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Colocación de la nueva señal de aviso en la plaza Ciudad de Brujas, este viernes. amics del carme

Grezzi no contenta a los vecinos del centro pese a señalizar más las cámaras

El Ayuntamiento inicia el refuerzo de los avisos de las zonas restringidas en un intento de bajar el número de multas que se ponen a no autorizados

Paco Moreno

Valencia

Sábado, 24 de septiembre 2022, 00:30

«La señalización está bien, pero se pierde una oportunidad para rectificar». La contrata municipal comenzó ayer el refuerzo en la señalización horizontal y vertical de los cinco accesos controlados con cámaras en la parte norte de Ciutat Vella, aunque es una medida claramente insuficiente ... para la asociación de vecinos Amics del Carme y la asociación de Comerciantes del Centro Histórico.

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Ayer mismo, un grupo de operarios reforzaba con otra señal de aviso en la plaza Ciudad de Brujas, un día después de que el alcalde Ribó anunciara que había ordenado al edil de Movilidad, Giuseppe Grezzi, la medida. Responde al hecho de que desde el pasado diciembre se han tramitado ya 107.000 multas a otros tantos conductores que han entrado sin autorización por alguno de los accesos, una cifra inusualmente alta. Es más, en los meses de verano se han sancionado a 40.000 personas, lo que debe suponer un récord.

Uno de los portavoces de Amics del Carme, Toni Cassola, señaló que la modificación en el caso de la plaza Ciudad de Brujas ha consistido en colocar una segunda placa, más hacia el norte, con lo que entiende que la ubicación de la cámara de reconocimiento de matrículas «debe también retrasarse para que los conductores puedan dar la vuelta al darse cuenta de que han entrado en una zona restringida».

La entidad vecinal está de acuerdo con las restricciones, aunque no con el sistema actual, que insta a rectificar

La misma maniobra debería realizarse, señaló, en otro de los accesos controlados, en este caso la calle Corona. Si se retrasa, los conductores despistados tienen la opción de salir por la calle Beneficéncia».

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Para Cassola, el problema de la conocida como APR de Ciutat Vella, en referencia a que se trata de un área de prioridad residencial, es la «desinformación absoluta, además de que se trata de un sistema muy complejo de entender por los vecinos».

En apenas un puñado de calles del centro, conviven las tres modalidades de la ORA, las zonas azul, naranja y verde, además del añadido de la APR dominada por las cámaras de reconocimiento. «No se ha repartido ni un solo folleto, ha sido todo a través de webs», indicó en referencia a la dificultad. Hay vecinos que no tienen coche propio, aunque «dependen del vehículo de un familiar, que no está autorizado, por ejemplo». La casuística es tan variada, sostiene, que se suma al caos que tienen algunos residentes. «Otro caso son las calles Pintor Zariñena o Alejandra Soler, son zonas naranja, pero me han comentado amigos que no vienen porque no pueden aparcar, cuando sí pueden hacerlo», dijo.

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«Un vehículo autorizado de no residente puede acceder a la zona APR, pero no puede aparcar en las plazas pintadas de verde, de hecho no puede aparcar en superficie, pues todas las plazas son zona verde, solo podrían aparcar en vados privados o en zonas de carga y descarga», comentó sobre otro caso posible y habitual.

«Los vehículos de los residentes fuera de la APR sólo pueden aparcar en las zonas naranja y azul, pero el distintivo no les habilita para acceder a las plazas dentro». En cuanto a la ubicación de las cámaras, argumentaron que el hecho es que «a día de hoy estamos viendo cómo determinados vehículos se cuelan por calles peatonales sin control para sortear las cámaras».

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Las cámaras de reconocimiento están situadas en las calles Corona, Salvador, Comunión de San Juan, plaza Ciudad de Brujas y avenida María Cristina. «Amics del Carme siempre hemos defendido medidas para restringir el tránsito rodado y favorecer el carácter residencial del centro frente a la gentrificación de Ciutat Vella. Lamentablemente estas medidas sí frenan la presión del tráfico, pero también contribuyen a la gentrificación, a la expulsión de residentes pues la división del barrio en zonas nos perjudica a todos, a comerciantes y al vecindario», finalizó Cassola, tras insistir en que es necesaria una campaña de información y numerosos cambios en la ordenación actual del tráfico.

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