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«Porque soy como el árbol talado, que retoño: porque aún tengo la vida», escribió en plena guerra civil Miguel Hernández. En esos versos aparece el optimismo casi irredento del poeta de Orihuela, que no tenía en mente, claro, lo que ha ocurrido con el ... ficus de plaza de España. Pero el arte, cuando es bueno, es capaz de contar la vida en distintos momentos históricos, porque lo que escribió el maestro se ha cumplido. El árbol atacado con herbicidas hace menos de dos meses comienza a dar señales de recuperación tras la poda a la que fue sometido el pasado mes.
Aunque los técnicos municipales no quieren echar las campanas al vuelo, las hojas verdes que ya se ven en algunas ramas llaman al optimismo. «Estamos tratándolo con mucho cariño», cuentan fuentes de Parques y Jardines, que creen que en unos pocos días podrán determinar si el árbol se salva o no. A tenor de lo visto estos días, y para alegría de muchos vecinos, todo parece indicar que el árbol se salvará.
Y eso que los especialistas no eran demasiado optimistas. El árbol parecía muerto hace unos pocos días, cuando asemejaba el protagonista de una película de terror, con las ramas secas y sin hojas tras la poda regenerativa la que fue sometido, que incluyó el corte de cientos de ramas. La idea era «limpiar» el veneno para que la capacidad regenerativa del ficus, un ejemplar que ronda el medio siglo de vida, hiciera lo demás.
Eso, junto a las atenciones constantes de los técnicos de Parques y Jardines y a la protección del tronco con vallas para evitar que fuera atacado de nuevo, parece haber surtido efecto. El ficus fue atacado en dos ocasiones por alguien que practicaba agujeros con un taladro en el tronco. Por ellos introducía productos caseros, como salfumán o similar, que entraban directamente en el tronco. Aunque en un principio no eran demasiado optimistas, los especialistas se pusieron manos a la obra, empujados por la firme intención del concejal delegado, Juanma Badenas, y parece que han obrado lo que hasta hace muy pocas fechas se calificaba casi de milagro.
Mientras, avanza la poda de los ejemplares monumentales de ficus que hay en la Glorieta y el Parterre. Se trata de árboles de gran porte, mucho mayores que el de plaza de España, que requieren de podas periódicas. La última se hizo hace dos años, después de que parte del árbol de la plaza de Alfonso el Magnánimo se desprendiera del tronco. Las ramas provocaron cuatro heridos y el Ayuntamiento empezó una campaña especial de inspección de todos los ficus de la ciudad, dado que son árboles que tienden a acumular mucho peso en sus copas.
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