Honduras, Cedro y Malvarrosa sacan la pancarta

En el Marítimo piden un plan integral contra las Casitas Rosa que permita erradicar la compraventa y el consumo de droga de las calles mientras que en la zona universitaria los vecinos reclaman que se ponga en marcha la Zona Acústicamente Saturada (ZAS) que les ha sido concedida por sentencia judicial. El Ayuntamiento no parece estar muy por la labor de poner en marcha esta medida, pero los residentes lamentan que lo que se está haciendo hasta ahora no es suficiente.

En la calle Encarna Máñez del distrito de Ciudad Jardín se han concentrado unas 400 personas de las asociaciones vecinales de Cedro, Honduras y adyacentes. «No podemos dormir y el Ayuntamiento no pone remedio. Dos juzgados han dictado sentencia favorable a las demandas de ambas asociaciones y condenan al Consistorio a iniciar el procedimiento de declaración de Zona Acústicamente Saturada para las zonas de Cedro y Honduras», han leído los vecinos en el manifiesto en la concentración de protesta.

«Exigimos al Ayuntamiento medidas urgentes y contundentes para restablecer la legalidad y recuperar el descanso y la salud en nuestros barrios, que son totalmente insalubres y hay que mandar brigadas de limpieza para remediar los desmanes de la noche, donde el ruido impide el derecho al descanso y a la salud de los vecinos y donde el lucrativo comercio del alcohol barato amenaza la salud», señalan en el manifiesto que leyeron. Denuncian «pasividad» del equipo de gobierno local, así como «inactividad y falta de propuestas» del Consistorio.

Por estos motivos, los vecinos piden una reducción de horarios para locales y terrazas, así como del tamaño de estas terrazas. «Empiezan ya los miércoles y duran hasta el domingo, llenan la calle de mesas, no se puede ni pasar y no paran de hacer ruido hasta que se hace de día», critica Amparo, vecina de la zona que estaba en la protesta. Reclaman también una inspección de actividad de los locales, que el Ayuntamiento coloque más sonómetros para conocer el mapa de ruido y mayor vigilancia policial, especialmente a partir de la hora de cierre de los locales.

Añaden además, que han visto «las expectativas frustradas», ya que la alcaldesa, María José Catalá, les apoyó en las dos últimas manifestaciones contra el ruido en Honduras, pero sin embargo ahora lamentan que pese a estar ella en el cargo, no adopte medidas que protejan a los vecinos contra lo que consideran «el parque temático del ocio juvenil».

Mientras, en la Malvarrosa, los vecinos han sacado las cacerolas a hacer ruido, tras dos manifestaciones masivas después del verano jalonadas de gritos como «gobierne quien gobierne, la Malva se defiende». Los residentes de esta zona, de hecho, llevaron el asunto hasta la plaza de Manises, sede de la Diputación de Valencia, que alberga estos meses el pleno municipal mientras el Hemiciclo del Ayuntamiento está en obras. Lo hicieron en el pleno de este mes. Fueron recibidos por PSPV y Compromís, que no iban a sus manifestaciones cuando estaban en el poder. La presencia de droga en esta zona es la mayor preocupación, ya que causa a su vez peleas, violencia, insalubridad e inseguridad para los vecinos.