El debate sobre las esculturas sexuales en la Marina llega a la red

¿Es la Marina el espacio adecuado para las esculturas sexuales de Antoni Miró? La polémica suscitada a raíz de su colocación en la parte exterior de la antigua base del Alinghi, transformada ahora en un espacio cultural, ha saltado también a la red, donde el artista alcoyano cuenta con el apoyo de gente que defiende la idoneidad de mostrarlas por su naturalidad mientras que otros internautas abogan por trasladarlas a un espacio cerrado, donde la gente pueda decidir si entra a o contemplarlas o no.

Así, usuarios como Marcelino4321 resaltan que «peor es la violencia física, verbal y pasivo-agresiva que a todas sale en televisión» o PePdiu2 recuerda el maltrato animal mientras que otros internautas apuntan la presencia de figuras similares en las casas de Pompeya o, sin ir más lejos, en las gárgolas de la Lonja de la Seda o en algunas iglesias.

Para Penoso el problema radica en que la exposición se realiza en un sitio público «a costa del erario público. Si al menos acotaran el recinto de la exposición y que fuera el que quiera, entonces no habría noticia. La libertad ante todo pero esto puede ofender a muchas personas».

En la misma línea, FranAuditore que resalta que «no tengo por qué privarme de ir al puerto de Valencia con mis hijos a pasar la mañana porque a unos iluminados les ha dado por poner esculturas sexualmente explícitas en medio de la calle». Blavero, por ejemplo, recuerda que la Ley del Menor «les protege ante la pornografía» y señala que, como padre «tengo derecho a decidir cuando quiero que mi hijo pierda la inocencia en este aspecto».