La tercera parte del distrito Vara de Quart será para viviendas

La sede de Emivasa en el polígono Vara de Quart acogió este miércoles la presentación de la estrategia para convertir esta parte de Valencia en un distrito tecnológico, sede de empresas no contaminantes donde imperen los emprendedores. La vicealcaldesa Sandra Gómez actuó de maestra de ceremonias para dar paso al ingeniero Miquel Barceló, encargado de un plan que arrojó algo más de concreción gracias a un diagnóstico realizado los últimos seis meses. En las 59 hectáreas habrá una edificabilidad para residencial (viviendas) que rondará el 30%, mientras que en cuanto a los plazos se habló de cinco años para que se coja «velocidad de crucero».

El pequeño salón de actos de la empresa mixta de aguas estaba a rebosar, en parte por expertos y también por algunos propietarios de parcelas y naves industriales. Barceló detalló entre las conclusiones la propuesta de dar prioridad a la llegada de empresas dedicadas al sector agroalimentario, así como a las industrias culturales y creativas, la parte digital de la economía y también de las que se dedican a las energías renovables. El Ayuntamiento prevé que en un año estará listo la modificación del Plan General, para permitir que haya viviendas, así como otros cuatro en el que las actuaciones previstas se asienten. Barceló fue más prudente y habló de dos décadas para que el distrito tecnológico entre en plena carga de trabajo.

¿Cómo conseguir esto? Con incentivos, fue la respuesta, y uno de los más atractivos para los propietarios será el aumento de la edificabilidad y que se puedan hacer viviendas. El también coordinador del distrito 22@ de Barcelona señaló que no se piensa en pisos «normales», sino en variantes que se adapten a la demanda de los emprendores y las compañías que elijan Vara de Quart para montar sus negocios.

«Puede ser una residencia o una vivienda junto a la oficina», citó como ejemplo. Entre el público, el decano del Colegio de Arquitectos de la Comunitat, Luis Sendra, tomó la palabra para proponer que se tenga en cuenta una actuación de rehabilitación en los barrios del entorno, como San Isidro, Tres Forques o Fuensanta. Comparó el proyecto de Valencia con el de Barcelona para cuestionar que un porcentaje tan elevado de residencial sea lo necesario en Vara de Quart.

En todo caso, eso es algo que deberá estudiarse con detalle en la modificación del Plan General. Barceló indicó que en la capital catalana, el 22@ reservó un 10% de edificabilidad para este fin, lo que al final «se quedó corto». En el reparo de usos que hay previstos de mometno el 40-50% será para terciario (oficinas), mientras que el 20-30% se destinará a residencial público y privado. Un 5% se destinará a comercio y el 25-30% restante a espacios libres y equipamientos. En el periodo 2022-23 se llevará a cabo la revisión de planeamiento y la puesta en marcha de iniciativas concretas que actúen de motor del distrito, mientras que en la fase 2023-27 se habló de desarrollar unas iniciativas «para un horizonte de diez a 20 años».

Los incentivos citados de más edificabilidad y la opción de viviendas tendrán un reverso, desvelado por Gómez al responder a uno de los presentes en la sala. La modificación del Plan General incluirá también cambios en la planta viaria y por lo tanto, algunas parcelas se verán afectadas. «Esta zona fue diseñada en los años 60 y se ha quedado vieja», dijo en referencia al ancho de las aceras, las calzadas, las zonas verdes o cualquier otra necesidad que ahora está entre las prioridades de los urbanistas y hace 60 años no se tomaba en consideración.

Barceló insistió mucho en la colaboración público-privada, para llegar a la conclusión de que Valencia «reúne las condiciones de partida» para habilitar un distrito tecnológico. El experto no fue concreto a la hora de señalar las necesidades de movilidad, en cuanto a si hay que recurrir a una línea de tranvía, metro o sólo con el refuerzo de la EMT. Es algo que deberá contemplarse en la modificación del Plan General.

La integración con los barrios lo vio también como algo necesario, para evitar la llamada gentrificación. Habló de alquileres asequibles en las nuevas viviendas, colaboración con los institutos de la zona y hasta la creación de un «taller ciudadano» en el distrito para fomentar actividades de asociaciones.

Gómez habló de «hecho histórico» en la presentación, un hecho inevitable, subrayó, para dar respuesta a las empresas tecnológicas, blancas y no contaminantes. Para la edil, la digitalización ha roto el predominio de algunos países. «En Valencia no nos íbamos a quedar atrás, sobre todo empujados por la crisis de 2008», explicó. «Hemos querido revertir el modelo de ciudad exportadora de talento, somos cabeza de rankings. Es una de nuestras potencialidades que debemos mantener», abundó.

«Minimiza los desplazamientos y mantener la población en Valencia», destacó sobre el modelo que se propone, donde citó ejemplos como Benimaclet y el Grao para la reserva de solares para este fin. «Pero faltaba algo y era una gran bolsa de suelo para ofrecer».

El distrito tecnológico de Vara de Quart fue presentado en diciembre de 2020 y el primer apoyo fue el que recibió de la Generalitat, que busca una parcela para establecer en la zona un gran centro tecnológico.

Se trata de una zona infrautilizada, por lo que el planeamiento que se impulsa pretende poner en valor la única zona de este tipo en Valencia, junto con otro polígono situado en Horno de Alcedo, al otro lado del nuevo cauce. La premisa es que el polígono carece de sentido como suelo industrial desde hace años. La marcha y posterior desaparición de empresas como Ros Casares y Hierros Turia fue una buena muestra de ello. En algunos casos se ha producido ya una transformación efectiva hacia lo terciario, es decir, compañías no contaminantes y de servicios. En los últimos años, grandes empresas han optado a establecerse en Valencia, aunque la falta de solares adecuado ha sido un condicionante.

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