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Los vecinos de la Devesa del Saler podrán volver a dormir sin miedo a oler el humo del bosque en llamas. La Guardia Civil ha detenido este miércoles a un varón de 59 años como presunto autor de al menos uno de los incendios que han asolado el parque natural de la Devesa del Saler en Valencia desde este verano.
La detención se ha producido a primera hora de la noche de este miércoles. Se trata de un hombre de nacionalidad española que trabaja como abogado y que responde a las iniciales J. C. E.. La Guardia Civil había dispuesto controles de seguridad en el parque desde los incendios del pasado fin de semana para evitar la circulación por los caminos del bosque de individuos sospechosos.
Las pesquisas llevadas a cabo por el Seprona así como la colaboración ciudadana han resultado fundamentales para localizar al presunto autor de los fuegos. La investigación sigue abierta y se ha decretado el secreto de las actuaciones. El detenido pasará a disposición judicial este mismo jueves y la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, dará más información a primera hora de la mañana en Alicante.
Según ha podido saber LAS PROVINCIAS, el foco se puso en él el domingo, tras los incendios de este fin de semana. Fueron los propios vecinos quienes alertaron de su comportamiento. La detención, que parecía inminente a comienzos de semana, se ha dado este miércoles, misma jornada en que la Guardia Civil ha efectuado el registro de su domicilio, situado a escasos metros de donde se iniciaron dos de los fuegos de este fin de semana, tal como ha podido saber este diario, lo que le coloca en el lugar idóneo para comenzarlos, presuntamente.
El perfil coincide con el que habían trazado los especialistas del Seprona y con el que sospechaban los bomberos. Se desconoce por el momento si en su domicilio se han encontrado elementos utilizados para empezar alguno de los fuegos. La teoría era que el ahora detenido presuntamente utilizaba botellas con gasóleo y un trapo o trozo de tela, que prendía fuego y metía en el recipiente. Se trata de una especie de cóctel molotov que arde lentamente porque el gasóleo sólo prende a determinada temperatura. Este método daba tiempo más que suficiente al presunto pirómano para alejarse de la zona.
Además, tanto Guardia Civil como Bomberos pensaban que vivía por la zona. Todo parece indicar que así era, dado que ha sido detenido en su vivienda o en una segunda residencia que poseía en un enclave del parque natural situado muy cerca de donde comenzaron dos de los incendios de este fin de semana. Se trata, presuntamente, de una persona que conoce perfectamente la zona, lo que le permitía alejarse de los incendios sin despertar sospechas. Hasta este fin de semana, por supuesto, dado que han sido los residentes del entorno quienes alertaron a la Guardia Civil. Además, los expertos creen que le gustaba ver «el lío que monta», algo que podía hacer desde su propia casa si, como ha podido confirmar este diario, dispone de un domicilio en alguna de las torres de viviendas del entorno.
Los vecinos de El Saler viven especialmente en vilo desde las dos últimas semanas, cuando hasta tres incendios (dos de ellos con la noche ya caída) se declararon en las pinadas del parque natural. Sin embargo, no han sido los únicos. Ya en julio comenzaron estos fuegos, que vecinos y bomberos siempre han creído que eran provocados porque se daban en entornos muy concretos, los alrededores de la Gola del Puchol, y en días muy señalados, como la jornada en que iba a pasar por la zona la vuelta ciclista a España. En total, a lo largo del verano y en lo que llevamos de otoño se han registrado nueve fuegos que han hecho temer a los vecinos por su seguridad.
Es por eso que los residentes han aprovechado para insistir en algunas de sus demandas más antiguas, algunas escuchadas, como la poda de los árboles cercanos de los edificios, y otras no tanto, como la petición de más limpieza de maleza en la zona o de retirada de basura que puede causar incendios (como botellas y cristales rotos, que pueden iniciar las llamas al proyectar los rayos del sol sobre los arbustos). Además, exigen un mejor acceso por los caminos para permitir el paso de los camiones de extinción y más vigilancia. Según ha podido saber este diario, algunos de los caminos de la Devesa están bloqueados por árboles caídos que los gestores medioambientales del parque prefieren dejar en su sitio para que creen un ecosistema propio, lo que complica, en ocasiones, las actuaciones. Fuentes de bomberos concretan que, afortunadamente, no ha sido así en el caso de ninguna actuación relacionada con los incendios provocados de este verano.
Y eso que la Devesa cuenta con un retén de bomberos propio, que saben perfectamente cómo enfrentarse a un incendio. Sin embargo, toda ayuda es poca. Es por eso que, tras un proceso largo empezado por el antiguo equipo de gobierno, el PP ha podido licitar esta misma semana los cañones de agua del sistema Sideinfo de protección contraincendios que, si bien no servirían para apagar un fuego de grandes dimensiones, sí refrescan la pinada en periodos de sequía o de altas temperaturas, sobre todo en verano. Aunque es complicado que en la Devesa se den las condiciones idóneas para un incendio (ese 30-30-30 que dicen los expertos y que hace alusión a 30 grados de temperatura, 30% de humedad relativa o vientos de 30 kilómetros por hora), sí es verdad que dado el estado de abandono de la mayor parte del bosque, zonas enteras del mismo están compuestas por arbustos resecos que, en caso de incendio, arden con facilidad.
La gestión del parque de los últimos años, con Compromís al frente de la delegación de Devesa-Albufera, insistía en que lo mejor que se puede hacer con un bosque es que se autorregule. Y es cierto. «La Devesa no es un jardín», repetía Sergi Campillo a quien quisiera escucharle. Y tiene razón. Pero la Devesa es, también, un parque natural fuertemente antropizado, con cientos de vecinos que viven ahí todo el año y una población de miles de personas que acude en periodos vacacionales y en verano. Bomberos que han actuado en los incendios del pasado fin de semana explicaron a este diario el pasado lunes que cuando inspeccionaron la zona abrasada por el fuego detectaron restos de basura que no se ve porque están escondidas bajo la maleza pero que, sobre todo en el caso de botellas de vidrio, pueden provocar incendios.
En la mente de todos está el gran fuego forestal de 1986, cuando el día de las elecciones generales, el domingo 22 de junio, ardieron 100 hectáreas del parque, precisamente en la misma zona que ha ardido este fin de semana: una amplia extensión situada cerca del Casal d'Espai del Saler, que por cierto tuvo que ser desalojado, sin incidencias, en el siniestro del pasado domingo.
La detención, además, consigue sofocar el conato de enfrentamiento entre Ayuntamiento y Delegación de Gobierno. El primero había pedido más guardias civiles dedicados al caso mientras que la segunda había reclamado una junta extraordinaria de seguridad. Además, esta serie de siniestros había llegado incluso a provocar un tenso cara a cara entre Sergi Campillo y el actual concejal de Dehesa-Albufera, José Gosálbez, de Vox, en el pleno de este mismo martes, cuando el segundo reclamó al primero y a su partido, Compromís, que retiraran un tuit en el que le tildaban de «sospechoso» por subir, en septiembre de 2022, un vídeo de un incendio en el Saler. A esta teoría de la conspiración se sumó, de forma poco edificante, el PSPV en el mismo pleno.
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