Las cuatro zonas de riesgo en carriles bici de Valencia

El estudio se realizó a raíz de una propuesta declarada viable en los presupuestos participativos y concluyó que los itinerarios ciclistas son útiles por el aumento del transporte en bicicleta y patinete eléctrico, además de contribuir al descenso de la contaminación y a la reducción de vehículos a motor en esas rutas. Todo esto fue destacado por el gobierno municipal al publicitar el contenido del informe.

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Por el contrario, pasó a un segundo plano entonces las recomendaciones para mejorar o modificar la planta viaria en cuatro zonas. La primera y más importante es el cruce de la avenida Reino de Valencia con la calle San Valero, donde pasa de estar en la parte izquierda a la derecha de la calzada. Esto provoca entre otras consecuencias que sea frecuente para los usuarios de bicis y patinetes saltarse el semáforo cuando lo tienen en rojo. En la misma avenida pero en el cruce con Peris y Valero se encuentra la segunda zona susceptible de mejorar en seguridad, apuntando a un nuevo paso de peatones, mientras que en la Gran Vía Marqués del Turia se encuentra la tercera y en la avenida Constitución la cuarta, en este caso con un problema común en otras calles de Valencia.

Se trata en este último caso del riesgo de accidente por la cercanía del carril bici con una zona de estacionamiento en cordón, sin más separación que un bordillo, de tal manera que la apertura de la puerta del coche puede golpear al ciclista.

En el informe se indica que ahora se contabilizan sólo los accidentes con heridos, con lo que es inviable la comparativa con lo que ocurría hace años, antes de la construcción de los carriles ciclistas. El concejal del grupo popular Carlos Mundina indicó que entre las deficiencias destacan la «falta de mantenimiento de la señalización horizontal en los tres carriles bici analizados, y el giro brusco en el cambio de carril del de Reino de Valencia, así como la escasa separación entre la banda de aparcamiento y el carril bici de la avenida Constitución».

Para el edil es «evidente que los carriles bici, como ocurre en el de la calle Colón, tienen puntos críticos para la seguridad tanto de los ciclistas como de los viandantes. El caso más grave es el de Colón, pero ahora este informe pone en evidencia que otros presentan puntos críticos».

A modo de ejemplo citó que a la altura de la calle San Valero, la ciclovía pasa del lado izquierdo al derecho generando un cruce fuera del cruce de ejes viales. «El ciclista se encuentra con dos cruces (San Valero y Gregorio Mayans) sumado al que se genera por el cambio de ubicación de la ciclovía en 65 metros. Por lo que, es probable que la señalización en el cruce por cambio de ubicación no sea respetada en todos los casos por ser una situación inesperada o generar una alta densidad de obstáculos». Afirma el informe que «se ha notado algo forzoso el cambio de trayectoria para buses que atraviesan dicho punto. Se considera que, si bien la señalización es adecuada, se recomienda un mantenimiento continuo de la señalización, especialmente horizontal». En el caso del cruce con Marqués del Turia, el conflicto es con los peatones.