Vecinos de la Alameda piden refuerzo policial y de limpieza por la Feria Alternativa

La Feria Alternativa, que se celebra los próximos días 8, 9 y 10 de junio, es el evento que más preocupa a los vecinos del Tramo IX del Turia de cuantos se celebran a lo largo del año entre el puente de la Exposición y el de Las Flores.

«Se puede decir que lo tenemos marcado en rojo en nuestro calendario, pero más que por el evento, que no tenemos nada particular en contra del mismo, por las molestias que históricamente ha generado en forma de ruido, suciedad y botellón. Y siempre nos da respeto. Es cierto que el año pasado, el Ayuntamiento de Valencia consiguió, con un estricto control del botellón gracias a la presencia policial y a un amplio dispositivo de limpieza, que todo transcurriera con cierta normalidad y que el descanso vecinal fuera bastante compatible con un evento muy festivo. En ese sentido estamos muy agradecidos a la implicación del ayuntamiento ya que siempre ha entendido que es fundamental conjugar ocio con respeto», asegura Rosa Arlandis, presidenta de la Asociación de Vecinos del Tramo IX del Turia.

En el 2017 fue la primera vez que esta feria se desarrolló dentro de unos ciertos parámetros de normalidad. La prohibición de las batucadas, el gran número de efectivos policiales tanto en el río como en los accesos para evitar que la gente bajara con bebidas alcohólicas, equipos de música, botellas de butano para cocina, colchones etc, fueron aspectos capitales para erradicar el botellón y la indecencia que se generaba alrededor de dicha fiesta.

La asociación de vecinos ha mantenido a lo largo de este año reuniones con las concejalías implicadas en el control de la Feria Alternativa, tanto con Espacio Público, Medio Ambiente y Seguridad Ciudadana. «Tanto Carlos Galiana, como Pilar Soriano y Anaïs Menguzzato nos han asegurado que se va a mantener el mismo dispositivo del 2017 ya que una cosa que ha ido bien no debe de tocarse. Los tres ediles siempre se han mostrado interesados en erradicar y controlar una feria que en los últimos años hacía la vida imposible a todos los vecinos y originaba una mala imagen de la ciudad por la cantidad de suciedad y malos olores que originaba», concluye Arlandis.