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Sección de pescadería del Mercado Central de Valencia. Irene Marsilla

El declive de los mercados municipales de Valencia

El Ayuntamiento subasta 331 paradas, adjudica 25 y seis recintos no reciben ofertas por eso plantean la apertura de zonas gastronómicas para revitalizar el comercio local tras años de abandono

Lola Soriano Pons

Valencia

Jueves, 7 de septiembre 2023, 01:14

La realidad es tozuda. Los mercados municipales de Valencia se han quedado estos últimos años con 476 paradas vacías y este miércoles ha quedado patente que muchas así seguirán de momento, ya que de los 331 puestos ofertados por el Ayuntamiento de Valencia (entre paradas y algunos almacenes) en subasta en esta jornada tras el periodo vacacional, sólo se han adjudicado 25.

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La concejalía de Mercados y Comercios había programado una subasta de las paradas donde no hay actividad en doce mercados.

Se ofertaban 88 lotes, pero algunos de ellos incluían dos paradas o módulos, tres, cuatro y hasta cinco, pero sólo han encontrado nuevo dueño 25, las 306 restantes no han tenido éxito.

De los doce mercados municipales que aspiraban a completar los puestos, un total de seis se han quedado sin una sola oferta.

El recinto municipal del Grao, que ahora mismo ha terminado las obras de reforma, ya adjudicó seis puestos antes del verano, pero ayer se ofertaban otros siete que no han recibido oferta.

La situación en otros establecimientos comerciales, tampoco ha sido mejor. En Benicalap se ofrecían 46 puestos y nadie ha pujado. En Nazaret y Torrefiel salían a subasta 22 y tampoco han encontrado oferta.

En Rojas Clemente de las siete vacantes no se ha cubierto ninguna y en Benimàmet, mercado que se cerró durante la etapa del anterior gobierno, se ofrecían doce y nadie ha pujado. Este cierre ha ido teniendo efectos paulatinos porque los bares de alrededor han ido desapareciendo.

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Cabe destacar que si bien hay 467 puestos vacíos en los distintos mercados de titularidad municipal, en esta ocasión, se sacaban 88 lotes con 331 paradas y almacenes porque hay otros puestos que ayer no se ofertaban, ya que hay distintas obras pendientes que obligará a reubicar algunos de los puntos de venta.

El concejal de Mercados y Comercios, Santiago Ballester, ha querido dejar claro que durante los últimos años, con el anterior equipo de gobierno, se había dejado a los mercados abandonados, de ahí el aumento progresivo de paradas vacantes, pero ayer añadió que va a trabajar duro por revertir la situación.

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No hay que olvidar que en la última subasta del gobierno de Compromís sólo se adjudicaron 10, ahora sube a 25 y se ha conseguido completar la oferta de Algirós y Mossén Sorell y añaden que la idea es ir revirtiendo la situación heredada. «No vamos a parar. Vamos a seguir promocionando los mercados municipales y, por eso, haremos las subastas de las paradas trimestralmente. Haremos la próxima en el mes de diciembre».

Ha insistido en que la preocupación del actual gobierno es que los mercados «vuelvan a recuperar la actividad que tenían antes y alcanzar una ocupación, si es posible del 100%».

Una parada exterior del mercado de Ruzafa. Irene Marsilla

Una vendedora paga 5.100 euros por dos puestos exteriores de Ruzafa

En la subasta de puestos de mercados celebrada ayer, sólo se presentó una oferta por puesto en los distintos mercados y, por eso, se fueron adjudicando directamente. La excepción fue un lote, los números de paradas 55 y 56, que corresponden a una caseta que da a la calle, concretamente a la plaza de Barón de Cortes, donde sí ha habido puja. El precio de salida era de 662, 64 euros por un periodo de 20 años, con opción de ser prorrogable a otros 20, pero con las escalada de puja de seis ofertantes alcanzó el precio final de 5.100 euros. La mujer que regentará este espacio se llama María Magdalena Jiménez y lo destinará a venta de productos gourmet.

Esta valenciana trabajaba hasta ahora en el área de la asesoría y ha decidido reinventarse. «Soy valenciana, pero mi padre es de Córdoba y, cada vez que voy por tierras andaluzas, hay amigos que me piden que les traiga aceite o vinos. Por eso, ahora he decidido dar el paso y traer productos de la cooperativa de Montilla, como aceite, vinos, vermut o papas».

En la misma jornada de ayer tenía que abonar el dinero para hacer efectiva la adquisición y ahora tendrá quince días para pedir el permiso de obras o mejoras antes de abrir.

El hecho de que haya 467 paradas fuera de servicio preocupa mucho al nuevo gobierno y habrá que ver si hay que buscar una nueva fórmula para reflotarlos.

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En muchas ocasiones se ha llegado a debatir si abrir o no por las tardes y, de hecho, algunos mercados sí incluyen algunos días de apertura vespertina.

