Luces y sombras en las playas de Valencia

La Comunitat Valenciana está en el punto de mira de los turistas durante este último año gracias a su clima, platos, cultura y ocio. Y es que, guste o no, Valencia vive gracias al ocio y al turismo. Durante 2022 el turismo parece ser que se está recuperando según muestran los datos del primer trimestre registrados por las encuestas Frontur-Egatur del Instituto Nacional de Estadística (INE), y que la secretaría autonómica de Turismo ha recogido en un informe.

Distintos locales ubicados en la playa de la Malvarrosa narran cómo están viviendo este verano y las dificultades con las que se encuentran después de la crisis del Covid. Desde Pascuas hasta junio dicen «hemos tenido la mayor ocupación hotelera que ha habido en la ciudad. Estamos tenido unos meses de verano que no habíamos visto desde que se abrió el hotel, el turismo ha resucitado, estamos muy contentos», asegura Masiel. Se nota que la gente quiere disfrutar de este verano porque no sabe lo que va a pasar en un futuro, «después de la pandemia se nota que hay mucho más trabajo y turismo. Además, el perfil del turista extranjero postpandemia gasta más dinero y se aloja durante periodos más largos», indica Masiel.

Para la directora del hotel lo más importante es poder seguir trabajando y dar el mejor servicio a sus clientes, lo que hace que tenga que ir asumiendo cada vez más retos y adaptarse a cualquier circunstancia.

Después del desafío de la crisis del coronavirus ahora se enfrenta a las constantes quejas de los clientes del hotel por la suciedad en la ciudad de Valencia o por la plaga de los gorrillas. «Nosotros vimos como un gorrilla le partía la pierna a un cliente porque no le daba dinero. Al final, tuvo que pasar sus vacaciones en el hospital y para nosotros es muy incómodo», afirma la directora. Al final, esto se ha convertido en una plaga que hace que los turistas vean Valencia como algo peligroso, por lo que «se deberían tomar medidas al respecto cuanto antes, es algo muy serio y perjudica al turismo», explica Masiel. Otro de los problemas a los que se enfrentan las playas valencianas son los robos por carteristas. Este no es un tema nuevo ya que lleva latente durante muchos años, pero que se está agravando durante las últimas semanas debido al repunte de turistas en el periodo estival.

Varios trabajadores de los chiringuitos de las playas valencianas han coincidido en que se están haciendo esfuerzos para controlar la situación, pero que aún así, sigue suponiendo una verdadera dificultad. «Ven una mochila sin vigilar, la cogen y ya hay otra persona esperando para llevársela lo antes posible y que no les pillen. Nosotros somos camareros, no policías, no podemos estar todo el día vigilando», detalla uno de los trabajadores.

Aún así Romina, una de las empleadas, asegura que aunque sí que se dan casos de robo, la zona de las Arenas está bastante controlada. Por otro lado, en los quioscos de la playa no se enfrentan a los problemas de limpieza que denuncian algunos turistas, aquí los trabajadores han querido destacar la gran labor de los servicios de limpieza «cuando nosotros llegamos por la mañana, todo esto está impecable», indica la empleada. Del mismo modo, Romina también ha recordado lo agradecidos que están en el sector por el aumento de turistas, ya que este año notan muchísimo la demanda «ahora si que podemos decir que todo ha vuelto a la normalidad, hacía varios años que no teníamos esta concurrencia de turistas. Valencia vuelve a tener vida, ya se vuelve a respirar ese ambiente veraniego por sus playas», indica la empleada.

En referencia al tipo de turistas, el personal de la playa asegura que hay mucho turismo extranjero como internacional «creo que después de la pandemia mucha gente ha querido viajar por España para ayudar a la recuperación económica, algo que se agradece y se nota mucho», detallan algunos de los trabajadores de la zona.

En contrapunto, desde un local de ocio nocturno del paseo, denuncian que aunque notan el incremento de turismo y la recuperación económica después de unos años muy duros, la guerra en Ucrania ha supuesto otro contratiempo al que tienen que hacer frente ahora con la importante subida de precios de los productos.

A los elevados precios en los supermercados se le suman los impuestos que tienen que pagar las empresas y la nueva reforma laboral, «entiendo las circunstancias y el cuidado al trabajador, pero hay momentos en los que es inviable», detalla Silvia, encargada del local. Así inisite «esta forma de recuperarnos ahogándonos más no resulta efectiva. No se le está ayudando al empresario que al final es el que da puestos de trabajo», afirma Silvia.

En este caso, se trata de una empresa grande que tiene bastante facturación mensual, pero «en el caso de una empresa pequeña que no tiene tantos ingresos, se le hace imposible lograr cubrir todos los gastos y la única solución que encuentra es cerrar el local Cada vez son más los locales que se encuentran en esta situación y, si no se toman medidas al respecto, esto irá cada vez a más. Cada vez serán más los locales que cierren sus puertas al público», indica la encargada. Desde la heladería La Jijonenca, Eduardo Campos, camarero del local, ha querido recordar que a todos los hosteleros les está costando mucho levantar los negocios y que las ayudas a autónomos han sido muy escasas durante este tiempo, por lo que aún les queda camino para terminar de recuperarse económicamente. Aún así, dicen haber notado el importante aumento de la demanda con la apertura de las fronteras al turismo «en cuanto abrieron las fronteras, empezamos a notar una leve mejora», indica Eduardo.

Algo en lo que está de acuerdo el personal del restaurante El Coso, que aseguran haber batido récord durante los meses de mayo a junio «después del fin de las restricciones en restauración se nota que la gente ha salido sin parar. Hemos estado mucho tiempo encerrados en casa, la gente quiere volver a viajar y a recuperar el tiempo perdido», aseguran fuentes del local.

El mes de agosto indican que también está siendo muy bueno pero no tanto en comparación con los meses anteriores «para las cenas tenemos las reservas completas pero durante las comidas está más vacío por las olas de calor, que nos están afectando mucho también. Los turistas no están acostumbrados a unas temperaturas tan altas», afirman fuentes del local.

De este modo, Esther, directora de una empresa dedicada al alquiler de sombrillas y hamacas en la playa, afirma que el mes de julio ha sido igual o mejor que los años anteriores a 2019 «los extranjeros están encantados en Valencia, pero también hemos recibido algunas quejas de los clientes por la falta de baños en las playas. Muchos clientes vienen a quejarse con niños pequeños y no sabemos que decirles», indica la directora. Otro motivo por los que se quejan constantemente los clientes es la delincuencia en los lugares de baño «este año hay muchos más carteristas», indica Esther.