El edificio de Correos, dos años sin planes de futuro

La última declaración de intenciones se realizó en mayo de 2023, cuando la entonces candidata al PP y ahora alcaldesa de Valencia, María José Catalá, presentó un proyecto para impulsar un museo innovador: el museo fallero del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

Entonces, se hizo hasta una prueba con un simulador 4D, porque el objetivo es hacer un museo dedicado a la principal fiesta de Valencia con contenido inmersivo, pero antes hay que dar un gran paso: la Generalitat tiene que tener claro el plan de usos que quiere para este edificio construido entre 1915 y 1922 por el arquitecto zaragozano Miguel Ángel Navarro Pérez.

El segundo paso necesario para que el proyecto de Catalá avance es que la Generalitat ceda el uso del edificio, que es Bien de Relevancia Local.

Tampoco se ha aclarado, en el caso de hacerse efectiva la cesión, si será de todo el recinto, que supondrían 9.400 metros cuadrados, o si será de parte con uso compartido para otro fin.

Se trata de una negociación que tienen que realizar desde el área de Presidencia de la Generalitat y desde Grandes Proyectos, en el caso del Ayuntamiento de Valencia, pero en ambos casos la respuesta es que cuando haya novedades se informará.

Siguen estudiando las opciones, en cuanto a la cesión y usos, y tampoco hay marcados plazos para resolver las incógnitas.

En agosto de 2023, en una de las primeras reuniones entre el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón y la alcaldesa María José Catalá, se abordó, entre otros asuntos, el futuro del inmueble, pero no se conocen avances.

La cuestión de fondo es que la intención era tener listo el proyecto del museo fallero del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad en la presente legislatura y las agujas del reloj van haciendo camino y el sonido del 'tic-tac' a la espera de decisiones.

Hasta que la cesión de la Generalitat al Ayuntamiento no se plasme negro sobre blanco, no se puede subir el siguiente peldaño de contratar el contenido museístico, donde tendrían mucho peso las nuevas tecnologías.

Y es que no hay que olvidar que en la presentación oficial que se hizo para detallar cómo será el museo fallero del siglo XXI, se hacía referencia a la necesidad de dar un salto de calidad en la promoción de las Fallas.

La idea es buena: atraer a turistas para que aunque no visiten por primera vez la ciudad en marzo, sí conozcan el resto del año cómo son las Falla.

Se busca generar una experiencia inmersiva que sirva para despertar el interés y hacer que vuelvan al cap i casal para impregnarse con el aroma de la pólvora, dejarse seducir por el sonido de las bandas de música y conocer en primera persona la artesanía que luces los valencianos con sus trajes de gala de rica seda.

Y es que no hay que olvidar que la intención es dar protagonismo a cinco pilares de la fiesta fallera como son la propia creación de los artistas falleros; la pirotecnia; la poesía festiva; la indumentaria y la música.

En la 'lista' de posibles acciones a desarrollar, en el Consistorio tienen claro que se puede dar protagonismo a la indumentaria, con exposiciones temporales, actividades para hablar de oficios artesanos como el de los bordadores o tejedores.

También se plantean que los visitantes utilicen herramientas para vivir una experiencia sensorial como lanzar (virtualmente) un petardo o sentir la vibración por el disparo de una mascletà. También figura en los proyectos de futuro hacer vivir a los turistas la sensación de desfilar en la Ofrenda de las Fallas e incluso podrán ver una falla, que se expondría en el hall del antiguo edificio de Correos.

Eso sí, falta que la Generalitat presente su plan de usos, ya que cuando adquirió el expresidente de la Generalitat, Ximo Puig, el inmueble, entonces se habló de convertir Correos en un centro sobre regiones e innovación. Esto se quedó en un cajón, pero falta avanzar en la planificación.

Mientras, no hay que olvidar que este edificio ha acogido una muestra bautizada con el lema de 'De la foscor a la llum', con la colección Lladró con 70 piezas de pintores emblemáticos, entre ellos Sorolla, Juan de Juanes, Ignacio Pinazo o José Benlliure.

En Fallas Mazón abrió el Palacio de Comunicación para poder albergar hasta 200 personas cada día para ver las mascletaes de Fallas (3.800 personas desde el 1 al 19 de marzo).

En el mes de abril albergó una exposición de artesanía valenciana y talleres de la entidad Arteval e incluso una muestra de fotoperiodismo con una retrospectiva a Robert Capa o en noviembre se celebró un encuentro de proximidad de la Federación Valenciana de Municipios y Provincias.