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Juan Luis en su taller 'General de Composturas' en Valencia. Irene Marsilla
Inflación, subida de precios, reparaciones en Valencia | Llega el 'boom' de las tiendas de reparaciones a Valencia

Llega el 'boom' de las tiendas de reparaciones a Valencia

Modo ahorro. Los arreglos para hacer frente a la subida de precios o la vuelta al 'cole' son la solución que está relanzando la actividad de estos comercios

Mar Guadalajara

Valencia

Martes, 20 de septiembre 2022, 00:20

Dicen que quien nunca ha cuidado las cosas después cae en la decepción. También dicen que cuidarlas y mantenerlas es la única manera de evitar disgustos e imprevistos. Aplicable a las relaciones y a la salud. Hoy, cuando el modo ahorro parece haberse instalado de forma automática en casi todos los hogares, el arreglo de aparatos, ropa y hasta del calzado es la única opción para hacer frente al día a día, así que el 'boom' de las tiendas de reparación ha llegado para quedarse. Faena no les falta. Al menos no a quienes se dedican a la reparación de móviles, ordenadores, portátiles o tablets.

Sharif lleva muchos años en este negocio y ha pasado de ser empleado a empleador. Ha visto como las grandes superficies se sumaban a esto del servicio técnico y de las reparaciones, y también ha vivido como de un día para otro proliferaban las tiendas que pese a empezar vendiendo fundas y complementos para el móvil han acabado haciendo arreglos a pesar de no tener licencia de actividad para ello.

Con la subida de los precios y de la vida en general se da cuenta de que muchos hacen lo imposible por evitar gastos y tratan por todos los medios de conservar sus viejos dispositivos. «A veces vienen un poco desesperados, y luego encima te regatean el precio, pero también vienen recomendados por otros clientes. Hace poco vino un chico que me dijo: he venido aquí porque me han dicho que es el único sitio donde le consiguieron reparar el 'space' del portátil», comenta casi con cierto orgullo el encargado de la tienda 'Alma Informática'. Hace sólo dos años que está abierta y les pilló justo la pandemia; casi no les ha dado tiempo a darse a conocer pero tampoco les ha hecho falta, porque aunque el verano ha sido largo y tedioso, septiembre está siendo productivo.

El crecimiento de las tiendas de reparación de móviles y tablets ha sido imparable, no sólo porque más del 85% de la población lleve un smartphone encima hoy en día, sino porque algunos de estos productos se han convertido en artículos de lujo para muchas familias que no pueden acceder a esta tecnología. Sharif lo tiene claro. «La gente está intentando cuidar más las cosas, no quiere que haya luego sustos y es que la verdad que salvo algunos casos, si se puede reparar van a preferir que se lo arreglemos porque es más barato».

Ni las grades cadenas, ni la proliferación de otras tiendas de arreglos, por ahora no hay nada que les haya hecho sombra ni competencia a esta tienda de barrio que gracias al trato más humano y aun servicio de calidad-precio, consigue que le lleguen clientes de todas partes de la ciudad. «Ahora hasta los mayoristas están haciendo reparaciones pero no nos afecta tanto, porque aquí menos impresoras, arreglamos de todo, y gracias al boca a boca estamos ganando la confianza de mucha gente que te busca exclusivamente, es que hay gente que me ha pedido el teléfono y que viene aquí adrede», asegura Sharif y puede que, como el nombre de su tienda, ponga el alma en cada servicio.

Sharif en su tienda 'Alma informática'. irene marsilla

Juan Luis General de Composturas«La ropa no ha subido tanto, hay más oferta de todo tipo, pero no nos falta trabajo con la vuelta de las vacaciones»

Los nostálgicos también reparan. Y aunque parece que sean pocos los que hoy usen una cámara de fotos distinta a la incrustada en el móvil lo cierto es que este servicio está en auge porque hace años que cerraron todos los talleres especializados en estos aparatos de fotografía, como explica Laura.

Ahora son pocas las casas en Valencia que hagan estas reparaciones. «Hay piezas descatalogadas, tardan en llegar, y ahora con todo lo que está pasando faltan algunas que son súper comunes y básicas», explica la encarga de Fotopro.

