Se avecina nuevo lío en Ciutat Vella. La concejalía de Movilidad Sostenible anunció este jueves, por sorpresa y a través de una nota de prensa, la colocación de cinco cámaras en otros tantos enclaves del barrio para controlar el acceso a la zona peatonalizada. En concreto, los dispositivos estarán en el acceso a la calle Corona desde la calle Guillem de Castro; en la calle Salvador Giner en su entrada desde la plaza del Portal Nou; en la calle Salvador en el cruce con la calle Trinitaris; en la plaza del Mercat a la altura de la calle Trench y a la salida del aparcamiento del Mercado Central en su giro hacia la cercana calle de la Boatella.
Publicidad
Se prevé que se pongan en marcha en dos meses, aunque la idea es que estén instaladas antes de Navidad. La iniciativa llega más de dos años después de que entre febrero y mayo de 2016 se peatonalizara el entorno de la Lonja y los alrededores de la calle Serranos y poco más de 365 días después de que se estableciera un sistema de circulación en bucle para acceder a buena parte del oeste del distrito.
Los dispositivos capturarán las matrículas de los coches que accedan al barrio y se multará a quienes no dispongan del preceptivo permiso. Estarán en funcionamiento en unos dos meses y el Consistorio informó ayer de que en próximas semanas publicará los criterios necesarios para pedir esas autorizaciones. Del mismo modo, independientemente de la fecha del fin de la instalación y puesta a punto de las cámaras, éstas no empezarán a operar hasta culminado el plazo de altas en el registro de vehículos autorizados.
La idea del Consistorio, que emana de los proyectos participativos DecidimVLC de 2015, estaba parada hasta que terminaran los trámites administrativos pertinentes para la colocación de cámaras que apuntaran a la vía pública. La propuesta vecinal planteaba «disfrutar de la posibilidad de poder pasear por el centro histórico sin tener que estar siempre pendientes de que venga un vehículo, reducir la contaminación acústica y ambiental que provoca el tráfico a todas horas, tanto de día como por la noche; y controlar la descarga de mercancías que ahora se realiza a todas horas y que hace que los vehículos comerciales estén aparcados arriba de las aceras».
«Lo interesante de esta petición es que redunda en subrayar el deseo de los vecinos de Ciutat Vella de reducir el tránsito innecesario en el interior del barrios en que residen», señaló el concejal de Movilidad, Giuseppe Grezzi, pero «no es un deseo exclusivo de los vecinos de este barrio, sino de todas las personas de la ciudad». De ahí, añadió el concejal, «la importancia de seguir trabajando en la línea que estamos desarrollando desde el gobierno de Joan Ribó, favoreciendo alternativas al tránsito humeante y ruidoso, y regulando y posibilitando la imprescindible logística contando con el apoyo y la responsabilidad de todos los grupos municipales, ya que existe y es claro el consenso vecinal al respecto». Así lo asegura el mismo Grezzi.
Publicidad
Pero, sin embargo, una vez más las asociaciones vecinales de la ciudad ponen en duda este consenso del que habla el concejal. Cabe destacar que en entidades como Amics del Carme han protestado en varias ocasiones por el exceso de tráfico por calles como Carda y Murillo, que según Grezzi, terminará con la colocación de las cámaras, pero la asociación que preside Toni Casola aseguró ayer que va a pedir una reunión urgente para conocer el funcionamiento de las cámaras, un encuentro, señaló, que llevan exigiendo desde mayo de este año sin haber recibido todavía respuesta.
Es precisamente la cuestión de las calles Carda y Murillo una de las que más preocupan a los vecinos. Aunque el Consistorio asegura que las nuevas cámaras evitarán buena parte de ese tráfico oportunista, como lo tildan, los vecinos no lo tienen tan claro. El mes pasado se concentraron en la calle y colgaron pancartas, pero es que ya el pasado mes de febrero de 2017, 66 personas que viven en el entorno de la Lonja de la Seda presentaron una denuncia al Síndic de Greuges por exceso de contaminación acústica y ambiental debido a que ahora es esta vía (es la misma calle que cambia de nombre en dos tramos) la que absorbe «todo» el tráfico que antes se distribuía por Bolsería, la avenida del Oeste y la misma Carda, que además era de sentido entrada hacia el centro. Los vecinos de las calles afectadas aseguraron el pasado mes de octubre que son «demasiado estrechas para soportar tanto tráfico», incluidos varios autobuses de la EMT.
Publicidad
Las otras cámaras que tienen que vigilar Ciutat Vella son las 43 que Patrimonio Cultural quiere instalar para vigilar los monumentos del centro histórico. Por el momento, el expediente está paralizado a la espera de un informe de la Dirección General de Patrimonio de la Generalitat, tal como confirmaron ayer fuentes de la concejalía de Cultura del Consistorio. Estas cámaras vigilarán entornos como la Lonja, las torres de Serranos y las torres de Quart, una relación a la que se sumaron el Museo de la Ciudad, el Almudín, el Palacio de Cervellón y las Atarazanas.
Las continuas denuncias sobre los daños sufridos por el patrimonio de entidades como el Círculo por la Defensa del Patrimonio Histórico, que ha contabilizado al menos una docena de estas agresiones los últimos años en los monumentos citados, ha motivado este expediente, que sin embargo está paralizado a falta de un informe. Es la misma situación, por cierto, en la que se encuentran las obras de la plaza de la Reina, que se licitarán cuando llegue el documento.
Publicidad
.
Empieza febrero de la mejor forma y suscríbete por menos de 5€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.