Á. S.
VALENCIA.
Jueves, 27 de junio 2019, 00:57
Fina Martín tiene 80 años y está bien. Animada. Dice que la soledad no le pesa, pero le delata la forma en que se ilumina su cara cuando se le pregunta por Carmen Reig, la voluntaria de la fundación Amics de la Gent Major que acude a su casa dos horas a la semana a hacerle compañía. «El trabajo que hacen es impagable», dice. Como ella, cerca de 43.000 mayores de 64 viven solos en la ciudad, según los datos de la fundación. Unos 800 tienen voluntarios que les visitan cada día. El resto conforman un drama invisible.
Publicidad
En una conversación más larga con Martín, en la que cuenta que llegó a Valencia desde su Torrijas natal, en Teruel, para trabajar en una pensión, comienza a deslizarse a través de su pizpireta charla los problemas que tiene para vivir sola. No puede bajar a la calle porque apenas ve y hay días en que no le apetece «levantarse del sofá». Y eso que ella tiene dos hijos, dos nietos y una bisnieta. Pero desde el fallecimiento de su marido hace una década vive sola y le pesa. Por eso agradece tanto la visita de Reig, que tiene apenas seis años con ella y es ya una amiga más.
Incluso Martín es consciente de que hay «gente mucho peor» que ella. Así lo admiten desde la fundación que organiza el programa de voluntariado. Antonio Miguel, presidente de la entidad, explica que estas personas mayores «son reacias a recibir a nadie porque han perdido sociabilidad». «Están muy tristes y es difícil que se abran porque hasta con el voluntario están prevenidos», indica Miguel, que señala que hay que ganarse «su amistad» porque con la edad «se vuelven huraños». Su fundación, que colabora con el Consistorio para atender a los mayores que viven solos, ha detectado un aumento importante de esta problemática en la ciudad. «Cada vez tenemos más lista de espera porque los mayores cada vez viven más y están más solos», dice Miguel.
Más o menos lo mismo ha detectado José Pelegrí, defensor del mayor de la ciudad desde 2009. Para él, la soledad es «lo peor que hay». «Si estás enfermo vas al médico, pero si estás solo... ¿qué haces?», se pregunta. «Los Ayuntamientos se están preocupando mucho de que los mayores tengan algo que hacer. Es importante porque cuando un mayor no tiene nada que hacer se está comiendo el coco todo el día», reconoce Pelegrí, que admite que en los centros de mayores de la ciudad «hay mucha gente que vive sola».
Suscríbete a Las Provincias: 3 meses por 1€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.