Si ha visto la luna de un autobús de la EMT esta mañana, además de percatarse de que había menos vehículos circulando que de costumbre, se habrá dado cuenta que los conductores contaban con un copiloto de excepción. Los carteles de 'servicio mínimo' han copado ... la flota de la empresa municipal de transportes en la jornada de hoy lunes donde los 1.360 conductores de los buses rojos estaban llamados a la huelga nacional de conductores para reclamar una jubilación anticipada a los 60 años. La amenaza de un nuevo caos en la red de transporte público en Valencia estaba sobre la mesa y lo cierto es que si les preguntan a los usuarios uno por uno, la abrumadora mayoría les presentará su particular queja. La tónica general de la mañana de hoy han sido los retrasos, las miradas nerviosas a la aplicación móvil de la compañía municipal, el reloj de la muñeca y la consecuente indignación al ver que el autobús o bien llegaba 'completo' o con mucha demora. «No he podido ir a un examen por culpa de la protesta», lamenta Karim, un joven que asegura haber estado «hora y media» esperando en Xàtiva un bus de la línea 63 que le tenía que llevar hasta su instituto.
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La jornada amanecía inmersa en una aparente tranquilidad en la red de la EMT pese a que más de un millar de sus empleados estaban convocados a la huelga. Una vez descartada la posibilidad de tormenta perfecta, es decir, falta de conductores y lluvia, el impacto de la protesta se ha visto algo mitigado. No obstante, el intercambiador de la EMT en la calle Xàtiva, donde confluyen una quincena de líneas de autobuses, ha sido un termómetro de indignación por la gran cantidad de autobuses completos y retrasos de entre 45 y 50 minutos, demoras máximas reconocidas por la propia compañía municipal, en un día lectivo en el que los valencianos tenían que asistir a clase o ir a trabajar.
La historia de Karim es tan sólo un azulejo del gran mosaico de lamentaciones que ha recabado LAS PROVINCIAS de algunos usuarios de la EMT afectados en distintos puntos de la ciudad por el paro de los conductores. «Espero que mi profesor entienda por qué llego tarde y lo justifique», ha dicho Karim antes de marcharse en dirección al metro en busca de una alternativa más fiable en una jornada como la de hoy. Junto a la parada del Instituto Luis Vives, una mujer que ha preferido no desvelar su identidad ha comentado haber estado más 40 minutos esperando el bus 60 con destino Torrefiel. Según sus cálculos, llevaba desde las 8.08 horas esperándolo y al filo de las 9:00 todavía no se había subido. Ha avisado y, por suerte, en su trabajo no le pondrán pegas pese a llegar tarde.
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Margarita es otra de las indignadas en la céntrica vía de la ciudad. Frente a la estación del Norte comenta que tiene un cursillo de trabajo en Patraix y que lleva esperando al bus número 11 mucho tiempo. «Me parece muy bien el motivo de la huelga de conductores, los demás también nos queremos prejubilar, pero cada uno nos buscamos la vida como sabemos. No lo podemos pagar los usuarios», lamenta. Viajera habitual de la EMT, Margarita afirma que es la primera vez que le sucede algo así: «He avisado que llegaría tarde. Ya veremos después cómo vuelvo a casa con estos retrasos».
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A las puertas de uno de los puntos que salieron mejor parados de la por la reordenación de las líneas de autobuses rojos acometida en diciembre del año pasado, el Mercado Central, aparece Miguel con ganas de un buen almuerzo. Este vecino reside cerca de las Torres de Quart, pero dice coger siempre el transporte público en la plaza de Brujas, y critica que «parece mentira que la EMT y el Ayuntamiento permitan esto». Mientras señala la pantalla donde aparece la frecuencia de paso de los vehículos parece andar en busca la explicación de que el bus que espera, el 7, que conecta el centro con de la ciudad con la Fuente de San Luis, pasa dentro de 28 minutos. Miguel quiere desplazarse hasta el sur de la ciudad porque había quedado con unos amigos para desayunar. No obstante, por culpa de la huelga, igual opta por quedarse en casa.
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Un paseo por la plaza del Ayuntamiento y la calle de la Paz ya a media mañana dibuja cómo va a ser el devenir del día sin horas puntas: los retrasos se acortan pero persiste la alta ocupación de los vehículos. En el intercambiado de la Puerta del Mar está Patricia, que no suele coger el autobús que pero justo hoy lo ha tenido que hacer. «He salido con tiempo de antelación, pero nunca sabes cuándo vas a llegar», afirma mientras se ríe irónicamente pues ha cogido un 70 en dirección a La Fuensanta que iba abarrotado y aún así ya estaba pensando en coger un taxi para evitar más sustos.
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«Hoy van a hacer el día», bromea al ver cómo todos los taxis que pasan están ocupados. Sobre las posibles consecuencias, por ejemplo, dice que no puede ser tampoco culpa de los padres que quieran llevar a los niños en transporte público al cole y lleguen tarde por asuntos como este. Lo cierto es Patricia se toma la espera con humor ya que la media hora o tres cuartos de trayecto que tiene la línea 25 no se las quita nadie, haya o no huelga de conductores.
Todo el lío que había en los carriles de tráfico de la superficie sonaba diferente en el subsuelo. El metro se ha tornado una alternativa para esquivar las consecuencias derivadas de los autobuses llenos y los retrasos. Que se lo digan sino a los turistas que hasta esta mañana no tenían tan claro el hecho de arribar con facilidad al aeropuerto. La patronal hotelera Hosbec cifró en unos 10.000 visitantes que se encontraban alojados en Valencia y que podrían verse afectados por la protesta del gremio de transportistas de pasajeros.
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Esta mañana lo cierto es que sí han podido acceder a las dependencias aeroportuarias de Manises no sin pasar un rato de agobio en el viaje en metro pues las líneas 3 y 5 con destino al aeropuerto presentaban una mayor afluencia de pasajeros que el resto de la red de Metrovalencia.
Desde Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV) han informado que desde el inicio del servicio hasta las 12:00 horas del día de hoy el conjunto de la red de Mertovalencia ha contabilizado un incremento del 5,77% con respecto al lunes anterior. En números absolutos se han registrado 6.963 viajeros más. Las mismas fuentes han corroborado que las líneas 3 (Aeropuerto-Rafelbunyol) y 5 (Marítimo-Aeropuerto) han sido las que han sufrido el mayor incremento ya, «sobre todo la 3 y durante la hora punta», es decir, de 6.00 a 9.00 de la mañana.
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