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Estado actual del espacio que ocupaba The Face, demolida en 2017. JESÚS SIGNES

The Face: cuando la Ruta del Bakalao se puso guapa

Viaje por la Ruta Destroy: capítulo 1 ·

La discoteca de Pinedo fue derribada en 2017 pero quienes la visitaron la recuerdan como un sitio «muy especial»

Álex Serrano

Valencia

Viernes, 12 de noviembre 2021

The Face abrió sus puertas en los primeros años de la década de los 90. Cerró en 2004. En esta década de vida, la discoteca, que tenía por lema «la cara bonita de Pinedo», en un juego de palabras poco edificante, se erigió en parte ... importante de una Ruta Destroy que vivía sus últimos años. Lo consiguió, según quienes lo vivieron y formaron parte de la curiosa vida de la sala, con una apuesta atrevida que pretendía acercar a la Ruta a personas que podían estar alejadas ideológicamente de otras discotecas. Sin embargo, se hizo un hueco entre las nueve más importantes del momento no sin dificultad.

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Fue en torno a 1992 cuando la discoteca despegó. Lo recuerda Víctor Pérez, DJ residente de The Face durante años («sólo dejé de ir 20 días, cundo me casé»): «Se me pone la carne de gallina al recordar lo que se vivió el día en que se juntaron ahí más de 800 personas». The Face fue una tirada de dados, una carta sacada al azar: una jugada que salió bien pero podía haber salido tremendamente mal.

Pongámonos en situación. En 1992, España estaba inmersa en la preparación de los Juegos Olímpicos de Barcelona. Fue más o menos en torno a esa época cuando la presión policial empezó a centrarse en la CV-500 y en los miles de jóvenes que cogían el coche. A la Ruta le quedaban entre cuatro y cinco años para que empezaran a cerrar las discotecas. Quedaban lejos las mejores épocas de Chocolate, Barraca o Puzzle, pero los empresarios encargados de The Face decidieron abrir una discoteca en Pinedo, cerca de Valencia pero lo bastante cerca de la Ruta como para que se convirtiera en parte importante de ella.

Gente esperando en la puerta de la discoteca, cinta y cartel de la sala LP

The Face no estaba en la CV-500, como tampoco lo estaba ACTV, NOD o Espiral. Ni Spook Factory, situada a escasos metros de la primera. Pero sí se encontraba en Pinedo, donde varias salas de fiesta encontraron una ubicación perfecta: lejos del casco urbano, con lo que las molestias se reducían, pero lo suficientemente cerca del 'meollo'.

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Los artífices de The Face fueron, según Víctor Pérez, Julio Andújar (ACTV), Artemio Guardiola (Chocolate), Bernardino Solís (Spook) y Samantha Prat (Dreams Village, Jardines y Bounty). Todos ellos nombres reconocidos de la noche valenciana que decidieron intentar algo nuevo en The Face. Y les salió bien durante más de una década.

«El concepto se concretaba, para mí, al principio en una propuesta muy singular, muy innovadora para los parámetros que había en aquel momento. Resultó refrescante: una música más abierta en un primer momento. Luego se desvió a un camino más ligado a cosas más familiares con música comercial y demás», explica Joan M. Oleaque, autor de 'En éxtasis. El bakalao como contracultura en España', editado por Barlín Libros en 2017.

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La famosa piscina y recuerdos de la discoteca. LP

Como todos los locales de moda, The Face se convirtió en el lugar en el que había que estar. «Se hicieron desfiles de Montesinos, de otros grandes diseñadores...», explica Pérez. El público que acudía a The Face «podía haber estado en Distrito 10», según Oleaque. «Era una estética cuidada, en algunos casos un poco VIP... pero luego cambió mucho. Se normalizó. Siempre hubo un punto de glamour impulsado por los promotores», comenta el escritor, que apunta que los promotores de la sala «jugaron muy bien con las posibilidades de que la gente al ir a esta sala pensara que de alguna manera estaba yendo a un sitio de nivel, potente, diferente al que acostumbraban a ir».

Pérez, que estuvo en esas noches a pie de pista (o de platos, en realidad), comenta que la discoteca «era diferente». «Había papel higiénico, zona VIP con fruta, poníamos otro estilo diferente... era una alternativa. Lo que era muy bonito es que cada sala tenía su ambiente», indica uno de los DJ residentes de la conocida discoteca de Pinedo.

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Los 5 temas imprescindibles de The Face para... Víctor Pérez, DJ

  1. 1

    Charisma - Grace In Your Face, 1993

  2. 2

    D:Ream - U R The Best Thing, 1994. Era la canción de cierre y el himno 'oficioso' de The Face

  3. 3

    Peach - Sorrow Town, 1998

  4. 4

    Chicane - Saltwater, 1999

  5. 5

    Sheryl Lee Ralph - In The Evening, 1996

En lo referente a la música, The Face se abrió a un concepto de discoteca «más cercano a lo que podía ser Pachá o similar en un circuito donde en principio esto no estaba contemplado», cuenta Oleaque. «Cuando los clubes ingleses triunfaban y el 'house' se convirtió en una opción real a través de Ibiza y Barcelona, ellos tuvieron una residencia de Ministry of Sound que estuvo muy bien», explica el experto, que añade que estas propuestas «estaban en sitios muy 'underground'». «Ellos los llevaron a sitios más abiertos y más cuidados. Smoking Joe o Terry Farley pincharon ahí», recuerda.

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Pérez, por su parte, apunta que además de 'house' o 'dance', en The Face se pinchaban 'cantaditas', que es el nombre que en la Ruta recibían las canciones con letra. Habían quedado relegadas a horas tardías de la sesión en otras discotecas, pero en The Face las 'cantaditas' sonaban a cualquier hora. Eran otros tiempos: hoy día es difícil encontrar discotecas donde no pongan canciones con letra. Los temas instrumentales o musicales sin letra han quedado relegados (o no) a los festivales especializados.

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La discoteca cerró en 2004 pero desde entonces se abrió en varias ocasiones para celebrar fiestas 'remember' hasta que fue derribada en 2017. Con ella desapareció un concepto distinto de fiesta, que pretendía llevar a un entorno privilegiado «un público tradicionalmente de Valencia ciudad, de ámbitos llamados 'pijos'», según Oleaque. La cara más guapa de Pinedo apagó los bafles definitivamente hace más de quince años, pero su recuerdo sigue presente.

No únicamente quienes hicieron cola para acercarse a la famosa piscina, o a la terraza 99 Calamares, o para entrar a la propia sala, sino también entre quienes han hecho de la memorabilia relacionada con la Ruta un objeto de coleccionista. Hay llaveros, carteles, CD, incluso cintas de casete que recuerdan los tiempos en los que en Pinedo la fiesta no se acababa nunca.

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