Encuentran a Sam, la gatita egipcia perdida en el cauce del río en Valencia

La historia de la gata egipcia perdida hace tres días en el barrio de Tendetes ha tenido un final feliz. El felino, de nombre 'Sam', ya se encuentra en casa sana y salva y resguardada del frío con mantitas después de pasar tres días fuera de casa y perdida por Valencia.

La gata, que salió corriendo de su casa el viernes por la tarde en un pequeño descuido cuando se abrió la puerta de casa para recibir un paquete de un repartido, fue encontrado en la noche de este pasado lunes en el puente de Serranos, justo en una de las rampas del río próxima al Pont de Fusta.

El rescate de 'Sam' o 'Sami', como también se le llama cariñosamente, un felino sin pelo (puesto que es de raza 'Sphynx', egipcia) fue fruto de la casualidad. Una joven, Elena Fernández, se encontraba a las 21 horas del lunes en una de las rampas del río «y vi un gato en una zona oscura. Se notaba que estaba asustado, no se movía. Yo pensé o está enfermo o lo pasa algo». Confiesa que «aunque yo no tengo animales y nunca haba cogido a ninguno, vi que estaba en un apuro. Me acerqué y al verla sin pelo, pensé que estará congelada. Me agaché, se puso entre mis piernas y, como se dejaba tocar, la cogí, aunque por otro lado pensé que era una responsabilidad».

Mientras, los dueños habían iniciado una nueva batida acompañados de vecinos para buscar a 'Sam', a la que consideran una más de la familia, la joven Elena decidió prestar una ayuda al animal y llevarla a casa para darle calor, mientras buscaba una solución. Y es que si bien su propietario, Mario Stabile, había colgado más de mil carteles por las calles advirtiendo que buscaban una gatita y que incluso ofrecía una recompensa de 2.000 euros, algo que de inmediato se subió a redes sociales, la joven Elena no conocía esta campaña de movilización y no sabía de quién era el animal extraviado.

«Iba con una bici en una mano y con la gatita tapada con la chaqueta en otra. Le di calor y algo de comer y bajé al veterinario para ver si podía ayudarme, leyendo el chip para encontrar al dueño. Al decirme que por pasar el lector me tendría que cobrar 84 euros, me recomendó que avisara a la Policía o alguna protectora», según Elena Fernández.

Fruto de la casualidad, «una mujer que salía del veterinario me dijo que casualmente había visto en redes que buscaban una gatita sin pelo. Como y o no soy muy de redes sociales, entré, me puse a buscar gatas perdidas en Valencia y es cuando vi el cartel y el teléfono de los dueños».

El propietario, Mario, detalla que «justo estábamos en la calle en el tercer día de búsqueda de 'Sam' y casi no habíamos dormido. Me dio un vuelco el corazón y le pregunté a la chica si podíamos ir a su casa a recogerla, porque ya pasaban las diez de la noche». Lógicamente le pidió que primero le mandara fotos para ver si reconocía a 'Sam' y así fue.

La joven que esperaba la llegada de los dueños narra que «cuando llamé a los dueños me llamó la atención que el animalito oyó por teléfono la voz de su dueño y se puso de pie, se notaba que lo había reconocido».

Según Mario «el reencuentro fue muy emotivo y me alegro de que Elena se interesara por la gatita al verla en la calle asustada. Al final la encontramos a más de un kilómetro de distancia y tenía algunas magulladuras, pero está bien y la vamos a llevar al veterinario. Ha estado en casa recuperándose y tapadita con sus mantitas. Lo habrá pasado mal».

Mario detalla que «como en el cartel pusimos que había una recompensa de 2.000 euros a la persona que lo encontrara, y después de la gente que se había unido con nosotros para hacer las búsquedas, le dije a la chica que le hacía la entrega de esa recompensa».

Tanto Mario como Elena coinciden en señalar que hasta cuatro veces la chica dijo que no quería dinero, que era una satisfacción haber podido ayudar, «pero le insistimos mucho porque creemos que es lo justo después de los tres días que hemos pasado. Es una muestra de agradecimiento».

Elena Fernández, que es profesora de yoga, afirma estar muy contenta con el gesto «porque ha sido una historia muy de película y ya que han querido ofrecerlo, pues lo dedicaré para viajar este verano y para empezar a recibir clases de violín porque me han regalado uno estas Navidades».

Mientras, hoy los dueños están recorriendo el barrio para quitar todos los carteles con el reclamo 'Se busca' que habían distribuido por distintas zonas.