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Coja una idea cualquiera y después de envolverla con un montón de anuncios tendrá un gran proyecto en Valencia, como si fuera un testigo que debe pasar de generación en generación sin que nunca sea una realidad. Da igual que se trate de la rehabilitación de un edificio como los antiguos Docks portuarios o una infraestructura vital como el Parque Central, pasando por reparar accesos al cap i casal fallidos como la avenida Cataluña o la conexión del jardín del Turia con el mar. Todo sigue siempre igual.
Cada equipo de gobierno que llega trae además los suyos, con lo que el listado engorda y no acaba nunca. Los dos últimos ejemplos son la renaturalización del viejo cauce y la transformación del paseo marítimo de la Malvarrosa. Por supuesto, de momento sin presupuesto ni acuerdo claro con las administraciones que deben participar y darles el visto bueno.
«No sabemos nada, estamos igual», dicen en la asociación de Comerciantes del Centro Histórico sobre la reforma de la plaza de la Reina, de la que el gobierno municipal empezó a hablar hace ya cinco años, recuperando así una propuesta del Colegio de Arquitectos entregada al Ayuntamiento en 1999.
El pasado viernes se conoció la resolución de dos recursos presentados en el Tribunal Central de Recursos Contractuales, uno contra la adjudicación del proyecto del Palau de la Música y otra acerca de la gestión de la ORA. Hay esperanza por lo tanto de que el gran atasco de ese organismo se diluya poco a poco, lo que beneficiará el encargo para la plaza de la Reina, recurrido también y sin plazos.
De otros grandes proyectos no se sabe nada desde hace más de dos año, como ocurre con los Docks portuarios. Entonces un grupo de expertos elevó una serie de recomendaciones al Consorcio Valencia 2007 para los usos de los enormes almacenes diseñados por el arquitecto Víctor Gosálvez en la primera década del pasado siglo y que recuperó el Consistorio el pasado mandato.
Igual que las dificultades padecidas por el mismo Gosálvez cuando intentó levantar un inmueble de cinco plantas y no pudo completarlo, ahora el hecho de que Compromís y el PSPV opten por un equipamiento cultural público (léase un museo) en lugar de sacar en concesión la reforma y puesta en valor de las naves han atascado cualquier iniciativa. Igual podría decirse del antiguo Varadero, con un concurso paralizado cuando ya estaba prácticamente adjudicado a una empresa privada y que sigue en el limbo más absoluto.
El mapa de la ciudad está lleno de ejemplos. En pleno centro histórico, se habla desde hace décadas de la recuperación de un pequeño solar en la calle Micalet, justo al lado de la catedral. Cuando ya parecía que estaba todo solucionado con la adjudicación de las obras de rehabilitación de la Casa del Relojero y al lado una plaza encerrada entre una especie de fachadas falsas, llega la oposición vecinal por el diseño del conjunto. De momento, se limita a una recogida de firmas, aunque denota que la solución se ha cerrado en falso.
Igual o más importante es seguramente el acceso a Valencia por la avenida Cataluña, con la famosa Torre Miramar, una obra realizada por el actual Ministerio de Transportes y que el Ayuntamiento se niega a recepcionar por completo debido a deficiencias en jardines, estanques y el propio mirador, que se han convertido en abandono. La última cuenta realizada por los técnicos municipales es que el coste de las reparaciones superará los tres millones de euros.
El concejal de Ciudadanos Narciso Estellés censura al gobierno municipal por «consentir la imagen de degradación que ofrece la entrada de Valencia por la V-21 desde hace ya doce años», para pedir también explicaciones a la delegada del Gobierno, Gloria Calero, por «no responder a las demandas del Ayuntamiento y no haber hecho el informe sobre las conclusiones del futuro documento de acuerdo, tras la inspección de los técnicos a la zona realizada hace siete meses».
«Es inaudito que el concejal Grezzi haya sido incapaz de obtener una respuesta de la Demarcación de Carreteras, del Gobierno de España, sobre el informe de valoración de los daños de la rotonda y la Torre Miramar, que sumaba unos tres millones de euros, y ni el consistorio tenga documento alguno sobre las patologías del túnel de la V-21, que aseguraron que se había pedido hace ahora casi un año», dijo en base a una respuesta del gobierno municipal, donde se asegura que todo está «en proceso».
El Parque Central es otro ejemplo: las fases se han alargado tanto que el Ministerio de Transportes ha anunciado que ampliará la estación provisional, para lo que el gasto se elevará a 33 millones de euros. Es sin duda el proyecto faraónico por excelencia con una inversión total de 3.000 millones, por lo que es probable que ese gigantismo sea su mayor enemigo. Tanto se retrasan las obras del túnel que irá desde el bulevar sur hasta la estación Central que el gobierno municipal tiene tiempo para rediseñar el barrio que habrá entre Malilla y la calle San Vicente, lo que hará, por supuesto, sin plazos.
Parque Central
«Previsión», «se está trabajando» y «redactando» fueron algunos de los términos utilizados en una de las últimas comunicaciones del Ministerio de Transportes sobre las obras ferroviarias pendientes. La dura realidad es que el Gobierno invertirá 33 millones en ampliar la estación provisional Joaquín Sorolla, que ha superado la década y se ha quedado ya pequeña.
Estación del Norte
El entonces Ministerio de Fomento, a través de la empresa Adif, anunció durante los actos de conmemoración de los primeros cien años de la estación diseñada por el arquitecto Demetrio Ribes una profunda reforma del inmueble, tanto en los torreones como en el edificio principal y la enorme cubierta. Hasta octubre de 2020 no adjudicó la redacción de este proyecto, que además tendrá un plazo de ejecución de 17 meses. Las obras siguen sin plazos.
Docks en la Marina
Un museo, un teatro, un centro de investigación o una residencia fueron algunos de los usos previstos por un grupo de expertos que reunió el Consorcio Valencia 2007 para que le aconsejaran acerca de qué hacer con el enorme edificio de los Docks. La intención del alcalde Ribó es que albergue un gran equipamiento cultural, descartando la apertura de un hotel en concesión. Ahí sigue, vacío.
Plaza de la Reina
El 14 de septiembre de 2016, el concejal de Movilidad, Giuseppe Grezzi, acudió montado en una bicicleta eléctrica a la plaza de la Reina en una cita con la prensa para anunciar la reforma de uno de los espacios más singulares y al mismo tiempo maltratados del centro histórico. Tanto el proyecto como las propias obras están ya adjudicados, aunque un recurso sobre estas últimas mantiene el bloqueo para una reurbanización que afectará a la movilidad e itinerarios comerciales de Ciutat Vella.
Torre Miramar
El proyecto se torció prácticamente desde su inicio, cuando las obras se iniciaron en la precampaña de las elecciones generales de 2004. Luego, cuando llegó Zapatero a poder, modificó el acceso a Valencia por la avenida Cataluña para que la torre miramar fuera más grande, más colosal, más inútil en suma porque ha pasado desde entonces a ser una especie de jarrón chino.
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Jon Garay y Gonzalo de las Heras
Equipo de Pantallas, Oskar Belategui, Borja Crespo, Rosa Palo, Iker Cortés | Madrid, Boquerini, Carlos G. Fernández, Mikel Labastida y Leticia Aróstegui
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