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ISABEL DOMINGO
VALENCIA.
Martes, 18 de septiembre 2018, 00:27
Si fuera un partido de fútbol, la crónica relataría que estuvo lleno de pases y despejes de balón a otras zonas del campo. Porque eso fue lo que sucedió ayer en Valencia de la mano de unas esculturas con escenas sexuales que forman parte de la exposición del artista alcoyano Antonio Miró que se prepara en la Marina y cuya inauguración está prevista para el martes 25.
Piezas metálicas de reminiscencias griegas que se han situado en el paseo que discurre frente la antigua base del Alinghi y el edificio Veles e Vents, una zona muy concurrida por familias con niños ya que está pensada para este tipo de ocio. De ahí la polémica suscitada este domingo, ya que las esculturas muestran masturbaciones, felaciones y los momentos previos a una penetración.
Ni la Conselleria de Cultura ni Presidencia de la Generalitat ni el Consorcio Valencia 2007 (entidad gestora de la Marina y en la que están presentes las tres administraciones: el Gobierno central, el Consell y el Ayuntamiento) quisieron pronunciarse sobre la idoneidad de la ubicación de estas piezas en la Marina tras las quejas del público familiar que visitó este espacio el pasado fin de semana, pues las esculturas ya se han colocado aunque no figura ningún cartel explicativo.
Así, desde Cultura trasladaron que el departamento que dirige Vicent Marzà se hace cargo únicamente del catálogo de la muestra 'Antoni Miró en La Base' y que todos los detalles de la misma corresponden a Presidencia. Sin embargo, en este caso, declinaron pronunciarse y remitieron al Consorcio Valencia 2007, encargado de organizar la exposición en colaboración con la Generalitat y con la propia conselleria. A su vez, el Consorcio pasó la pelota al comisario de la exposición, Fernando Castro.
Fue Castro quien, finalmente, defendió la ubicación de la serie llamada 'Suite erótica' en la Marina al destacar que era el mejor espacio para mostrar «la armonía del cuerpo humano con la naturaleza, como sucedía en el mundo clásico, en este caso, el recorte de las figuras con el mar», dada la proximidad de las piezas al agua.
De ahí que este experto cultural mantenga la decisión de mantenerlas en la Marina. «En otro lugar, restaría lo que tiene la pieza, que es la naturalidad. Además, caeríamos en la tentación de que fuera algo oscuro y no lo es», señaló al tiempo que destacó que el artista «únicamente hace alusión al carácter moral del erotismo».
Será la primera vez que estas esculturas troqueladas en láminas de acero corten se exhiban en Valencia. Creadas en 2005, se presentaron dos años más tarde en Xàbia. Desde entonces, han permanecido en el taller del artista Antonio Miró en Alcoi hasta que el comisario decidió incorporarlas a la muestra que se prepara en la Marina y que servirá para inaugurar la conversión de una base de la Copa América en un espacio cultural.
De hecho, el resto de series se contemplarán en el interior de la antigua zona del Alinghi. Así, se mostrarán 'Personajes', que son retratos de personalidades de la cultura valenciana y catalana; 'Suite Habana', «con visiones de los cuerpos femeninos en la Habana»; 'Desnudos', unas piezas de nueva creación; 'Manifestación', con imágenes sobre los movimientos sociales que surgieron a partir de la primavera árabe y el 15-M; 'Retratos de mujeres con burka; y 'Puentes'.
En el caso de la 'Suite erótica', es una «visión de las escenas eróticas grecolatinas» que se pueden ver en las calles de Florencia, en cualquier ciudades de Italia o en el Louvre de París, detalló Fernando Castro, quien también mostró su sorpresa por el hecho de que los desnudos causen polémica. «Parece que preocupa más el erotismo en vez de escandalizarnos por cosas del presente, como la corrupción o el terrorismo». En este sentido, señaló que «no podemos escandalizarnos en 2018 por ver escenas eróticas antiguas».
«El arte genera discrepancias», apuntó Castro, que también señaló que ni el artista -con quien este diario intentó contactar ayer- ni él (como comisario) «queremos provocar». A su juicio, «la provocación está en la mirada, en el ojo del espectador».
Respecto a las críticas por lo explícito de las imágenes sexuales en un espacio por el que transitan menores de edad, Fernando Castro lamentó que se hagan críticas sin conocer la exposición de Miró al completo, ya que todavía no se ha inaugurado. Además, añadió, «a esos mismos niños sus padres les ponen a jugar con videojuegos de violencia extrema».
Sin embargo, en la exposición los niños verán piezas «que muestran la iconografía de la cultura mediterránea» e insistió en que la muestra «no tiene connotaciones pornográficas». Sobre este aspecto, el comisario de 'Antoni Miró en La Base' apuntó que «los niños deben entender que el sexo es algo natural».
En la exposición ven piezas «nada hiperrealistas» de imágenes recortadas para que «se vea la relación entre el paisaje de la naturaleza y el corporal, dándole el sentido de los desnudos en la época clásica que hablan de la armonía del cuerpo con la naturaleza».
«La cuestión de si los niños viendo estas esculturas se van a provocar es una visión unilateral de la infancia. Son menos ignorantes de lo que creemos que son», añadió Fernando Castro.
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