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La ermita, con la verja que la cierra y la barbacoa instalada en la entrada. círculo por la defensa y difusión del patrimonio cultural

De ermita a barbacoa

San Miguel de Soternes de Valencia ·

Círculo por la Defensa y Difusión del Patrimonio Cultural denuncia la situación del antiguo templo, que ahora es una iglesia ortodoxa

Álex Serrano

Valencia

Viernes, 10 de febrero 2023

Nunca ha estado la fe reñida con el buen comer. De hecho, celebramos la Navidad con opíparos festines. Pero de ahí a organizar la merienda ... en el propio templo hay un trecho, y no digamos ya si el templo, en cuestión, es un Bien de Relevancia Local, protegido por la Conselleria de Cultura y el Ayuntamiento de Valencia. O, mejor dicho, que debería ser protegido por ambas instituciones.

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Hablamos de la Ermita de San Miguel de Soternes, en el Barrio de la Luz. A tenor de las imágenes facilitadas por la entidad Círculo por la Defensa y Difusión del Patrimonio Cultural, alguien no se ha dado cuenta de que los actuales dueños del edificio, reconvertido en iglesia ortodoxa, han permitido la instalación de una barbacoa, con chimenea y todo.

Tal como explican los vecinos, se dan cita en la ermita fieles valencianos de esa confesión. «A veces organizan actos por la tarde y tal, pero pensábamos que tenían permiso», confirmaban este viernes residentes de la zona, ubicada muy cerca del Hospital General.

La ermita de San Miguel de Soternes fue construida en la primera mitad del siglo XV, «con la congrua dotación del poeta Joan Martorell como iglesia del desaparecido caserío de Soternes», según un informe de la Academia de Bellas Artes. El barrio fue antiguamente una alquería «que pertenecía al célebre escritor valenciano del siglo XV, autor de la novela Tirant Lo Blanch».

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«El interés histórico artístico del edificio está fuera de toda duda por su valor de sitio histórico como lugar de la memoria del gran escritor valenciano Joan Martorell. También lo es por conservar una preciosa construcción gótica de carácter rural, única en su tipo en Valencia. Este interés permanece a pesar del lamentable estado al que ha llegado después de largos años de abandono y de las diversas y desafortunadas actuaciones que se han realizado en el edificio a lo largo de su historia. También a pesar del desastroso entorno que rodea a la ermita», asegura el informe.

El Síndic de Greuges investiga desde esta semana la situación del templo, denunciada en 2017 y 2021, pero cuya situación se ha agravado, a juicio de César Guardeño, portavoz de la entidad, desde hace escasas fechas. Ya el pasado año la Academia de Bellas Artes de San Carlos alertó de que la intervención que se realizó con motivo de la reapertura del templo, construido por Joanot Martorell, debería de haber servido «para estudiar su estado de conservación estructural, peligros de termitas, asientos diferenciales, cubiertas y humedades en general, pintura y acabados originales, así como analizar la configuración de la Iglesia medieval y de las sucesivas intervenciones sufridas».

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La barbacoa instalada en la ermita. CÍRCULO POR LA DEFENSA Y DIFUSIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL

«Nada de ello se ha verificado, habiéndose realizado una simple obra de 'adecentamiento' pintando sin criterio techos y nervaduras y sin realizar las catas de pintura, bóvedas o subsuelo necesarias. También se desconoce si la aplicación pictórica fue la adecuada. Todo ello se ha realizado, por las noticias que nos han llegado, sin haberse obtenido la correspondiente licencia municipal, que de acuerdo con la legislación vigente, deberá contar además con el necesario permiso de la Conselleria competente en materia de patrimonio», indicaba el informe de la academia: «Nos encontramos ante una intervención claramente ajena a la normativa vigente y a las prescripciones que para el edificio se contienen en la correspondiente ficha del catálogo de protecciones».

De la misma opinión son en el Círculo, que ya denunció la situación de abandono del templo en 2017. Entonces, el Consistorio explicó que había exigido al propietario que actuara para mantener el edificio en las «condiciones de seguridad, salubridad, ornato público y decoro» necesarias. Fue en 2021 cuando el Círculo descubrió que se estaban ejecutando unas obras «que consistían en la instalación y cerramiento del porche con unas rejas, además de la colocación de un asador de ladrillo cara vista adosado a la fachada y otros elementos impropios de un BRL». «Ante la duda de si estos trabajos se estaban ejecutando con la correspondiente autorización patrimonial, pusimos en conocimiento estos hechos ante la Policía Autonómica, que paralizó las obras», explican desde la entidad.

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La conselleria dio traslado al Ayuntamiento para que fuera el Consistorio quien ordenara, si debía hacerlo, revertir las obras. «Desde esa fecha no hemos tenido más noticias al respecto y desconocemos si el Ayuntamiento de Valencia actuó o no para revertir las obras», indican desde el Círculo. «La sorpresa se produjo el pasado 27 de enero de 2023 cuando comprobamos in situ que las obras realizadas allí y denunciadas en 2021 no solo seguían estando, sino que el asador de ladrillo venía siendo usado con regularidad e incluso se había instalado una conducción para la extracción de humos», aseguran las mismas fuentes.

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