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Lola Soriano Pons
Valencia
Jueves, 11 de enero 2024, 01:07
¿Se imaginan un cuento que comience diciendo que 'érase una vez una familia valenciana que soñó con invertir sus ahorros en recuperar el esplendor ... de unos palacios del casco antiguo para contribuir a que la ciudad fuera más bella'? Pues bien, no es un cuento, es una historia basada en hechos reales y los protagonistas llevan 22 años de tramitación para conseguir que el sueño se cumpla.
Y es que los Palacios de Eixarchs, de origen medieval, situados a unos metros de la iglesia de los Santos Juanes, de la plaza de Brujas y del Mercado Central, llevan dos décadas de papeleos para poder iniciar su rehabilitación.
El proyecto contempla un hotel de cinco estrellas con 80 habitaciones, 40 de ellas se distribuirán en los tres palacetes y otras 40 en un edificio de nueva planta y, además, se harán 24 apartamentos turísticos de lujo en una segunda nueva construcción, además de un aparcamiento en dos sótanos.
La firma que lo impulsa es Lova Tres, empresa vinculada a la familia valenciana Julián López, muy conocida por dedicarse desde hace setenta años al comercio de telas en la calle Periodista Azzati. «Recuperar estos palacios que están en el entorno situado entre los Santos Juanes y el Mercado Central es el sueño de esta familia de toda la vida. Es un proyecto 100% valenciano y que se hará con empresas valencianas y no de ningún fondo extranjero», explica Ezequiel Ferrando, director general de Lova Tres, que además añade que en su momento fueron falleros de la comisión Mercado Central.
Asegura que la familia tiene una gran vinculación con el centro histórico «y queremos rehabilitar esta zona que lleva años muy degradada. Es una manera de poner el granito de arena».
El Ayuntamiento de Valencia les acaba de conceder la licencia para impulsar una primera fase, con la construcción de un parking con dos sótanos, y también le ha dado el visto bueno para la licencia hotelera. Eso sí, falta que las licencias de rehabilitación de los tres palacios, que son Bien de Relevancia Local (BRL), reciba la aprobación en la Comisión Municipal de Patrimonio y se está ultimando el informe de la Conselleria de Cultura.
El camino hasta llegar a este punto no ha sido fácil, porque ya han cumplido 22 años de tramitación. Y es que esta firma adquirió los palacios y los solares adjuntos en 2001. Entonces todo el conjunto estaba recogido como de uso residencial.
El laberinto de la tramitación, hasta conseguir la condición de agente urbanizador de la unidad 4 del Pepri de Velluters ha precisado de 12 años de recorrido, ya que se tuvo que firmar un convenio con el Consistorio para que, además de rehabilitar los tres palacios, construir el parking y los dos edificios nuevos, se incluyera la urbanización de las calles, algo que tendrá que asumir.
Y, siguiendo el proceso administrativo, la licencia para poder impulsar el proyecto de complejo hotelero se inició en junio de 2017 y se acaba de conceder.
A la espera de que se concedan las licencias para la zona de los palacios, ahora ya tienen vía libre para construir el parking con dos sótanos y los viales, que realizará la firma Pavasal con una inversión que ronda los seis millones de euros.
Según han calculado, «se precisará entre año y medio y dos años» para acabar este aparcamiento para 78 vehículos y 54 bicicletas, según detalla Ferrando.
En el caso de la rehabilitación de los tres palacios y de la construcción de dos edificios de nueva planta, precisarán entre 2 y 3 años de obras, por lo tanto, calculan que el complejo hotelero se podrá inaugurar dentro de cuatro años y medio o cinco.
También están muy avanzados los trabajos de documentación, intervención y excavaciones de la fase arqueológica, que dirige Marisa Serrano, de la firma Semar Arqueología, junto a todo el equipo de profesionales.
«Sabemos que en la reconquista, con la entrada de Jaume I a Valencia, el rey dona estos terrenos a Pedro Eixarchs y con el estudio mural de los tres palacios situados en los números 3, 5 y 7 hemos podido identificar cuatro etapas constructivas», indica la arqueóloga y directora de la excavación, Marisa Serrano.
Las primeras casas solariegas de esta familia se construyeron entre el siglo XIII y XIV. En las excavaciones de los solares adjuntos, tal como detalla Serrano, «salió la necrópolis romana de la Boatella con enterramientos del siglo III y IV. Encima de la necrópolis se creó un arrabal andalusí y hay niveles del siglo X al siglo XIII y hemos encontrado restos de antiguas viviendas y atzucats (callejonres)».
También añade que estas antiguas viviendas andalusís tenían pozos «y salieron ajuares con cerámicas únicas, algunas de ellas expuestas en L'Almoina», añade.
En niveles superiores de la excavación salieron casas de mayor tamaño y otras más pequeñas. «En los siglos XIII y XIV la estructura estaba integrada por dos casas solariegas y en el siglo XVI ya se convierten en palacios y la estructura de edificabilidad cambia y se hacen semisótanos», según relata la arqueóloga.
Del siglo XVI han encontrado una puerta en esviaje (construida en una esquina) como en la Catedral o en la Lonja, como describe Serrano, pinturas en las vigas e incluso «en una estancia hay un lucido policromado con flores y vegetación que es idéntica a los motivos florales de un tapiz conocido como 'La caza del unicornio' de mitad del siglo XV».
Precisamente uno de los hallazgos importantes son unos azulejos heráldicos donde figuran los nombres de Luis Ferrer Eixarchs y Lucía Soler (su mujer) con las fechas de 1450-1520. «Estamos consultando documentación para conocer datos de la familia y Luis (hijo de Francisco Ferrer y de Violante Eixarchs y nieto de Pedro Eixarchs) fue caballero de la orden de Santiago, camarlengo, mayordomo mayor de la Reina Juana I de Castilla (apodada 'La Loca'), lugarteniente del gobernador de Valencia y consejero del consejo real de Castilla», comenta la arqueóloga.
Por lo tanto, se trataba de una familia importante y, de hecho, en 1362 un miembro de la familia Eixarchs ayudó económicamente a sufragar el altar mayor de la vecina iglesia de los Santos Juanes tras sufrir un incendio y la familia tenía capilla propia en el templo.
También es importante reseñar que en la zona de los palacios hay dos elementos patrimoniales muy destacados, como es una cocina y una capilla.
En el caso de la cocina, es la única completa del siglo XVIII que se conserva que retrata en la cerámica la actividad de la cocina y también al propio servicio doméstico con figuras a tamaño real portando manjares.
Y la capilla, como narra Ezequiel Ferrando, «según nos narran los Jesuitas, en el palacio se hospedó San Ignacio de Loyola en un viaje camino de Roma y los dueños del palacio decidieron crear la capilla en su honor».
Ferrando añade que aunque se vaya a crear el complejo hotelero, «se preserva tanto la cocina como la capilla y se habilitarán para que sean visitables porque se hará una cirugía de rehabilitación».
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