Compromís y el PSPV mantienen su crisis abierta por los presupuestos

Campillo hizo ayer eso tras responder a una pregunta sobre la nueva discrepancia abierta entre el PSPV y Compromís a cuenta de los presupuestos del Gobierno para 2022, una crisis teñida con descalificaciones y frases que rozan el mal gusto entre responsables de ambas formaciones.

Todo empezó el miércoles durante la presentación de las cuentas estatales el próximo año. La lectura que hizo Compromís, a través del alcalde Joan Ribó, y la que hicieron los socialistas, socios de gobierno en el Ayuntamiento, fueron tan opuestas que parecían leer documentos diferentes. Eso es lo que destacó Sanjuán en un tuit el jueves que ayer traía todavía mucha cola.

El delegado de Hacienda dijo: «Joan, para 2022 cercanías sube desde 18 a 180M, más 300M de transf a GVA para movilidad. Te dejo las aplicaciones presupuestarias (buscarlo es algo farragoso e imagino que sólo has contado la memoria de objetivos). Quedará camino, pero multiplicar por 10 en PGE es buena noticia».

Aquello originó una réplica de la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, con el ya famoso hastag «#NiALaSuelaDelZapatoSudao» en clara referencia a Sanjuán y su comparación con Ribó, que fue 'contrarreplicado' por la vicealcaldesa Sandra Gómez, la portavoz socialista recién aterrizada de su baja maternal.

Ayer, tanto Campillo como Sanjuán intentaron dar todas las explicaciones de manera sosegada, aunque es evidente que el poso dejado por la última crisis no es el mejor preludio para negociar los Presupuestos del Ayuntamiento de 2022. Y eso que la vicealcaldesa aseguró el jueves que no veía ningún problema en aparcar diferencias y acordar las cuentas, aunque eso habrá que ver si se incluyen todas las inversiones e incrementos de personal que dio por hecho la responsable socialista en la sede del partido.

En cuanto a los Presupuestos del Estado, Campillo señaló que desde la «parte de Compromís creemos que son insuficientes y eso entra en la normalidad en partidos que son diferentes. Lo que haremos será reivindicar lo que nos parece lógico con el diputado Baldoví. No le daría más importancia», subrayó.

Fue después el turno de Sanjuán, quien argumentó que «las diferencias de opinión no afectan al gobierno. Yo no digo que sean suficientes, pero sí que van en la dirección correcta, son mejores que los del año pasado».

Explicó que sumando las transferencias «superan el techo poblacional y esto es un hecho histórico, no quiere decir que sean perfectos. Lo que ha ocurrido aquí es que todos podemos discrepar, y que lo único sobre lo que opinaba yo era la veracidad de los datos que se estaban dando por una cuestión que es perfectamente disculpable, los datos manifestados no eran correctos porque formaban parte de un tomo de presupuestos que no era el de inversión y de hecho, las cifras eran de miles cuando las críticas se referían a millones».

La granada ya estaba lanzada en la sala de prensa al aludir a lo que los socialistas consideran un error de análisis de cifras en la crítica principal de Ribó sobre las obras previstas en Cercanías. «Evidentemente, el dato era incorrecto, algo que nos puede pasar a cualquiera en cualquier momento. Todos tenemos la capacidad de equivocarnos y rectificar. También digo que un respeto mínimo entre personas es lo que debe haber, creo que expresiones como 'zapato sudao' por parte de algún cargo público no son las adecuadas. Que nadie se guarde las diferencias pero que todo el mundo guarde las formas», finalizó.

El vicealcalde Campillo dijo estar de acuerdo en parte de las palabras dichas por Sanjuán, aunque con matices. «Estoy de acuerdo, pero nunca se me ocurriría hablar del presidente de la Generalitat como 'Ximo', creo que estoy de acuerdo y lo demás lo respeto; dicho eso yo por mi parte cierro la rueda de prensa», claramente incómodo por el tuteo del concejal de Hacienda al alcalde Joan Ribó.