Llenazo en Pinedo por las paellas universitarias

A las puertas del recinto, los grupos de los diferentes grados universitarios apuran sus bebidas y comentan cómo creen que les va a ir en la fiesta. Si hay algo que les una es sus ganas de disfrutar y pasárselo bien. Poder salir de su 'zona de confort' y aprovechar la oportunidad que les aporta este evento, dedicado especialmente a los estudiantes universitarios, para que tengan la oportunidad de relacionarse con sus compañeros de clase y también conocer gente nueva. Desde luego, la oportunidad está al alcance de su mano, ya que a la fiesta acuden 2.900 personas en cada jornada del evento.

Las amistades no sólo se fraguan dentro de las aulas. En ambientes más distendidos y, por qué obviarlo, con la ayuda de la música y el alcohol para lograr contener la vergüenza, es donde surgen las mejores oportunidades para conocer gente nueva. Para mantener esa primera conversación con la persona sentada en la última fila de tu clase y con quién pensabas que jamás cruzarías ni una palabra hasta atreverte a invitar a una cerveza a la chica que te gusta.

Porque la juventud va de eso. De experimentar, saborear cada instante y dejar que la risa opaque las preocupaciones. Hoy, en sus mentes están las notas de los últimos exámenes. Antes de que la vida laboral les absorba, aprovechan estos ratos de distracción para sentirse plenos. Para ir abriéndose su hueco en el mundo. Las batucadas y los artistas de diferentes géneros musicales se encargarán de que pasen un buen rato. Además de la paella, también hay 'food trucks' con comida para todos los gustos.

Carlos, Paz y Alberto han sido de los primeros en llegar al Multiespai Pinedo, situado junto a la sala Canal. Los tres llevan camisetas a juego con el lema: «A problemas sexuales, ingenieros industriales». Los chavales tienen la cara larga antes de que comience la fiesta. «Nos acaban de dar muy malas notas, a ver si ahora nos olvidamos de eso», cuentan resignados. Pero sus penas se quedarán fuera de las vallas del recinto, lo tienen claro. No dejarán que una mala nota les impida disfrutar del día que tanto estaban esperando: las paellas universitarias. Es la primera vez que van a esta fiesta, acaban de comenzar a estudiar su grado universitario. Pero entre los estudiantes, las expectativas son altas. Todos tenían ganas de formar parte de este evento tan emblemático que ha logrado sobrevivir al paso de los años.

Lejos de los estereotipos a los que ellos mismos hacen referencia entre risas, los futuros informáticos están dispuestos a darlo todo. Aunque el evento comienza a las 17 horas, llevan bebiendo desde las 12 de la mañana. Han pasado de la clase, al bar, y de ahí hasta el recinto donde se celebran las Paellas Universitarias. El lema de su camiseta no falla: «Si tu código falla, chupito de casalla». «Lo bueno de las paellas es que a partir de las camisetas puedes sacar fácil conversaciones cachondas», cuenta uno de ellos .

Los autobuses han ido llegando al recinto sin aparente demora. El ambiente ha empezado a animarse a partir de las 18 horas. En el primer día de celebración, el evento acogía a los estudiantes de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV). El día 22, a los de la Universidad de Valencia (UV) y el 28, a los de las universidades privadas. Sin embargo, Elena, Lucía, Mónica, Sandra y sus amigas, todas ellas estudiantes de Magisterio, no encontraron entradas disponibles para el sábado.

Pero no dudaron en coger la entrada para otro día y verlo como una oportunidad. «Ya estamos aburridas de la gente de nuestra clase, así podemos conocer gente nueva». La entrada les ha salido 'gratis'. Se la compraron con el Bono Cultural. Lo que les inquieta «es que no sabemos cuándo nos vamos a comer la paella porque ya es por la tarde pero nos las comeremos igual». En su grupo tampoco falta la camiseta divertida. En este caso, se lee en ella: «Chupito de casalla, per al chiquet que no calla».

Aun así, si hay algo que no falla, son las camisetas que llevan frases sexuales. Entre las más originales están: «Si ADE fuera fácil se llamaría como yo», «Con ingenio y medicina un buen polvo en cada esquina» o, «Aún no soy farmacéutico pero te daba una buena dosis». Los chavales no pierden la ocasión para pasar un tiempo con los amigos y echarse unas risas entre la música y el alcohol.