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JUAN ANTONIO MARRAHÍ
Valencia
Miércoles, 22 de junio 2022, 12:01
La concatenación de la crisis pandémica y el alza de precios por la guerra de Ucrania ha hecho que la necesidad se doble. Así lo demuestra ese termómetro de la escasez que siempre ha sido Casa Caridad, cuyo presidente, Luis Miralles, ha presentado la memoria anual de 2021 este miércoles 22 de junio.
Y destaca un dato: más de 1500 personas han sido beneficiarias en el mes de mayo de la entrega de productos de alimentos y bienes de primera necesidad que realiza la entidad. Son el doble que el año pasado y la cifra demuestra una preocupante tendencia al alza en la que las personas necesitadas son cada día nuevos usuarios y, además, pertenecen a familias normalizadas que se enfrentan por primera vez a situaciones de escasez económica para subsistir.
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En este panorama, ha destacado Miralles, «nuestra prioridad es que las personas no pierdan sus hogares y se queden en la calle, de ahí que estemos potenciando el reparto de bienes de primera necesidad y también estemos recurriendo a las ayudas directas».
Durante todo 2021 Casa Caridad atendió a 3.378 usuarios con escasez económica. Son un 35 % más que el año pasado. Según Miralles, «están llegando más mujeres solas, más mujeres con niños pequeños más parejas jóvenes y también personas mayores con deterioro cognitivo y económico». Por primera vez Casa Caridad atiende a más mujeres que hombres: 1.198 frente a 1.178.
En definitiva, la asociación advierte del aumento de las personas en riesgo de exclusión social. Como refleja su memoria de 2021, entre todos los servicios y programas la organización ha realizado en 2021 más de 462.000 actuaciones.
Para Miralles, «la pandemia supuso una crisis económica que ha acrecentado las desigualdades, situando a mucha gente en la delgada línea entre la normalidad post pandemia y el abismo de verse en una posición de vulnerabilidad». Son, ahonda, «personas que se vieron arrastradas por expedientes de regulación temporal de empleo, pérdidas de empleo u otras situaciones que mermaron sus recursos». Este escenario «perdura y las dificultades se acrecientan por la subida constante del coste de la vida y del aumento del precio de los productos básicos».
El contexto, detalla Casa Caridad, «no es alentador y así lo confirman las cifras. En 2020 la entidad atendió 2.504 personas, mientras que en 2021 este número aumentó a 3.378, un 35% más. De ellas, 1.198 son mujeres. Por primera vez, la cantidad supera a la de hombres, que fueron 1.178. Una de cada tres personas beneficiarias son menores.
Según la entidad, se han triplicado las personas que acuden a la entrega de productos de primera necesidad, un servicio que se puso en marcha durante la pandemia. Así, 2021 se ha cerrado con 1.846 personas diusuarias de este servicio mientras que en 2020 fueron 600. Casa Caridad también ha repartido cheques de supermercado para adquirir alimentos frescos y perecederos como verduras, fruta, huevos, carne o pescados. El objetivo es «que todas las personas tengan acceso a una nutrición equilibrada». En 2021 se han repartido 2.242 de estos cheques.
Los datos se mantienen al alza en este servicio como consecuencia de la crisis económica y la subida de precios en bienes básicos. «Tras salir de una pandemia sanitaria en un año complicado y cuando parecía que podíamos ver la luz, la coyuntura actual ha demostrado que no es así», resume Miralles.
De hecho, en este 2022 cada vez son más las personas que acuden a la entrega de productos y, en un año, prácticamente hemos duplicado la gente que viene a este servicio», ha señalado Luis Miralles. «En mayo de este año en curso se han atendido a 1.541 personas, frente a las 865 del mismo mes de 2021».
Guadalupe Ferrer es la directora gerente de Casa Caridad. Pone el énfasis en «la importancia de continuar adaptándose a todo tipo de situaciones. Según destaca, «la crisis por la pandemia afectó a muchas personas que pasaron de una situación de normalidad a tener problemas para afrontar el día a día, llegando a situaciones extremas que han necesitado medidas nuevas para evitar que acaben sin hogar». Ahora, avanza, «vamos a seguir ofreciendo todas las opciones para que la gente afectada por la inflación, el desempleo o los problemas geopolíticos no se quede atrás», ha agregado.
Pero Casa Caridad es mucho más que comedor y reparto de alimentos. «Cada persona lleva un seguimiento y recibe atención social por el equipo de trabajo social para planificar su inserción social». Este departamento realizó 3.417 entrevistas en 2021, un 26% más que el ejercicio anterior.
Además, la organización ha reforzado su programa de ayudas económicas directas para hacer frente a alquileres, facturas, tratamientos de salud o cursos de reinserción laboral. En 2021 la asociación concedió 143 auxilios de este tipo por valor de casi 62.000 euros, un incremento del 74% respecto al año anterior. La mitad es para pago de alquileres y otras soluciones habitacionales. «Estas ayudas siguen siendo muy importantes en 2022 y por ello hemos aumentado la partida en los presupuestos de esta línea», destaca Miralles.
En 2021, se han alojado en los centros de acogida temporal de Casa Caridad un total de 389 personas. De cara al futuro, el objetivo es «seguir trabajando para ayudar a todas las personas en situación de riesgo de exclusión». Para ello va a seguir avanzando en el Proyecto Fénix de viviendas supervisadas, ampliando el número de pisos destinados a esta iniciativa.
El presidente de Casa Caridad ha expuesto estas cifras «detrás de las que hay personas reales que nos necesitan. Aún queda mucho trabajo por hacer, pero seguro que con el apoyo de la sociedad valenciana se podrá seguir realizando y mejorando la situación de las personas más vulnerables».
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