Valencia está tan viva que de la noche a la mañana llega un cambio a cualquier barrio de la ciudad. En un abrir y cerrar de ojos se proyecta y comienzan las obras de un carril bici por una gran avenida, como en el caso del último de Campanar, o lo que un día era una plaza pintada para aparcar motocicletas pasa a ser una zona para estacionar la bicicleta (por las dimensiones). En los barrios marítimos de la ciudad de Valencia se encuentra la plaza de aparcamiento: imposible para una moto, aunque en el suelo esté pintado así.
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En las proximidades de la esquina de las calles Doctor Lluch con Vicente Gallart se encuentra pintada en el suelo una plaza para aparcar motos, pero hace más bien poco se han instalado los soportes metálicos que sirven para dejar atada la bicicleta. Así que la duda está servida. Si es una plaza para motos, el espacio que deja el soporte impide cualquier aparcamiento; si es un lugar para dejar bicicletas, ¿por qué inicialmente se pintó el suelo como si estuviera destinado para motocicletas? Lo único que está claro es dónde van los coches, al otro lado de la calzada.
Los clientes del bar que se encuentran ante las plazas de aparcamiento de motos (o bicis) y los vecinos del Canyamelar de Valencia se han encontrado con este cambio de última hora. Todo parecía, pintaba así, que la plaza se destinaría para motocicletas, pero de la noche a la mañana aparecieron los soportes ciclistas en una posición sobre la calzada que es un tanto raro de ver en otros puntos de la capital.
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