«Hallé una estampita en la maceta para darme suerte»

valencia. Margarita Piqueras trabaja en un comercio emblemático en la plaza de la Reina. Guantes Piqueras, abierto en 1886, ha estado vinculado buena parte de este tiempo a su familia y eso ha convertido a la comerciante en una de las indispensables para conocer la temperatura del sector en esta parte del centro histórico.

Anécdotas en este tiempo ha tenido de sobra. «Un día me encontré en la maceta una estampita dejada para darme suerte», recuerda. «La gente entra y me da las gracias por seguir», señala optimista dentro de la contención con la que habla por la difícil situación. «Vendemos guantes, abanicos, sombreros y paraguas, entre otros artículos, todos de calidad», afirma para presumir que llegan clientes de toda Valencia y turistas de todo tipo de países con la sorpresa de que el negocio siga abierto.

«Antes había aquí al lado una tienda de efectos militares, pero cerró y abrieron otros negocios», señala en referencia a la influencia de la hostelería en la zona. «Me acuerdo con pena de un matrimonio francés que invirtió mucho dinero, pero tuvo que cerrar en agosto de 2020», señala acerca de los avatares surgidos por la crisis.

De las obras afirma que sólo cerró «una tarde» porque estaban colocando hormigón en la puerta, aunque el resto de los días ha tenido la persiana levantada. Confía en que puedan reabrir comercios. «Yo llegué a un acuerdo con el casero para pagar algo menos en el inicio de la pandemia», dice, como ejemplo de la flexibilidad que necesita el mercado inmobiliario.

Sobre las obras es comprensiva. «Estuvieron excavando en la muralla romana aquí al lado, y el aparcamiento lo levantado, pero se puede llegar en autobús hasta muy cerca y la plaza nunca ha estado cerrada», dice.