![Droga en las Casitas Rosa, Malvarrosa | Droga y abandono golpean la Malvarrosa tras ocho años de promesas](https://s3.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202210/06/media/cortadas/casitas-rosa-pixelada-khWF-RqTnJI4XJo5AHTVuzS8g07L-1248x770@Las%20Provincias-LasProvincias.jpg)
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Hablar del barrio de la Malvarrosa ha sido casi siempre en Valencia referirse a una zona marginal, no hay que engañarse, de la que sólo se salvaban la playa y los chiringuitos. Pero esta parte del Marítimo está repleta de gente trabajadora que desean ni ... más ni menos ser tratados con las mismas condiciones que el resto. Y para lograr eso, lo primero que deben quitarse de encima es el tráfico de drogas.
«Llevamos muchos años así, reivindicando un barrio mejor y apostando que se haga lo que no han cumplido», afirma una vecina, que por precaución no dice su nombre. Y el motivo es que el gran tema sigue siendo la erradicación del tráfico de drogas, centrado sobre todo en las Casitas Rosas.
El grupo de fincas era otra cosa en los años 60. Repletas de familias humildes y trabajadores, con jardines y calles donde jugaban los niños, unos lugares que ahora se han transformado en estercoleros, con aceras rotas y apenas nada que recuerde lo que fue. Sin comercios a la vista, desde luego, más allá del escondido tráfico de drogas.
En el barrio están mejor que hace unos años, señala, aunque los últimos ocho años, con el actual gobierno municipal, no han servido para abordar ese problema más que en este mandato, con el encargo de un estudio urbanístico y varios proyectos de jardines y reurbanización.
¿Se soluciona el problema con el derribo de algunas fincas? La respuesta es que pretende una «solución integral» para la Malvarrosa. La postura del Ayuntamiento es clara conocida desde hace tiempo, al abogar la vicealcaldesa Sandra Gómez por la demolición de algunos edificios, no todos, igual que se hizo en los años 80.
Ese aspecto formará parte de un estudio que será presentado a los vecinos el próximo día 28, un plan urbanístico con la que se quieren dar respuestas. Pero los residentes tienen prisa y buena muestra de ello es la concentración convocada para este viernes a las ocho de la tarde en las cuatro esquinas, el cruce de la calle San Juan de Dios con la avenida Malvarrosa.
«Tengo miedo de llevar a mis hijas a jugar a cualquier jardín porque es fácil encontrarte con alguna jeringuilla», dice la misma vecina. La basura en la calle es otro de los problemas, con la acumulación de trastos viejos en cualquier acera o solar.
Algunos de los planes ideados por el Ayuntamiento no han recibido el apoyo del barrio y el ejemplo más claro es la oposición a la peatonalización de la avenida Malvarrosa, algo que la asociación de vecinos no ve prioritario y que rechaza directamente la de comerciantes, al entender que perjudicará sus ventas. De momento, no se ha avanzado más que con la idea de un bulevar ajardinado.
El cliché de la Malvarrosa no es diferente a lo que ocurre en otros barrios de Valencia. Sin ir más lejos, este miércoles la plataforma Orriols en Lucha convocó otra concentración en otro «cruce maldito» para protestar por la inseguridad, las ocupaciones ilegales y la suciedad.
«Por la calle San Rafael sí que pasó, por el resto no», alude a un grupo de calles que rodean y cruzan las Casitas Rosas donde el acceso está «vetado» para la mayoría de vecinos por todo lo que conlleva el tráfico de drogas y las ocupaciones ilegales de viviendas.
En la Malvarrosa, «O salimos a la calle o iremos a peor», dicen desde la asociación de vecinos, que tiene la receta muy clara: abordar el problema central del barrio impulsando un plan integral para Casitas Rosas, combatir las mafias del mercado de la droga que esclaviza personas y degrada todo lo que toca.
La protesta que se celebra hoy tiene mucho de reivindicación. Coincide con el día en el que se produjo una injusta carga policial contra el barrio que desató una ola imparable de protestas en los años 90. Y el lugar es donde se producen todas las movilizaciones significativas del barrio.
Desde que hace un año los vecinos volvieron a la carga para decir «basta» ante la degradación se han producido avances en reivindicaciones como el compromiso de urbanizar plazas abandonadas (Plaza Eximeno, Cronista Motblanch, Simón Bolívar), planificar el centro sociocultural, o reabrir el centro de juventud.
«También constatamos un aumento de control del mercado de la droga. Sin embargo, el problema central no se acaba de acometer, y la degradación persiste», aseguran, para señalar que entienden la «dificultad de un plan integral complejo como es el de Casitas Rosas. Pero se ha de empezar. Tendrá que ser urbanístico, social, de infraestructuras, y no será fácil. Pero en la Malva el vecindario está harto y vivimos con ello cotidianamente», critican.
«Queremos participación vecinal en el plan de la Malvarrosa. Hemos tenido muchas reuniones con concejalías aunque la comisión del Ayuntamiento para nuestro barrio ha tenido una única, la de su constitución el pasado febrero», denuncian.
Por este motivo aseguran que han «han dejado claro que sin presión ciudadana el barrio no avanza. Así que volvemos a la calle porque es el camino democrático que ahora tenemos abierto. El vecindario lo está demandando».
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