![Horno de Alcedo: vida entre la huerta y la ciudad](https://s1.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2023/08/08/1469925070-RaMOGvRDdloMErH9Jn6PiuL-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
![Horno de Alcedo: vida entre la huerta y la ciudad](https://s1.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2023/08/08/1469925070-RaMOGvRDdloMErH9Jn6PiuL-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
Pablo Alcaraz
Sábado, 12 de agosto 2023, 19:23
Vicent se ajusta su sombrero de paja mientras deja la azada sobre la verja que rodea su pequeño huerto. Se agacha y levanta una pesada tapia de hierro por la que pasa una acequia con un abundante caudal. El sonido ambiente, copado hasta el momento ... por el tráfico de vehículos de la V-30, cambia por el discurrir del agua del tradicional riego a manta. «Los campos siempre tienen que mirar hacia el mar o hacia el sur para poder regarlos bien», comenta este agricultor a la vez que señala en ambas direcciones con su índice. «Nunca verás una finca orientada al norte, eso es así desde que lo inventaron los árabes», concluye Vicent con un pie en cada lado de la zanja por la que se mueve el agua.
Antonio, el vecino de la parcela de abajo, recorre su huerto en bicicleta de punta a punta puesto de sombrero de paja para combatir los rayos de sol, alpargatas y con una azada colgada del manillar para poder regar de manera más rápida y eficiente. Ayuda a Vicent a abrir de nuevo la acequia principal para que pueda regar sus 'bajoquetes'. Al rato aparece Rafael, el alcalde pedáneo de La Torre, y José, un vecino de Horno de Alcedo que afirma haber ido a vender productos de género al mercado de Abastos hace 50 años. Eran otros tiempos. El último en acudir a esta improvisada reunión es Juan, el propietario de una alquería próxima a los bancales. Entre recuerdos y vivencias del antiguo Horno de Alcedo, de las consecuencias de la gran riada de 1957 y el futuro de la pedanía discurre lo que queda de mañana.
Las parcelas agrícolas de estos vecinos son un buen ejemplo de la situación que vive la pedanía de Horno de Alcedo. Este municipio que depende administrativamente del Ayuntamiento de Valencia está encajonado entre la pista ferroviaria de Silla y la V-30 que bordea la ribera sur del cauce del Turia. A lo lejos aparecen las siluetas de las grúas que construyen las nuevas edificaciones de los distritos del sur del hospital La Fe. A simple vista, el mundo rural y el urbano confluyen en uno solo.
La entrada de Horno de Alcedo recuerda la estampa de postal de un pueblo valenciano de toda la vida a tan solo seis kilómetro del centro de Valencia. Las alquerías y la huerta forman una harmonía donde los campos se ordenan entre tierras de barbecho y cultivos de cebollas, calabazas y tomates. Sin embargo, también se ven los efectos de la crisis del sector agrícola valenciano con algunas parcelas abandonadas o con terrenos secos con signos de no haber sido labradas durante años.
La iglesia del Cristo de la Agonía es el último baluarte que resiste a la modernización de la pedanía. Su sola presencia marca tanto la distribución urbana como el transcurso del tiempo en Horno de Alcedo. La zona situada más al oeste de la población podría confundirse perfectamente con un barrio del área metropolitana de Valencia, pero la parte de más al este mantiene la esencia pedánea al encontrarse el casco antiguo.
Los vecinos de la pedanía de Horno de Alcedo han tenido que pelear en numerosas ocasiones contra la Administración para recibir algunos servicios públicos que les habían sido retirados. Recientemente, el Consistorio quitó la línea 14 de la EMT que conectaba Horno de Alcedo y Pinedo con la plaza del Ayuntamiento, pero las quejas vecinales provocaron que se pusiese en funcionamiento la conexión Sedaví/Horno de Alcedo y el paso de la línea 9, con inicio en la Estación del Norte y destino en La Torre.
Un par de vecinas de la población y un vecino charlan en las escaleras del ambulatorio que tiene a la entrada Horno de Alcedo. Comentan que el verano pasado los profesionales del centro médico se fueron de vacaciones dejando la pedanía sin servicio de atención sanitaria. Gracias a sus reclamaciones, un simple vistazo basta para comprobar que el ambulatorio sigue operando con total normalidad a mediados de agosto. Otros servicios como Correos o la farmacia siguen operativos.
No obstante, hay dos reivindicaciones que a día de hoy todavía exigen los habitantes de la pedanía. El único cajero que tenían cerró a raíz de la pandemia. Este hecho obliga a la población a tener que desplazarse a otros municipios para realizar gestiones bancarias. Además, los vecinos ponen el foco en que debería haber mayor vigilancia policial en la zona. Paradójicamente, justo en ese instante circula a su espalda un coche patrulla.
Miguel es un joven que tiene vínculos familiares en la pedanía, pero que, al igual que muchos jóvenes, no reside en ella. Hoy en día, mucha gente se compra una casa en Horno de Alcedo pese a hacer gran parte de su vida en la ciudad. Esto está motivado porque los precios de las viviendas son mucho más bajos que en Valencia y a que la gente prefiere huir del bullicio continuo en busca de menos ruido y más tranquilidad. «Mucha gente está empezando a utilizar Horno de Alcedo como dormitorio», cuenta Miguel.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.