haber estado días «completamente parados», relataba un empleado contratado temporalmente con motivo de las fiestas.

Hay quien aprecia el lado más sentimental de hacer las compras de los regalos a las puertas de la Navidad, lo asumen como un ritual o una tradición que perpetúan de año en año . «Salimos juntas, mi hermana, mi madre y yo, siempre este día, comemos por ahí, y pasamos toda la tarde buscando los regalos», decía una mujer que esperaba en la cola a la entrada de una de las tiendas de la calle Colón. Mientras, para otros este año no entraba en sus planes gastar el dinero en regalos por la imposibilidad de juntarse con la familia para repartirlos pero no pudieron resistirse a darle un buen final a un año tan duro: «al final hemos pensado en hacerles un detalle y enviárselos a casa de cada sobrino», explicó otra clienta.

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