Llamamiento vecinal para alertar a la policía de las fiestas en los pisos

La presidenta de la Federación de Vecinos de Valencia, María José Broseta, hizo este lunes un llamamiento para que se denuncien las fiestas ilegales en los pisos particulares y lograr con ello reducir los brotes sociales en la pandemia del Covid-19.

La dirigente vecinal señaló que es difícil la intervención de la Policía Local en estos casos, mucho más que por ejemplo en los botellones o aquellos locales que permanezcan abiertos después del toque de queda de medianoche. «Lo único que podemos hacer es pedir a los vecinos que si escuchan ruidos de fiesta en su comunidad llamen a la policía. Actuando de esta manera nos beneficiamos todos», dijo.

La situación es Valencia es más que preocupante y ya se han roto todos los registros estadísticos de la crisis sanitaria. Según los últimos datos publicados por el Ayuntamiento, a fecha del pasado viernes hay 1.888 casos positivos de Covid-19 en el municipio, con un índice de 237,70.

Esto supone que se ha superado con creces la marca anterior, del pasado 10 de septiembre, cuando se llegó a 197 casos por cada 100.000 habitantes. Todavía se está lejos de las estadísticas de Madrid o Barcelona por contar con las dos referencias más próximas, aunque la curva se ha disparado hacia arriba.

Ante esta situación, Broseta fue clara: «si escucho que al lado de mi casa hay una fiesta, lo siento mucho pero tengo que llamar a la policía. A nadie le gusta la denuncia y la sanción, pero es que se trata de un asunto de salud. No hay que intervenir desde luego, sólo llamar para que acudan los agentes y si no van, entonces denunciarlo también».

De esta manera, la Federación de Vecinos se alinea claramente junto a la delegada del Gobierno, Gloria Calero, y la consellera de Justicia, Gabriela Bravo, quienes pidieron hace escasas fechas una actuación similar en lo tocante a las nuevas restricciones por el toque de queda. Aquello originó una polémica con la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, quien opinó que esa conducta derivaría en una «caza de brujas» entre los propios vecinos.

La proliferación de fiestas en pisos es algo que preocupa especialmente en los barrios con población universitaria. Las reuniones sociales no deben exceder de las seis personas, siempre claro que no sean convivientes. La plaza de Xúquer y su entorno, el conocido como barrio de San José, es uno de los protagonistas.

El presidente de la asociación de vecinos, José Manuel Sanmiguel, comentó que es «un problema, claro, muchos pisos son de estudiantes y nos preocupa». De ahí la reunión que tuvieron hace escasas fechas con el concejal de Protección Ciudadana, Aarón Cano, acompañado de varios mandos policiales. «Intentamos crear una red vecinal y cuando se detecten este tipo de fiestas contactar con la Policía Local», subrayó el dirigente vecinal.

«Queremos convivir con los estudiantes, no ir contra ellos», matizó, para señalar que se trata de un recurso añadido a la Sala del 092. «Esa colaboración es necesaria más allá de la llamada puntual que se haga» para alertar que se está produciendo una fiesta en una vivienda o en la calle.

Destacó que hay «inquietud» igual que pasa en el resto de barrios. «También queremos colaborar con los hosteleros para fomentar ese cambio de hábitos», dijo en referencia a las campañas para adelantar el servicio de cenas. El decreto del Consell dictamina el toque de queda hasta el 9 de diciembre, aunque siempre podría prolongarse en caso de que no mejoren las cifras de contagios por el Covid-19.

Este contacto directo entre la Policía Local y las entidades vecinal ya se ha probado en otros barrios. Es el caso de Velluters para reducir la presencia de la prostitución callejera, además del tráfico de drogas al menudeo. También en el Cabanyal, con reuniones para acordar las zonas con refuerzo policial a tenor de los lugares donde se denuncien más problemas de convivencia o incluso ocupaciones ilegales de viviendas en varias zonas.

La concejalía de Protección Ciudadana tiene en agenda la aprobación de la llamada ordenanza de civismo, que en teoría debe exponerse al público antes de que acabe el año. La presidenta vecinal dijo que carecen de cualquier novedad sobre la prometida normativa, que prevé incluir un anexo temporal con toda la normativa por el Covid-19.

El dispositivo diseñado para la pasada noche de Halloween podría servir perfectamente para el control de las fiestas ilegales. Fuentes de la Policía Local no precisaron ayer el número de sanciones impuestas por este motivo, que de momento quedan alejadas de apartados como ir sin mascarilla por la calle o estar en la vía pública después del toque de queda sin estar en ninguna de las excepciones fijadas por el decreto.

La madrugada del pasado domingo se desplegó un dispositivo en 26 zonas de la ciudad, con especial incidencia en una decena por su especial relevancia, como el caso del barrio de Benimaclet, la plaza de Honduras o el bulevar de la avenida Blasco Ibáñez. Sólo en los dos primeros días del toque de queda se registron una media de 27 denuncias a la hora en la Comunitat. El toque de queda va desde la medianoche hasta las seis de la mañana, con cuatro horas más (dos antes y dos después) en el caso de los jardines.

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