«No es que nos estemos desangrando, es que ya no nos queda sangre»

En uno de los epicentros del ocio nocturno de la ciudad, silencioso ahora cuando anochece, el sector del tiempo libre alzó ayer la voz. Lo hizo en una rueda de prensa multitudinaria organizada por la Federación de Ocio, Turismo y Juego de la Comunitat Valenciana (Fotur) en la que más de una decena de representantes de discotecas, pubs, salas de fiesta, salones de banquetes, disyoqueis y artistas pero también hosteleros, mercados, taxistas y pirotécnicos clamaron por ayudas para un sector que no es que se esté desangrando, sino que ya no tiene «ni una gota de sangre», en la gráfica definición de Kike Sacristán, presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Salas de Baile Discotecas y Fiestas (Aediva). El sector perderá 2.500 empresas y 20.000 empleos directos si no recibe ayyudas urgentes y cifra las pérdidas en más de 50 millones de euros en los últimos seis meses.

El presidente de Fotur, entidad convocante de la reunión de ayer, apuntó a la necesidad urgente de tomar medidas. De lo contrario, «moriremos del virus o nos moriremos de hambre». «Y nosotros solo queremos trabajar. Estamos desesperados. Somos los sospechosos habituales, pero ni nos ayudan, ni nos escuchan, ni nos permiten trabajar», aseguró Víctor Pérez, organizador de la rueda de prensa de ayer.

Ricardo Caballer, de la pirotecnia Ricasa, se preguntó ayer por qué él no puede trabajar, «cuando el espectáculo está en un espacio abierto», y los centros comerciales «sí están abiertos». Caballer criticó que la oposición política «diga que el dinero que no se gasta en las fiestas hay que gastarlo en adudas sociales». «En febrero me preguntaron cuánto íbamos a perder si llegaba el Covid-19 y dije que el 100%. Y acerté. La práctica de totalidad de ayuntamientos ha cancelado las fiestas», lamentó el maestro pirotécnico.

La gerente del Mercado Central, Cristina Oliete, acudió a la rueda de prensa como representante de Confemercats, la Federación de Mercados de la Comunitat Valenciana. Fue la única que agradeció los esfuerzos de las administraciones en el otorgamiento de ayudas al sector del comercio, pero pidió «más diálogo»: «Nadie se ha sentado a hablar con nosotros». Además, pidió a los hosteleros que respeten las cadenas de distribución. «Nos estamos saltando los mercados, lo vemos todos los días». «Y recordad», dijo: «Quien no cuida lo que tiene no lo tiene cuando quiere».

José Juan López, secretario de la Confederación de Taxistas Autónomos de la Comunitat Valenciana, explicó que la situación de su sector se podía resumir en una palabra: ruina. «Vivimos en una simbiosis económica con hoteles, ocio nocturno... si ellos no funcionan nosotros tampoco. Nosotros no hemos cerrado pero no hay clientes», lamentó López. Estos problemas se ven agravados, obviamente, por el toque de queda nocturno. «Entendemos que es el momento para poner medidas y que esto no se vaya de las manos porque si no no van a quedar empresas ni nada», describió, para terminar con una petición clara a la administración: «Necesitamos ayudas».

Julián Sánchez, presidente de la Asociación Autonómica Valenciana de Empresarios de Juegos Legalizados, lamentó ayer que la mitad de las salas siguen cerradas todavía hoy. «Las que están abiertas trabajan al 50%», indicó Sánchez, que recordó que las salas grandes «no han tenido ningún contagio» porque aplican medidas de seguridad reforzadas como «tres metros de separación entre asistentes». Sánchez exigió «medidas urgentes».

El presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Salas de Baile Discotecas y Fiestas (Aediva), Kika Sacristán, dijo ayer que al sector «no le queda ni una gota de sangre, no es que se esté desangrando». Cargó duramente contra los políticos al asegurar que en su opinión «no tienen ni un mínimo de decencia». «Necesitamos que nos dejen abrir. Somos un sector muy penalizado. Somos el sector peste», exclamó. Sacristán pidió al resto de asistentes a la rueda de prensa que sigan luchando: «Estamos agonizando».

El gerente de la empresa de venta de entradas por internet Enterticket, Joaquín Costa, comentó ayer que su volumen de negocio ha caído «un 95% porque no hay eventos». «Se está tratando de forma muy injusta a este sector. En julio cuando se hacían eventos había muchas más medidas de seguridad que en otros sitios y llevamos mucho tiempo aplicando tecnología de control de aforo», indicó Costa, que recordó que ellos sólo quieren «trabajar, abrir y cumplir las medidas». «Que nos dejen seguir aportando valor a nuestro cliente», pidió el gerente Joaquín Costa.

