Las jeringuillas vuelven a Velluters

Montones de jeringuillas en un solar donde al fondo se levanta un colegio. Esa es la imagen del espacio que hay entre las calles Balmes y Carniceros, algo que los vecinos están cansados de contemplar en esta zona y otras muchas del barrio de Velluters.

La secretaria de la entidad vecinal El Palleter, María José Volta, comenta que este verano ha sido «terrible» por la falta de patrullas policiales. Las vacaciones de verano no han sentado nada bien a esta parte del centro histórico y el incremento de la prostitución callejera y el tráfico de drogas al menudeo es evidente, como apuntaban los propios residentes el pasado junio.

Representantes vecinales se reunieron hace unos días con mandos policiales donde se habló del «compromiso de que aumenten las patrullas. Mañana nos reuniremos con el concejal de Protección Ciudadana, Aarón Cano, al que le haremos la misma petición», señaló.

El Ayuntamiento ha ido cerrando pisos que servían de prostíbulos, aunque el problema se trasladó hace un par de año al entorno del mercado de Rojas Clemente, en concreto a un bajo de la calle San Pedro Pascual. Hartos de aguantar el trajín de los clientes y las prostitutas, algunos vecinos han colocado pancartas de protesta en sus balcones.

«O se limpia a fondo este problema o es algo que tiene difícil solución», apunta Volta. Las promociones inmobiliarias del Consistorio no han sido suficientes para revitalizar la zona y las promociones privadas se centran en la apertura de apartamentos, algo que es rechazado de plano por la asociación de vecinos.

Las calles Viana y Balmes son dos de los lugares más conflictivos. Volta cita como ejemplo que en uno de los bares investigados, el propio Consistorio iba a autorizar una terraza, algo que paró la Policía Local. «Hay gente que se está pensando irse a otro barrio a vivir», dijo desanimada.