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B. CRUAÑES
Valencia
Martes, 17 de mayo 2022, 20:12
El reciclaje se va abriendo paso en la sociedad valenciana sin prisa pero sin pausa. Desde la incorporación definitiva de los contenedores marrones en todos los municipios del área metropolitana de Valencia a finales de 2021 se han recogido más de 25.646 toneladas de materia orgánica y residuos biodegradables. Recordemos que el contenedor de residuos marrón es una división del contenedor gris en el que solíamos depositar los desechos que no fueran plástico, vidrio o cartón.
A día de hoy la gran acogida de estos contenedores dice mucho de la predisposición ciudadana por contaminar menos. Una buena parte de esa labor reside en el compromiso con el reciclaje. En concreto con la separación de los residuos orgánicos en los contenedores ya que la función de estos desperdicios es servir de compost, un material que puede ser usado como abono y fertilizante o, incluso, como combustible energético.
De hecho un 40% de la bolsa de basura que generamos contiene residuos orgánicos que podrían ser aprovechables como compost, lo que nos puede servir de aliciente para cambiar el paradigma de consumo hacia un modelo de producción circular mucho menos nocivo para el medio ambiente y en el que los residuos vuelvan a servirnos como materia prima.
Es bien sabido que en los próximos años la sociedad se enfrenta al reto de reducir la producción de residuos cuya acumulación desborda los vertederos cada año. Por eso desde las instituciones se debate sobre la importancia de la concienciación ciudadana y el trabajo de los educadores ambientales que resulta clave para resolver el desafío del reciclaje tanto a nivel comarcal, estatal y europeo.
Diferencias entre contenedor marrón y el gris
A diferencia del gris, el contenedor marrón está destinado para los residuos biodegradables y desechos orgánicos, es decir, todo aquello que se descomponga en un período de tiempo relativamente corto.
Al contenedor se arrojan los residuos de alimentos como las cáscaras y pieles de frutas, restos de carnes, pescados, verduras, posos de café o bolsitas compostables de infusiones.
Residuos orgánicos por otro lado son papeles y cartón manchados de grasa o aceite (como las cajas de pizza), pequeños restos vegetales de flores y hojas o tapones de corcho y serrín.
Por el contrario, los restos que no sean orgánicos van destinados al contenedor gris como son las toallitas higiénicas, los tampones, las compresas, pañales, chupetes, biberones, la arena para las mascotas, polvo, pelo, colillas, productos de limpieza, objetos de cerámica, ceniza, plásticos, ramas de poda ni aceites de cualquier tipo.
Para el año 2024 todas las comunidades autónomas y entidades locales estarán obligadas a disponer de los contenedores marrones para depositar los residuos biodegradables.
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