![Viviendas en Ciutat Vella Valencia | La llegada de extranjeros salva a Ciutat Vella de la despoblación](https://s1.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202205/10/media/cortadas/170194894--1248x880.jpg)
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PACO MORENO P. M.
VALENCIA.
Lunes, 9 de mayo 2022
Decir que la población extranjera ha frenado la despoblación de Ciutat Vella no es ninguna exageración, una vez se examinan los análisis demográficos del Ayuntamiento. El pasado año se registró una población de 27.525 vecinos, de los que 6.452 habían nacido en otros ... países. Ese 23,4% de vecindario es lo que ha evitado el vaciado definitivo de los edificios en favor de los apartamentos turísticos.
Ese es el principal beneficio de esta situación, que se queda lejos de otras zonas de Valencia donde el principal exponente es el barrio de Orriols, con porcentajes que algunos años han llegado al 40%, aunque el perfil es bien diferente. Fuentes de la asociación de vecinos Amics del Carme aseguran que el perfil de los compradores de viviendas es bien diferente en el centro de Valencia. «Aquí, los precios de los pisos son tan caros que no podría darse el fenómeno de la inmigración habitual», aseguran.
De ahí que los recién llegados los últimos años hayan sido principalmente europeos, familias de clase media y poder adquisitivo capaz de hacer frente a un desembolso considerable. Por comparar con un año cercano, en 2016 había empadronados 4.844 personas nacidas en el extranjeros, lo que constata una progresión al alza.
Eso ha permitido incluso un repunte respecto al peor período de los últimos 30 años, entre 1991 y 1996, cuando se pasó de 27.010 a 24.027 vecinos empadronados. Desde entonces la progresión ha ido muy lenta y sólo compensada con la llegada de extranjeros a los cinco barrios de Ciutat Vella.
Esta «gentrificación silenciosa», como la denomina la asociación de vecinos, es la que ha dominado los últimos años. La alternativa a este fenómenos es la «reforma de pisos para apartamentos turísticos y hoteles, está claro que el Ayuntamiento ha fracasado en la lucha contra la terciarización», aseguraron.
La vicealcaldesa Sandra Gómez hizo balance la semana pasada del Plan de Ciutat Vella, aprobado en marzo de 2020 y que registra cuatro unidades de ejecución en marcha de las siete previstas, citando como ejemplo las viviendas que hará la empresa municipal Aumsa en la calle Corretgeria y otras actuaciones en las calles En Gordo y Na Jordana, por ejemplo.
Proyectos que se tramitan con lentitud, aseguran fuentes vecinales, que también ponen el acento en lo que consideran el elemento decisivo que explica el éxodo de vecinos de estos barrios, especialmente del Carmen. «El viernes pasado, sin ir más lejos, de madrugada había un escándalo que no se podía dormir en la plaza de Manises», señalaron sobre donde se sitúa la sede de la Generalitat.
La saturación de locales de ocio y terrazas es la «puntilla» para los vecinos, sobre todo ahora que llega la temporada alta turística. En este punto hablan siempre de un consentimiento tácito por parte del gobierno municipal, que no pone los recursos necesarios para garantizar el derecho al descanso, pese a que una parte del distrito está catalogado como Zona Acústicamente Saturada, con régimen especial de licencias, actividades y horarios.
Reurbanización de las plazas
En cuanto al reciente estreno de las primeras plazas que se han reurbanizado este mandato, en los aledaños del Mercado Central y la Lonja, indicaron que están satisfechos con las obras, aunque «quedan muchas más plazas y solares donde no se ha hecho nada». La pretensión de los residentes es que la concejalía de Dominio Público realice una campaña intensiva de control de terrazas de bares en los nuevos espacios peatonales. «Esto debe ser para los viandantes», aseguraron. El Consistorio ya anuló la ampliación para mesas y sillas debido al Covid, así como el permiso para que se colocaran en la calzada, en zonas de estacionamiento.
Sobre esto último, apuntaron no estar de acuerdo con el criterio. «Las aceras deben ser para los peatones y las mesas y sillas colocarse en otros lugares», precisaron. En ciudades con profusión de terrazas, como las italianas, lo normal es que haya espacios acotados con vallas de escasa altura en la calzada, sin restar espacio a los viandantes.
