Merche coloca ayer sus productos en el mostrador del Mercado de Colón. D. torres

La instalación de puestos agrícolas siembra la guerra en el Mercado de Colón

El plan de Ribó de habilitar un mercadillo indigna a los comercios de la planta baja, que se plantean recurrir a inspectores y abogados

Mar Guadalajara

Valencia

Martes, 13 de julio 2021, 00:18

«Aquí peleamos para aguantar y aguantar pero lo único que recibimos son palos y más palos», dice Merche, propietaria de la parada Frutas y Verduras Fina, en la planta baja del Mercado de Colón. El negocio que empezó la bisabuela de su ... marido cuando se inauguró el mismo Mercado Colón. Ellos ya son la cuarta generación, que intenta resistir contra todo; después de superar hasta una pandemia mundial ahora luchan contra la competencia desleal.

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«Somos agricultores, vendemos fruta y verdura, esto nos hace mucho daño porque ellos estarán a la vista y nosotros aquí abajo», añade para protestar sobre la decisión del Ayuntamiento de Valencia de instalar una veintena de puestos agrícolas en la calle peatonal junto al Mercado de Colón. Un mercadillo donde productores locales podrán vender a pie de calle «y sin pagar los impuestos ni pasar las inspecciones con las que lidiamos aquí», replica Merche.

Hace poco que los vendedores del subsuelo del Mercado de Colón se reunieron con «mediadores que envió el Ayuntamiento», explica José Manuel Manglano, propietario de la charcutería Manglano, que trataron de explicar el propósito de esta iniciativa. «Nos dijeron que se trataba de enriquecer la oferta, pero si la gente no sabe ni que estamos aquí abajo, arriba, a pie de calle sin pagar los impuestos que pagamos y ofreciendo producto más barato, no es enriquecer la oferta es favorecer al que está vendiendo arriba», añade Manglano.

Incluso les llegaron a decir que subieran a vender. «Eso para nosotros es imposible, con los gastos que ya tenemos, y el poco tiempo que nos deja el campo», explica Merche.

En esta misma reunión, los vendedores advirtieron a las mediadoras que no sólo son los comercios los que se oponen, también los vecinos por la suciedad que traerán. «Les van a caer demandas en cuanto la calle esté sucia; y por nuestra parte recibirán hostilidad, desde luego llamaremos a inspección laboral, sanitaria, a abogados para que tengan control sobre estas paradas», advirtió Manglano, que considera que los que accedan a estos puestos acabarán perjudicados «y al Ayuntamiento le dará igual». Dijo que lo mismo ocurrió con la tira de contar de Mercavalencia: «Ya no queda nadie».

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