ISABEL DOMINGO
VALENCIA.
Miércoles, 26 de septiembre 2018, 01:07
Obras con manifestaciones independentistas, lemas como 'Catalonia, a new european state' o 'Bye bye Spain', esteladas y cargas policiales que se mezclan con desnudos provocativos y protestas feministas, de estudiantes o de diversos colectivos profesionales. Es el cóctel de lienzos del artista alcoyano Antoni Miró que se exhibe desde ayer en el interior de La Base, el nuevo espacio cultural de la Marina, llamado así precisamente por estar ubicado en la antigua base del equipo Alinghi.
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Cerca de 200 piezas que conforman una muestra «parcial, apasionada y política» -en palabras del comisario de la misma, Fernando Castro-, con un coste de 110.000 euros para las arcas valencianas y que se completan con la docena de esculturas troqueladas en la explanada de la Marina. Son las piezas de la serie 'Suite erótica' que se colocaron hace más de una semana y que suscitaron polémica por reproducir escenas sexuales explícitas en un espacio público visitado por familias con niños. De hecho, el Foro de la Familia y la Federación de Familias Numerosas de la Comunitat Valenciana protestaron y exigieron su retirada.
«Las manifestaciones y las expresiones que hay en el interior son más polémicas que los desnudos», aventuraba Castro hace una semana tras estallar la tormenta sobre la idoneidad o no de mostrar las esculturas en el exterior. Hacía referencia a algunos de los lienzos acrílicos que ayer se descubrieron como parte de la serie 'Mani-festa', con obras sobre escenas de las primaveras árabe y valenciana (2012), protestas contra los recortes en sanidad y educación o los movimientos surgidos a raíz del 15-M.
También hay cuadros con las manifestaciones independentistas en Cataluña y otros que reflejan las actuaciones policiales en esta autonomía (el 1 de octubre, por ejemplo), además de en Madrid, Huesca o Valencia y en ciudades extranjeras como Roma, Río de Janeiro, Rabat o México. En este sentido, hasta 15 lienzos copan esta temática mientras que las esteladas y las cuatribarradas (con alguna bandera republicana también en escena) protagonizan una veintena de las obras del artista, que podrán verse hasta el 30 de diciembre en la Marina.
«Marcan la transformación política. No defendemos nada pero son acontecimientos decisivos», remarcó el comisario durante la presentación de 'Antoni Miró en La Base' al tiempo que remarcó el papel del artista alcoyano como «agitador cultural y testimonio de la realidad» a través de sus pinturas. Un aspecto que también destacó el coordinador de la exposición, Néstor Novell, al calificar las pinturas y esculturas como «una personal visión de Antoni Miró, comprometido social y nacionalmente».
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«Estamos encantados de pensar que el arte todavía provoca. Invocamos ese deseo en el espectador. Cada uno verá lo que quiera ver, ya que la perversión está en la mirada del espectador», añadió el comisario, que animó al público a visitar este espacio de «disidencia mental» aunque no esté de acuerdo con estas obras. «Estamos en un momento de clara recesión de las libertades estético-artísticas y ante una vuelta a la actitud censora», reflexionó.
Descubierto el contenido de la exposición, ayer también quedó claro que fue Presidencia de la Generalitat quien impulsó esta retrospectiva de Miró, que abarca su obra desde 2012 hasta la actualidad. En un primer momento, con las primeras protestas, tanto Presidencia como la conselleria se desentendieron de la responsabilidad de la muestra.
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Precisamente Puig fue el encargado de inaugurar la exposición en un acto oficial en el que también estuvieron presentes la directora general de Cultura, Carmen Amoraga; la consellera de Sanidad, Ana Barceló; el ya exasesor de Presidencia José Manuel Orengo; el director del IVAM, José Miguel García Cortés; o la concejala de Deportes, Maite Girau, entre otros. «No les dejará indiferentes», escribe también el jefe del Consell en el texto de introducción del catálogo.
Así, Presidencia y la Conselleria de Cultura están detrás de la exposición con la que se pone en marcha el nuevo espacio cultural de la Marina, que cuenta con 1.900 metros cuadrados y unos 13 metros de altura. La idea se ofreció al Consorcio Valencia 2007, que aceptó, ya que se quería recuperar la antigua nave para un uso público. «Es magnífica para comenzar», confesó el director general de la entidad, Vicent Llorens, también presente en la rueda de prensa.
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«El mensaje que se lanzaba a una sociedad confusa en la que vivimos es el universo artístico de un artista marcado por temáticas de problemática social y política pero también sensual», añadió. A su juicio, la sala deja de ser «un territorio para los grandes eventos» y se convierte en un espacio de «creatividad, arte y libertad de expresión».
El desembolso para las arcas autonómicas será de 110.000 euros que, según Llorens, asumirán la Generalitat, Cultura y el propio Consorcio, «con cantidades todavía por decidir». Se incluye la elaboración del catálogo de la exposición (350 páginas con todos los cuadros detallados), las actividades complementarias, los honorarios del comisario o el montaje, entre otros aspectos.
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Y, también, entre 30.000 y 37.000 euros, «pendientes del IVAM por el compromiso de publicar el catálogo razonado», explicó Néstor Novell, que también detalló que ese acuerdo de publicación proviene de la época en que gobernaba el PP. «El pintor nunca cobra», añadió el propio Miró tras ser preguntado por los honorarios que percibirá.
A las series 'Mani-festa' y 'Erótica' (esculturas) se suman otra dedicada a desnudos eróticos masculinos y femeninos; 'Puentes', dedicada a la presencia de estas estructuras en Alcoi; 'Suite Habana'; y 'Personajes', con referentes culturales, artísticos y políticos de Miró como Tàpies, Allende, Gaudí, Josep Pla, Carles Santos, Lluís Companys o Freud. De ahí que, según Fernando Castro, se llegara a «plantear el título de puentes entre la erótica y la política», que quedó descartado.
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Con la presentación de toda la retrospectiva de Miró encargada por la Generalitat llegaron las primeras críticas, como las del portavoz del PP en el Ayuntamiento de Valencia, Eusebio Monzó, quien calificó de «impresentable y vergonzosa» la temática de la exposición y recriminó que «se utilice una sala pública para mostrar imágenes en las que se pretende difundir el mensaje independentista catalán o distorsionar el trabajo de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado».
Monzó lamentó que, con el gobierno del alcalde, Joan Ribó, «la Marina no deja de estar envuelta en polémicas desagradables», cuando «debería ser un espacio para impulsar la innovación, dar oportunidades a emprendedores o para el disfrute de las familias valencianas».
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El portavoz también criticó que Ribó y sus socios en el gobierno «permitan que en Valencia se utilicen espacios públicos para denigrar el servicio que prestan los policías y guardias civiles a la sociedad».
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