Al representante de la patronal de hoteleros ya no le salen las cuentas, «se nos comen los impuestos, los gatos y las deudas, el año que viene será crítico y si no conseguimos sobrevivir en 2022 no habrá quien cree empleo, la destrucción de empresas será masiva y no tendremos a donde agarrarnos para resurgir», dice el presidente de Casual Hoteles que reclama ayudas: «Queremos que el Gobierno de una santa vez nos apoye de verdad».

Juan Manuel Suriant, más conocido como DJ Suri, era el representante de Prod CV. Él se preguntó «por qué tenemos que reinventarnos, como nos dicen». «Llevamos muchisimos años de carrera y estamos en una situación tremenda», señaló. «Nosotros no trabajamos sólo dos horas, sino toda la semana preparando cada actuación», dijo DJ Suri, que apuntó a una fiesta celebrada esta semana en Madrid con 150 invitados. «No había diferencia con lo que vi en una discoteca en junio», apuntó el disyóquei que, además, dijo que la mayoría de discotecas «van a cerrar porque pagan alquileres de 20.000 o 30.000 euros al mes y nadie tiene medio millón de colchón para aguantar el cierre». «Pedimos abrir con las medidas que había», exigió.

«Queremos abrir nuestros negocios, como siempre, queremos trabajar», dice Galdeano desde la Asociación de Ocio Responsable de Alicante. Rechazan que s ecriminalice al sector y desde hace dos meses que acudieron a los juzgados por el cierre de los locales sin alternativa «y seguiremos recurriendo cada prórroga porque queremos trabajar, y si no podemos que nos ayuden. En Francia, en Italia y en Alemania se han hecho cargo de las pérdidas. Y aquí alguien nos ha impuesto las condiciones en las que estamos y en consecuencia, quien nos impone estas medidas es a quien le corresponde ayudar».

La representante de la Asociación de Empresarios de Salones de Boda y Convenciones de la Comunitat augura una «destrucción masiva» del sector. «Llevamos todo el año con pérdidas y durante el trimestre de los meses de verano pudimos mantenernos pero en septiembre las restricciones han ido a más y estamos en números rojos, necesitamos un rescate», añade que la inseguridad se trasmite por lo que se ha frenado la programación de bodas y eventos: «Todo para el año que viene que tampoco sabemos qué pasará». Además los gastos fijos que asumen pese al cierre son muy elevados por lo que cree que «a toda restricción debería ir junto a ayudas».

«¿Hay que salvar a la sanidad matando también al ocio?», se pregunta la portavoz de la SGAE. McCloskey como artista reconoce que en el gremio están desesperados. «Hay familias que viven sólo de esto, de la música o de los bolos y espectáculos y lo están pasando muy mal, nuestra vacuna es el trabajo porque al final la pobreza también se contagia», asevera. El gremio teme por la temporada que viene: han perdido los meses de más actividad sin ingresos y ahora ven peligrar los eventos aplazados para la primavera.

Desde la Asociación de Empresas de Espectáculos y Eventos aseguran que están preparados para volver. «Estamos listos para volver de forma segura a las calles, las plazas y los teatros pero no nos dejan, pedimos que se active el sector y que lancen mensajes claros sobre el cómo y el cuándo y dejar claro que podemos disfrutar de un espectáculo de forma segura en cualquier sitio», explica Montaner, su representante, que echa en falta el apoyo por parte de la administración: «El cerdito ya está roto y totalmente vacío, no podemos seguir así, el mundo del espectáculo está herido de muerte, abocado a la ruina absoluta y quedan dos opciones, o trabajo o rescate».

Juan Velasco es el presidente de la Asociación de Empresarios de Pubs y tal y como viene reclamando el sector del ocio nocturno, exige medidas urgentes ante la situación. «Nos estamos hundido y lo que pedimos es un rescate, y una exención de impuestos porque los seguimos pagando aunque estamos cerrados», explica Velasco que además pide «una regulación de los alquileres, algo muy urgente entre nuestras empresas que son de tamaño mediano y pequeño porque esa carga no la pueden soportar». Por último, y lo que realmente demanda a las autoridades es: «Ejercer el derecho al trabajo».

Los promotores de festivales están con el agua al cuello. Los organizadores de este tipo de eventos trabajan con antelación e incluso sacan las entradas seis meses antes de la fecha del festival. Después de este año sin que se haya podido realizar ningún macroevento musical tienen contratos que legalmente han incumplido. Por lo que además de sufrir la falta de ingresos, están en la cuerda floja por ello. «Sólo falta que nos denuncien, no sabemos qué hacer con los artistas, ni tampoco si ponernos a trabajar en eventos para 20.000 o para 500 personas, necesitamos esa previsión porque hemos invertido dinero, pero ellos, quienes toman las decisiones sí que están cobrando a fin de mes».