A esto se suman problemas que se han ido añadiendo. Así, por ejemplo, recientemente los vendedores tampoco vieron con buenos ojos la medida del gobierno de Compromís de fomentar la instalación de mercados agrícolas en la calle, ya que lo consideraban una competencia desleal, como el que se ponía junto al mercado de Colón y que la alcaldesa de Valencia, María José Catalá ya ha suspendido, ya que no se atenían a las mismas reglas de juego y gastos que los que están dentro de los mercados.

Otra cuestión pendiente de solucionar es cómo llenar las paradas dedicadas a pescadería, ya que en estas secciones de los mercados es cada vez más frecuente ver muchos puestos cerrados.

De hecho, llama la atención que en esta subasta se ofertaban hasta 84 puestos de la sección de pescadería del Mercado Central y sólo se han adjudicado dos.

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En esta catedral del producto fresco, que es referente en todo el mundo, hoy por hoy sólo quedan en activo 38 puestos de pescadería, en algunos casos, paradas que han ido pasando de padres a hijos de antiguos pescadores del Cabanyal y del Marítimo, como la familia Puerto y Coret, entre otros.

En agosto vendedores del Mercado Central ya detallaron que la tendencia era cada vez consumir menos pescado y eso se traduce en que haya menos pescaderías en los mercados, por eso, la gerente, Cristina Oliete, ya comentó a LAS PROVINCIAS que era vital fomentar su integración en la dieta de las familias.

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Sobre el número de espacios dedicados a la venta de pescado y marisco que siguen vacantes, el edil señaló ayer que es «un punto que hay que mejorar», es el talón de Aquiles.

Tras esta reflexión, Ballester reconoció que han recibido peticiones de vendedores, como los del mercado del Cabanyal y otros recintos, para habilitar en estos amplios espacios sin uso zonas gastronómicas de degustación.

Mercado reformado en el Grao. LP

En obras desde 2019

El mercado municipal del Grao lleva en obras de remodelación desde el año 2019, pero la reforma empieza ver la luz al final del túnel. Está previsto que la instalación municipal abra de nuevo sus puertas a lo largo de este mes, posiblemente entre los días 19 y 21, pero falta concretarlo. Cabe recordar que antes del verano ya se adjudicaron seis paradas y que en la subasta de ayer se ofrecían siete más, pero en este caso, no se han llegado ofertas. Por lo tanto, el mercado tendrá que abrir con el regreso de los veteranos vendedores que se habían reubicado temporalmente en distintos mercados de Valencia y con los seis nuevos que se incorporan.

Entre los veteranos que regresan destaca una parada de salazones, una charcutería, un pescatero y el punto de cafetería. Además, se suman un puesto de frutas y verduras, uno de comida para llevar, un ultramarinos y una segunda cafetería.

De hecho, en estos últimos meses los nuevos vendedores están realizando las necesarias actuaciones para dar forma a sus paradas y letreros que anuncian el comercio.

Ángel Corduente, uno de los que regresan al mercado, explica que van a solicitar también «poder hacer degustaciones. tendremos que ver si en las mismas paradas o en los amplios espacios contiguos que tiene el mercado. Primero abriremos y luego iremos viendo cómo se enfoca. En todo caso es algo que tenemos que solicitar en la concejalía de Mercados», concluye. En este mercado también habrá zona para eventos culturales para el barrio.

A la espera de presupuesto

«Estamos elaborando un estudio para ver si esas zonas de los mercados que no se van a ocupar, porque tienen una extensión muy grande, se pueden reacondicionar en zonas gastronómicas y otro tipo de actividades, siempre relacionadas con la alimentación, que es lo que nos piden las asociaciones de vendedores».

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De hecho, en el artículo 59 de la ordenanza de Mercados, se recoge que tanto «a iniciativa municipal o previa solicitud de las asociaciones de vendedores, en aquellos mercados en los que técnica y sanitariamente sea viable, podrá el Ayuntamiento delimitar zonas específicas destinadas al consumo y se regularán las normas de utilización y funcionamiento».

El concejal añadió que están esperando a ver los presupuestos de este año para ver si se puede abordar este tema.

También indicó que en el Mercado Central le han solicitado destinar una parada a punto de recogida de la compra y que lo van a estudiar.

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En todo caso, indicó que los mercados municipales siempre se han destinado a la alimentación, «y las zonas gastronómicas también tienen relación con la alimentación».

El responsable de Comercio añadió: «Tenemos claro que si promocionamos los mercados municipales, los barrios van a tener más vida».

En el caso de Algirós, se ofertaban ocho puestos y se han completado todos. En el mercado del Cabanyal se ofrecían tres y sólo se ha adjudicado un puesto. En la instalación de Castilla se ofertaban 38 y se han adjudicado dos; en Mossén Sorell ya tienen nuevo vendedor las cuatro paradas que salían a subasta. Otro caso significativo es el de Ruzafa. Se ofertaban 78 puestos y sólo se han adjudicado ocho.

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