Giuseppe Grezzi, el concejal de Movilidad del Ayuntamiento de Valencia, sigue tensando la cuerda. Quizá es porque se sabe protegido por el alcalde, pero ... sus salidas de tono empiezan a cansar en el grupo socialista, con quien Compromís firmó un pacto en 2019 para revalidar el acuerdo de Gobierno. Un acuerdo que aguanta día a día, en ocasiones, pese a Grezzi, que este fin de semana, en plenas Fallas, decidió montar su particular incendio al contestar a un ciudadano que el retraso en las obras de Giorgeta es culpa del PSPV. Los socialistas aseguran que Movilidad aún no les ha pasado la planta viaria, lo que impide a Urbanismo empezar las obras. «Pasó lo mismo en San Agustín y la avenida del Puerto», recuerdan las mismas fuentes.
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A ese tuit de Grezzi le contestó el concejal de Hacienda, Borja Sanjuán, que es el portavoz municipal del PSPV ante la baja maternal de Sandra Gómez. El tema se complicó este lunes cuando Grezzi volvió a responder dos días después para decir que el PSPV tiene la planta viaria desde 2017. «No sé si pretendes discutir por aquí pero es poco edificante», le espetó Sanjuán en la misma red social. Este lunes no quiso ahondar en esta cuestión. Sin embargo, según ha podido saber este diario, el malestar en el PSPV es palpable. «Siempre nos dicen, 'si ya sabéis cómo es'. Pero no nos vale. Cada uno que cuide de los suyos», apuntaban desde el Rialto. Las mismas fuentes recordaban un episodio en 2019, concretamente el viernes anterior a la boda de Sandra Gómez a comienzos de octubre. Grezzi amenazó con dimitir si su grupo no le apoyaba de forma clara respecto a la crisis del fraude de la EMT, que se había desvelado la semana anterior. Si se iba al grupo mixto, 'secuestraría' todo el mandato: cualquier decisión pasaría por él. La sangre no llegó al río, pero desde entonces, según indican en el Consistorio, Grezzi se siente «con mucho poder, sin que nadie le diga nada». Es al concejal al que Ribó más ha defendido en público, insisten.
La posición del edil de Movilidad en el entramado del equipo de Gobierno es clave. Como concejal de Movilidad, cualquier actuación en la calle pasa por su servicio. De hecho, juega un papel de capital importancia en este tipo de decisiones: tiene que facilitar la planta viaria, que son los planos de las zonas donde Urbanismo puede actuar. Sin ellos, el departamento de Gómez está «atado de pies y manos», como dicen fuentes municipales.
«Intenta abanderar proyectos que no son suyos, pero a los vecinos les da igual quién los haga mientras los haga alguien», dicen fuentes socialistas. «A veces habla como si no estuviera en el gobierno municipal y no asume responsabilidades», lamentan desde el otro lado del pasillo de la planta noble consistorial.
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