![Los afectados por el incendio llegan a las viviendas de Safranar en las que van a vivir temporalmente.](https://s1.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2024/02/26/1478061327-U200742926222XUG-U2101640321399hjF-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
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Tras un fin de semana de dolor y luto hoy es el momento de la esperanza para algunos de los damnificados por la tragedia de Campanar. El Ayuntamiento de Valencia, voluntarios y trabajadores están dando los últimos retoques al edificio del barrio de Safranar pensado para realojar a los que lo han perdido todo.
Los primeros desalojados del edificio siniestrado de Campanar han llegado al nuevo hogar provisional en Safranar en torno a las 16 horas. Son una pareja que no ha querido hacer declaraciones. Además, tres vehículos han comenzado a descargar objetos personales de algunos de los realojados que iban depositados en varias bolsas trasladadas en carros al interior. Personal municipal está asistiendo a los primeros llegados en la recepción de su vivienda.
Otros de los que se han acercado son una pareja joven española que residía en Campanar en un piso en propiedad. Visiblemente cariacontecidos y tristes, han manifestado: «Aún no hemos visto las casas. Simplemente nos han llamado y hemos venido. Estamos con el ajetreo». Tras ellos, una joven madre ucraniana ha llegado sobre las 16.30 horas acompañada por su hija de unos siete años. Ella es una de las primeras menores realojadas. La mujer está casada, pero su esposo aún no ha llegado al nuevo hogar provisional.
Entre las primeras impresiones de los realojados, destacan las de una mujer ucraniana que ha llegado acompañada de su hija. No domina el español, pero ha expresado en inglés: «Esto es muy difícil porque somos de Ucrania y ahora no tenemos nada. Espero que podamos quedarnos aquí un tiempo. También nuestros documentos».
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Ella ha sido de las primeras en llegar a los pisos de Safranar. «Esto es sólo para tres meses, después tendremos que volver a buscar algo para vivir», ha reflexionado. Preguntada por las primeras impresiones ante su nuevo hogar provisional, ha mostrado su satisfacción, si bien ha matizado que está bien «para tres meses», incidiendo en la provisionalidad y falta de estabilidad que aún padecen los damnificados de Campanar.
Tras ella han llegado más familias con hijos, pero no han querido hacer declaraciones y se han marchado apresuradamente, tratando de alejar a los menores del revuelo mediático y aún atribulados por las muchas gestiones pendientes.
Según las estimaciones municipales, este jueves han sido reubicados en el edificio de Safranar 27 adultos y 14 niños, todos ellos miembros de una docena de familias.
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A la una de la tarde, la alcaldesa María José Catalá ha visitado los pisos que se están acondicionando en el barrio de Safranar. Según ha expresado, el Ayuntamiento espera la llegada de los primeros realojados entre la tarde de este lunes y mañana. No llegarán en bloque, sino paulatinamente y 100 familias de las damnificadas ya han mostrado su interés por estos pisos.
Inicialmente el Ayuntamiento se está haciendo cargo de los gastos de suministro. Los pisos funcionan con aerotermia y electricidad. No hay gas ciudad, anotan fuentes municipales. Sí disponen de trastero y plaza de garaje. Hay nevera, lavavajillas, horno microondas y lavadora.
La previsión del Ayuntamiento es que los realojados puedan permanecer tres meses pero prorrogables en función de sus necesidades. «A partir de ahí estudiaremos cada caso y responderemos según lo más urgente». Es decir, pese a ser un alivio «es una solución temporal» para que puedan empezar de cero de una manera lo más cómoda posible.
Para hacer mejor la vida de los más pequeños tras el tremendo sobresalto del jueves, para muchos de ellos muy traumático, también se ha previsto la incorporación de algunos juguetes que humanizarán todavía más las viviendas.
Según fuentes municipales, los pisos más pequeños tienen entre 45 y 53 metros cuadrados y los más grandes, de tres habitaciones, entre 65 y 74 metros cuadrados. Todos los equipamientos, utensilios y enseres están dispuestos muy ordenadamente de una manera similar a lo que podría ser un apartamento turístico o la estancia de un hotel.
Y los trabajos siguen. De hecho, una portavoz de Ikea, que ha aportado decenas de voluntarios montadores esperaba esta mañana que las tareas concluyan el miércoles.
¿Qué se van a encontrar los realojados? Un barrio, el de Safranar, que en muchos aspectos se asemeja a cómo era Campanar en el momento en el que comenzaron a vivir en los bloques incendiados. Si bien algunas de las fincas son más humildes que aquel barrio que protagonizó el boom urbanístico a principios del milenio ahora mismo hay nuevas edificaciones y la mayoría de solares han sido sustituidos por construcciones.
Vivirán a unos cuatro kilómetros y quince minutos en coche del barrio de Campanar, con una conexión relativamente rápida de su anterior entorno en Valencia a través de Tres Cruces y de Nou d'Octubre.
Se trata de un edificio nuevo de titularidad pública con dos patios de acceso, garajes y 131 pisos. Como ya ha expuesto la alcaldesa, María José Catala, la prioridad de acceso la tendrán las familias con niños y niñas y las de mayores o con alguna dificultad.
Los apartamentos están repartidos en siete pisos. Hay cuatro escaleras. Algunas de las casas cuentan con dos habitaciones y otras con tres.
De momento, se han llenado con productos de primera necesidad cedidos por empresas y voluntarios. Se han montado colchones en las camas, hay ropa de cama, mesas sillas, juegos de toallas, los electrodomésticos fundamentales… Eso sí, no habrá televisores.
También han llegado sobre las diez y media de la mañana las últimas mesas y sillas para completar los pisos.
El propósito es que cuando lleguen los evacuados tengan lo esencial para poder vivir en perfectas condiciones. El nivel de acondicionamiento del edificio es muy similar al que cualquier persona podría encontrar en un alquiler de apartamento vacacional, con todo dispuesto para limpiar, descansar, guardar objetos, cocinar o asearse.
«Vamos a brindarles todo lo que necesiten. Vamos a volcarnos con ellos», avanza emocionada María García, una residente del barrio mientras Ikea aporta algunos de sus alimentos para llenar las cocinas y completa los últimos muebles
Marian Garrigues, la portavoz de Ikea en Valencia, ha asegurado que el viernes consiguieron montar 25 pisos. «Hoy hemos seguido descargando mercancías para completar el mobiliario de los comedores de los restantes», ha agregado. Se trata esencialmente de mesas y sillas.
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Son 120 voluntarios de las tiendas de Ikea en Valencia y Leganés los que se están volcando con esta labor. Garrigues confía en que todos los pisos estén terminados de montar ya el miércoles, pero no ha podido concretar si será entonces cuando lleguen todos los realojados en conjunto o lo harán paulatinamente.
«Estamos trayendo todo lo que el ayuntamiento estima necesario y hay otras empresas colaborando» en otros aspectos para equipar los inmuebles. En el plano humano, ha destacado: «Valencia es nuestra tierra y tenemos que apoyar a nuestros vecinos haciendo lo mejor que sabemos, construyendo un nuevo hogar para los que están sufriendo».
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