Un hombre se libera de una deuda de casi cinco millones de euros en Valencia

La crisis en el sector de la construcción arrastró a Xavier a un pozo sin fondo. Quería sacar su proyecto adelante y arriesgó lo que tenía y lo que no. Contrayendo préstamos con tal de conseguir hacer sus sueños realidad. Pero el estallido de la burbuja inmobiliaria le llevó a la banca rota. Tenía varias empresas de construcción y de promociones inmobiliarias. Un negocio de herencia familiar. De la noche a la mañana, se quedó sin nada.

Le embargaron todas sus propiedades y le tocó empezar de cero con una deuda impresionante a sus espaldas. El hombre, desesperado por encontrar una solución, acudió al despacho de abogados Escartí y Asociados en busca de asesoría legal. Los letrados Salvador Escartí y José Hernández Giménez fueron los encargados de su caso en un largo procedimiento que se extendió a lo largo de tres años. Finalmente, Xavier puede decir que está libre de deudas gracias a la ley de la segunda oportunidad. El juzgado de primera Instancia número uno de Alzira le ha concedido beneficio de exoneración del pasivo insatisfecho (BEPI).

Hernández explica que esta ley «permite a cualquier persona solicitar que se le exoneren de todas sus deudas si se reúnen una serie de requisitos como deudor de buena fe». Pero, ¿cuáles son los requisitos que hay que cumplir para poder acogerse a la Ley de la Segunda Oportunidad?

- La ley de Segunda Oportunidad es un recurso legal al que pueden acogerse las personas físicas, es decir, tanto particulares como autónomos y empresarios que no puedan pagar las deudas que han contraído por ser insolventes.

-Además, es necesario tener deudas con al menos dos acreedores diferentes. Estos pueden ser entidades financieras, acreedores, Hacienda o la Seguridad Social entre otros.

-Se tiene que demostrar que el deudor ha actuado de buena fe. No puede haber sido condenado por delitos económicos o patrimoniales contra las instituciones públicas en los últimos 10 años.

-El interesado debe ser insolvente y demostrar que no tiene patrimonio suficiente para hacer frente a las deudas.

-Otra de las condiciones es que la deuda debe ser, como máximo, de cinco millones de euros. En el caso de Xavier debía cuatro millones novecientos mil euros.

«Hasta este momento Xavier era un 'muerto civil'. No podía tener nada a su nombre. Ninguna propiedad ni siquiera podía cobrar una nómina», detalla el letrado Salvador Escartí. Los abogados también destacan que el procedimiento sufrió un parón debido al colapso de los juzgados de lo mercantil que todavía arrastran concursos de acreedores devenidos de la crisis del 2008. Por ello, el gobierno legisló para que estos procedimientos se pudieran llevar en los juzgados civiles. Una situación que en cierta manera suponía una traba ya que estos últimos no están especializados en esta materia. El afectado recibió la noticia «dando saltos de alegría» con la sentencia. Tanto Salvador Escartí como José Hernández consideran que debe tratarse de «la mayor cantidad de deuda exonerada por la Ley de Segunda Oportunidad en toda España»: 15 años después, Xavier puede retomar su vida después de haber atravesado todo un verdadero infierno.