El edificio que ardió el pasado jueves ya sufrió otro incendio en 2013, pero en aquella ocasión, por causas que ahora habrá que investigar, no fue demasiado grave. Según ha podido saber este diario, el fuego se limitó a la cocina de una de las viviendas.
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Según fuentes municipales, el incendio afectó a una de las estancias de la casa, y como suele ocurrir con los fuegos en cocina, se quedó confinado en ella gracias a la rápida actuación de los bomberos. En aquella ocasión no hubo que lamentar una tragedia de la magnitud de la de la semana.
Tal como han explicado las mismas fuentes, todo parece indicar que por aquel entonces fue un incendio de origen eléctrico, provocado por algún dispositivo conectado en la cocina. Es la misma hipótesis con la que trabajan ahora la Policía Científica sobre el siniestro de Campanar, aunque se desconoce en qué estancia de la casa o de qué dispositivo partió la chispa que hizo que las dos torres se convirtieran en inmensas teas en apenas unos pocos minutos.
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