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Lola Soriano
Valencia
Lunes, 21 de marzo 2022, 17:21
Hay historias que demuestran que cuando se quiere, se puede ayudar. Unos hosteleros de la Malvarrosa han decidido renunciar al dinero que podrían haber invertido ... en sus vacaciones de verano para fletar un autobús que parte este lunes rumbo a Ucrania.
El objetivo es llegar a la frontera con Polonia para entregar ropa de abrigo, pañales y comida y regresar con cerca de 60 personas de Ucrania que precisan huir de la guerra. Lo que comenzó como un reto personal para demostrar solidaridad se ha convertido en una suma de voluntades, como explican Manuel y Toni, del restaurante Hermanos Barberá, situado en la avenida de los Naranjos, que sufragan este proyecto junto con otro amigo, Luis Gil y Joan, de autobuses Sueca.
«Queríamos fletar un autobús para llevar ayuda humanitaria porque no podemos estar impasibles, cada uno puede aportar su granito de arena», explica Manuel Barberá. Se pusieron a pedir presupuestos a empresas de transportes «y la firma de autobuses Sueca nos dijo que nos hacía el viaje a precio de coste para sumarse a nuestra iniciativa».
Además, como Manuel y Toni (fallero de San Rafael muy activo en las labores de acompañamiento de la corte y falleras mayores de Valencia de la Junta Central Fallera) conocen a mucha gente en la Malvarrosa, han ido consiguiendo apoyo de gente que o bien quería aportar alimentos o productos o que han hecho donativos para ayudar a pagar el gasto del autobús.
«Los asientos se van de viaje de ida llenos de bolsas de ropa y pañales que nos han dado vecinos. Hasta Salva, el farmacéutico del barrio nos ha dado cajas de pañales para colaborar. La parte de las maletas la hemos llenado de alimentos, sobre todo latas en conserva porque va destinado a la gente de allí que no tiene ni para comer y para los soldados que están en el frente», añaden.
Cada aportación es una historia y Manuel añade que «hasta los que menos tienen más ayudan. Tenemos casos de algún pensionista que pasa el mes con 500 euros y nos han donado 50 euros, con lo que significa para estas personas».
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Además, Manuel detalla que el autobús «nos cuesta unos 9.000 euros porque hay que tener en cuenta que hay varios días de viaje y que el gasoil, al precio que está, supondrá miles de euros». Cerca de 6.000 euros del coste de transporte se ha recogido de donativos de la gente de 10 euros, 50 euros y hasta de 1.000 euros, ya que abrieron una cuenta para este fin, pero además, estos hermanos sufragarán el resto del dinero y algunos proveedores se han ido sumando con productos.
«En realidad lo que hacemos es invertir el dinero que íbamos a destinar a las vacaciones para ser solidarios», comenta Manuel Barberá.
Los conductores del autobús, Adam, Carlos y Juan, se irán turnando en el recorrido y cabe destacar que en este caso también hay una gran historia, ya que «uno de los chóferes es polaco y trabaja en Valencia como conductor de los autobuses de la Empresa Municipal de Transporte (EMT) y ha pedido días de libranza para poder ofrecerse a participar en esta inicativa», comenta Toni Barberá.
En la ruta de ida, el autobús también llevará a algún pasajero, como es el caso de Mijail Dakuko. Este joven ucraniano, que estaba viviendo en Valencia desde hace cuatro meses, ha decidido que se marcha al frente a ayudar a sus compatriotas. «Deja en Valencia y a su bebé que han tenido en nuestra ciudad, que tiene tres meses, y se va a combatir porque antes en Ucrania era militar», añaden los organizadores. En el camino, En Barcelona, se suma alguien más y hay una chica que se irá para cuidar a su madre en Ucrania.
Manuel Barberá seguirá el autobús hasta Francia, para que unos conductores puedan hacer relevo y regresar. Ya una vez en la frontera entre Polonia y Ucrania tienen otro objetivo: recoger a sesenta personas ucranianas que huyen del ataque iniciado por el presidente ruso, Vladimir Putin. Según detallan, son personas que tienen familia o conocidos en varios puntos de España y que ya forman parte de un listado.
Los organizadores ya tienen listos todos los desayunos, comidas y víveres que serán necesarios para alimentar a las personas que vengan a Valencia con el fin de que no se queden sin comer durante el trayecto de tres días.
Entre las personas que rescatarán se encuentra a prima de Roman, un joven de origen ucraniano que lleva años en Valencia. «Yo vivo con mis padres, pero tengo una prima de 25 años en Ucrania y tiene un bebé de dos meses y vendrá a Valencia para vivir con nosotros», comenta Roman.
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