Valencia tendrá hoteles para insectos y torres de murciélagos

El proyecto, que es consecuencia del que empezó a moverse en 2022, busca adaptar las ciudades «al nuevo paradigma ecológico». «La demanda social de naturalidad en nuestras ciudades, que ya había experimentado un notorio auge a causa de la situación de emergencia climática, se ha visto recientemente incrementada por la pandemia del Covid-19. Como ponen de manifiesto numerosas publicaciones científicas, un ecosistema y un entorno saludables pueden constituir una barrera frente a la propagación de patógenos entre las poblaciones humanas; esto también resulta de aplicación en el caso de las áreas metropolitanas», indica la memoria del proyecto.

Lo que se licita ahora es una de las cuatro patas del plan de biodiversidad, que incluye la creación de estructuras verdes que sirvan como hábitat para especies de insectos, aves y plantas de todo tipo. «Servirá para incrementar la biodiversidad y su conservación en el entorno urbano, así como la resiliencia ante el cambio climático, la habitabilidad y la calidad de vida de sus habitantes», asegura la memoria.

Las actuaciones se harán en 60 enclaves ajardinados de la ciudad e incluirán reducción de la poda estética. De hecho, en el Jardín del Turia se recomienda no podar más allá de 10 centímetros en zonas como los alrededores de la pista de atletismo frente a la Petxina. Además, el plan incluye la creación de praderas floridas en decenas de parques «para lograr la presencia de polinizadores». También se rellenarán alcorques y se crearán islas de arbustos con frutos que tengan mejor sabor para que los pájaros los busquen más y aniden en la ciudad.

El Consistorio también instalará torres para aves, murciélagos (incluso en edificios públicos situados en el parque de Benicalap) o demás fauna, así como colmenas, y creará agrupaciones de rocas artificiales para la fauna. También dejará madera muerta o hará agujeros en grandes troncos muertos para que sirvan de ecosistema para insectos y pequeños animales.

Lo que más llama la atención es la ubicación de algunas de estas actuaciones. Por ejemplo, el plan contempla la creación de una charca entre Doctor Moliner y Doctor Rodríguez Ferrer en pleno Blasco Ibáñez, así como en Clara Campoamor y Músico Ginés. «El objetivo de esta medida es aumentar la disponibilidad de agua para la fauna en periodos de lluvias escasas y elevadas temperaturas. Se excavará en el terreno un agujero de entre 10 y 15 centímetros de profundidad con orillas tendidas y de entre 100 y 200 centímetros de diámetro. La charca se alimentará diariamente con una derivación del riego por goteo existente en el parque y dispondrá de un temporizador que suministre agua desde marzo hasta septiembre durante el tiempo suficiente por la mañana para que se llene la excavación. Una vez llena, se parará el goteo», indica la memoria.

Cabe recordar que el anterior equipo de gobierno ya planteó un hotel para insectos frente a las torres de Serranos. La idea no gustó al PP, que quería, en esa pradera, otro parque infantil similar al Gulliver pero río arriba. El proyecto, por cierto, ha desaparecido del plan de biodiversidad.