El deseado equilibrio entre la oferta turística y unos barrios que quieren mantener sus señas de identidad tienen también un enemigo: el paso del tiempo. La marcha de las nuevas generaciones hace que el último estudio demográfico de Ciutat Vella indique que casi la mitad de las familias residentes sean de una persona. En total, el padrón muestra 13.025 unidades familiares, de las que 6.126 están compuestas por una sola persona.
Esto tiene relación con otro dato revelador del estudio. El índice de envejecimiento es de 168,4, mientras que en el conjunto de Valencia alcanza la cifra de 152,2. Estos números proceden de dividir la población mayor de 64 años entre la menor de 16 años. En el índice siguiente, que mide la población más mayor de 84 años, la relación es similar.
¿Qué hacer para frenar la despoblación? La receta vecinal es similar a la de otros barrios. Más y mejores equipamientos públicos, que sirvan para atraer nuevas familias, así como una bajada de los precios de alquiler y venta que «sólo se consigue con el control real de los apartamentos turísticos y promociones públicas de viviendas», indicaron.
Los centros de salud adscritos se encuentran en la calle Guillem de Castro y la plaza Nápoles y Sicilia. «Dieron la posibilidad de estar en uno de los dos, aunque el segundo no reúne las condiciones apropiadas y lo hemos dicho muchas veces», aseguraron. «En Ciutat Vella existen numerosos solares y edificios donde se puede abrir un centro de salud como toca».
El centro de mayores se sitúa en la calle Alta, mientras que en la cercana calle San Miguel se encuentra una sede de la Universidad Popular. Un polideportivo, un centro de Servicios Sociales en el Mesón de Morella y otro de Juventud en la plaza de Portal Nou completan una oferta de dotaciones «insuficiente», para dar el salto hasta los 56.391 habitantes que tenía censado el barrio en 1970, por ejemplo.
Presupuestos participativos
Una buena muestra de las necesidades del distrito pueden leerse en los presupuestos participativos, los Decidim VLC votados por los vecinos para que sean ejecutados por los vecinos los próximos dos años. Ahora se está en el período de búsqueda de apoyos (30 votos para los propuestos por los vecinos), antes de que pasen el filtro de las concejalías, que deberán declararlos viables antes de que salgan a la votación definitiva.
Entre los que ya han pasado la barrera de los 30 votos se encuentran por ejemplo inversiones modestas como la digitalización de los fondos de la biblioteca Serrano Morales, pero también una de las «espinas» clavadas en el centro histórico, como es darle un uso adecuado al enorme solar donde se situaba el teatro Princesa hasta que un incendio arrasó el inmueble hace lustros. La propuesta pasa porque todo el entorno sea ajardinado excepto una parcela para un escenario.
Sin pena ni gloria y con el gasto más que justo. Apenas un puñado de establecimientos consideró ayer positivo el paso de miles de cruceristas este fin de semana por Valencia, en una encuesta exprés realizada por la Asociación de Comerciantes del Centro Histórico a sus asociados. La excepción fueron algunos locales de moda joven, otros de souvenirs y los del entorno del Mercado Central y la Lonja, donde se sumaron además varias actividades con motivo del estreno no oficial de estas plazas tras su reurbanización.
Esa fue la conclusión tras un fin de semana que registró el paso de miles de cruceristas, tanto el viernes como el sábado. La Policía Local llegó a desplegar un dispositivo en la plaza Ciudad de Brujas y la plaza del Mercado para garantizar el acceso a los clientes del Mercado Central. Al margen de estos lugares y por las razones citadas, el resto no tuvo la repercusión deseada.
No es la primera vez que sucede esta decepción. Se trata de grupo de turistas que llegan con todo pagado en el barco, bajan a tierra unas horas y las visitas guiadas los «dirigen» por los lugares más turísticos y monumentales, parando en lugares ya convenidos.
De ahí que el principal deseo de la asociación es que la temporada alta de cruceros se salde con el éxito que se prevé en Valencia y sirva para que todas estas familias «conozcan la ciudad durante las horas que pasen, la disfruten, se lleven una buena imagen de ella y puedan volver para unas vacaciones de estancia más larga», señalaron.
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