No puede ser fruto de la mera casualidad todo lo que han vivido en los últimos tiempos las playas de la Albufera. ¿Un mal de ojo? ¿Tal vez una maldición? Nada es descartable, pero la realidad es que los arenales del parque natural ... han sufrido, en poco más de un año, un dragado de arena y hasta dos arduas tareas de limpieza. En los últimos cuatro meses, su superficie de arena ha quedado sepultada bajo un vertido de fuel, primero, y más recientemente por montones de cañas y residuos arrastrados por la riada que el pasado 29 de octubre arrasó con todo lo que encontró a su paso hasta desembocar en el lago.
Publicidad
El término 'playas del sur de Valencia' engloba los arenales de Pinedo, La Garrofera, l'Arbre del Gos, El Saler y El Perelló, estas dos últimas con un riesgo severo de regresión en 2030. Así lo avala un informe de la organización ecologista Greenpeace que estima que los citados arenales perderán hasta 12 metros de arena en los próximos seis años pese a los trabajos de restauración de superficie terrestre acometidos el año pasado.
Noticia relacionada
Álex Serrano López
La evidencia empírica demuestra que el paraje de la Albufera, considerado por muchos 'el pulmón verde de Valencia', es tan único como frágil. Y es que en enero de este mismo año un grupo de investigadores del Institut Cavanilles de la Universitat de València publicaron un estudio advirtiendo de que las playas de Pinedo, El Saler y La Garrofera han perdido el 70% de su tierra en los últimos 30 años. Según los expertos del Institut Cavanilles, los arenales habrían pasado de tener 170 hectáreas de arena en 1990 a tan sólo 43 en 2022. Eso sí, los trabajos de regeneración mediante obras de dragado culminados el año pasado consiguieron volver a aumentar la superficie de arena hasta las 112 hectáreas.
El área sobre la que se llevaron a cabo estos trabajos fue de unos siete kilómetros de costa, mientras que el tonelaje total de arena trasvasada fue rozó los tres millones de metros cúbicos, suponiendo una inversión de 28 millones de euros.
Publicidad
De hecho, con tal de evitar este fenómeno el Ayuntamiento de Valencia tiene la intención de crear arrecifes artificiales en estos arenales, a imagen y semejanza de los instalados en la Malvarrosa en 2014. Sin embargo, la medida se encuentra en un 'stand-by' dado que Costas no ve con buenos ojos la iniciativa al considerarla «diques que bloquean la circulación de arena hacia el sur».
El pasado mes de julio, la aparición de un vertido de fuel de un buque que sepultó de chapapote casi tres kilómetros de los arenales del sur hizo saltar todas las alarmas. Capitanía Marítima y la Fiscalía todavía andan detrás del asunto tratando de estrechar el cerco de una investigación de la que se tienen aún más preguntas que respuestas.
Publicidad
Cuando el golpe del combustible de barco todavía no había terminado de ser digerido por las playas del parque natural, hace poco más de un mes llegó la riada que dejó una estampa capaz de apenar a cualquier valenciano, sobre todo en el año en el que las administraciones responsables del cuidado de la Albufera querían impulsar su declaración como Reserva de la Biosfera ante la Unesco tras haber alcanzado un pacto histórico como venía pidiendo LAS PROVINCIAS.
Noticia relacionada
La recuperación de la Albufera ha conseguido aunar el consenso político sin partidismos de por medio. El Gobierno inyectará 30 millones de euros para la rehabilitación del lago a los que cabe sumar el contrato de 8,5 millones de euros impulsado el Ayuntamiento de Valencia con el mismo fin para lista la restauración del humedal el 1 de marzo de 2025. Desde el Consell también dan motivos para la esperanza. Sin ir más lejos, desde la Conselleria de Medio Ambiente aseguraron que los resultados de los análisis encargados hace dos semanas por el Consistorio valenciano arrojaron «buenos resultados».
Publicidad
«Muestran algunos parámetros como consecuencia de todo lo arrastrado por las inundaciones pero ninguno en valores altos porque está todo muy diluido», indicaron desde el departamento dirigido por el conseller Vicente Martínez Mus, donde están convencidos de que estos parámetros mejorarán gracias a la retirada de 750 metros cúbicos de residuos y a la instalación de una tubería de bombeo y un colector en el barranco del Poyo a la altura de Picanya por valor de 12,5 millones de euros para evitar la entrada de vertidos a la Albufera.
Empieza febrero de la mejor forma y suscríbete por menos de 5€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Te puede interesar
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.