Según dice, cada vez los usuarios cuidan más de estas máquinas porque realmente algunas han llegado a desaparecer. «Lo ideal sería que no existiera la obsolescencia programada, sería todo más sostenible y con un buen mantenimiento se conservarían las cosas como pasaba antes, durante décadas».

Los talleres de reparación también se están viendo afectados por la subida de precios y eso junto a la mano de obra, encarece un poco el servicio. Aunque como la clientela por ahora abunda, en muchas de estas tiendas no han subido todavía los precios, sobre todo por no arriesgarse a la pérdida de trabajo. Esto es lo que le ocurre a Tomás en Bicitaller.

Javier arregla unas sandalias. irene marsilla

«Los materiales han subido de precio, algunas cosas más de un 30% y a eso le sumas la mano de obra, claro a muchos les parece caro, pero es lo que hay, además hay muchas tiendas de alquiler que reparan bicicletas sin tener licencia de taller», denuncia Tomás que también ocurre con estos artículos. Bicitaller, es mucho más que una tienda de reparación, realiza diseños exclusivos de bicicletas. «Hacemos algo único, pero también muy costoso, la gente no lo valora y además tampoco hay una cultura de la bici tan extendida en Valencia, no se cuidan nada las bicicletas y hay quien va sin frenos por ahí, es un peligro», explica.

Tomás cree que no ocurre como con los dispositivos electrónicos porque acceder a una bicicleta es mucho más fácil, aunque no sea una buena. «En el caso de las bicis muy pocos cuidan bien del vehículo y llevan unos trastos hechos polvo, pero está claro que lo ideal es tratar de conservarlo el máximo tiempo posible y eso sólo se consigue con un buen mantenimiento», comenta después de llevar en el sector más de 20 años en Valencia.

«Lo ideal sería que no existiera la obsolescencia programada, sería todo más sostenible, como pasaba antes»

«A veces vienen con zapatos que están hechos polvo y quieren arreglarlos porque son los zapatos que le van a un vestido en concreto, o con los que fueron a la boda de su hija, aunque parezca increíble», asegura Javier.

En una misma mañana no deja de entrar gente al pequeño taller de Reparación de Calzado. «¿Si viene más gente que antes? Puede ser, puede que ahora haya más gente, con esto de la vuelta al cole no han dejado de venir madres a traerme deportivas, zapatos del colegio y cosas así, claro, todo está caro, y es normal», comenta, aunque reconoce que nunca le han faltado ni la clientela ni el trabajo.

Aprendió el oficio junto a su padre cuándo tenia sólo once años y Javier cree que la cosa ha cambiado mucho pero sobre todo porque «ahora los zapatos son malísimos, supongo que porque así la gente no deja de comprar más y más, los materiales son malos y se estropean rápido». Lo que más arregla son los de diario, las suelas que se despegan o las tapas del tacón. «Zapatos de diario, lo que más se gasta». Él también ha notado la subida de los precios, sobre todo en los materiales. Comenta que las tarifas ahora aumentan cada mes y sin embargo, prefiere mantener los precios para evitar que los clientes se quejen. «Zapatero a sus zapatos, mientras tenga gente pero que vengan sin enfados, ni malas caras, también porque es injusto todo lo que está pasando y no hay derecho a que la gente tenga que pagar más, porque sí porque todo sube».

Tomás, en su taller de Valencia. irene marsilla

Después hay historias curiosas como la de Juan Luis, que demuestran que esto de los arreglos tiene futuro. Desde hace más de 20 años tiene una taller de compostura en la calle Jorge Juan, General de Composturas. Se adentró en el oficio sin precedentes; pasó de trabajar en la empresa privada a montarse un negocio por cuenta propia. Después de investigar sobre el sector, comprobó que en la ciudad faltaban tiendas de arreglos y que las grandes superficies dejaban de prestar estos servicios. Se rodeó de buenos profesionales y supo posicionarse. Ahora su trabajo se divide en un 50% la compostura de nuevas piezas y el otro 50% de arreglos. «La ropa no ha subido tanto de precio, pero porque también hay más oferta de todo tipo, quien no quiere gastarse mucho dinero también tiene opción, aún así no nos falta trabajo, sobre todo con la vuelta de las vacaciones», menciona Juan Luis.

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