«No era el momento de gastarse ese dinero»

Poco antes de las doce del medio día había algo de cola a la entrada. Los que allí esperaban venían con los deberes hechos. «He leído en LAS PROVINCIAS que lo abrían y la verdad que ya que lo han comprado con dinero público es lo menos que pueden hacer», decía Manuel que junto con Pedro se interesó por el primer día de puertas abiertas en el edificio de Correos.

Vicente junto con su mujer y dos amigos también venían adrede al enteresas a través de las redes sociales. «Venimos de Aldaia, queríamos pasar el día en la ciudad y justo nos hemos enterado de que abrían, está bien, es algo curioso, además nos ha venido bien», comentó Vicente.

Al abrir las puestas la corta cola se disolvió y después hasta los turistas extranjeros se asomaban por la puerta para curiosear, porque muchos se encontraban las puertas abiertas «por pura casualidad», reconocía Patricia. Al abrir las puertas, en la entrada, una chica comentaba que el acceso al público era únicamente para la primera planta y ofrecía folletos con información de la exposición.

Son pocos los románticos que todavía envían cartas y seguro que su correspondencia no es para tales fines. En Valencia, uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad es el edificio de Correos que nació como Palacio de Correos y Telégrafos, o Palacio de Comunicaciones, cuando se inauguró en 1922. Este sábado ha vuelto a reabrir sus puertas aunque esta vez no como sede del servicio postal.

De unos 9.000 metros cuadrados, obra del arquitecto zaragozano Miguel Ángel Navarro, es de estilo ecléctico, con algunos elementos de modernismo valenciano, pero ahora este emblema es demasiado grande para la empresa pública. La Generalitat lo compró por 24 millones después de llegar a un acuerdo con Correos.

Ahora se reabre reconvertido en el Palacio de las Comunicaciones. Para algunos visitantes la exposición resultó algo sencilla, breve y escasa tal y como comentaron Catalina y Mónica. «Podría ser gratuito todo el año la verdad y la exposición es un poco corta, pero es interesante lo que se cuenta sobre el edificio», dijo Mónica. Catalina secundó sus palabras y añadió: «seguro que lo acaban usando para otras cosas, para hacer se publicidad de sus cosas».

Lo cierto es que será gratuito de forma permanente y se podrá visitar durante todo el fin de semana, y el lunes por la festividad de San Vicente, pero a partir de ese día estará abierto de martes a domingo en horario ininterrumpido de 12 a 20 horas, con el único límite que marque el aforo.

Otro de los visitantes conocía la polémica sobre lo ocurrido con el edificio de Correos como Ricardo que reconoció que «tal vez no era el momento de gastar ese dinero en la situación en la que estamos porque está claro que es para hacerse propaganda, pero al menos se puede visitar».

La Generalitat adquirió el edificio en 2021, según la directora «para incorporarlo al patrimonio público de todos los valencianos», con la finalidad de rentabilizar el patrimonio, conservarlo y protegerlo. Pero hay que recordar que el Gobierno valenciano desembolsó 24 millones de euros para hacerse con la titularidad y se gastó otro millón para adjudicar a Tragsa, días antes de Fallas, la elaboración de urgencia un plan de usos y adecuación de este espacio para que permitiera poder comenzar a utilizar el edificio como balcón fallero en las mascletaes.

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