![Las malladas de la Albufera permiten luchar contra el cambio climático](https://s2.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2024/09/11/mallada-RtcGsP6MqIf2Z8K3gDfmWrL-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
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La Albufera es un Parque Natural de gran diversidad natural. Este tesoro valenciano es uno de los humedales costeros más representativo y valioso de la Comunidad Valenciana y de la cuenca mediterránea. Cuando uno piensa en la Albufera, normalmente lo primero que se le viene a la cabeza es el lago, dado que es quien da nombre al Parque. Sin embargo, existen otros ambientes que también juegan un papel importante en el proceso natural del funcionamiento del ecosistema. En este sentido, un estudio de la Universitat de València (UV) pone el foco en las malladas y su capacidad de absorción de carbono para mitigar el cambio climático.
La Albufera ofrece distintos hábitats que conviven y que van más allá de esa gran masa de agua dulce que es el lago. Uno de ellos es la Restinga, formada por cuatro ambientes: la playa, el cordón de dunas delanteras, el sistema dunar interno y las malladas. Las malladas son depresiones entre dunas situadas tras la pinada de la Devesa donde predominan suelos que se encharcan en la época de lluvia secan por la evaporación de las épocas más cálidas, provocando así que se salinice el suelo de manera progresiva. Esta sal aparece porque las aguas subterráneas de la Devesa provienen del mar.
Dentro de este ecosistema, la Universitat de València realiza un estudio dentro del Proyecto Life de la Unión Europea y que coordina la organización Global Nature. Toni Camacho, catedrático de Ecología y Director del grupo de Limnología del Instituto Cavanilles perteneciente a la UV, explica qué papel pueden jugar las malladas de la Albufera para la lucha contra el cambio climático: «Se trata de un proyecto que busca la mejor gestión de humedales para que actúen como sumideros de la huella de carbono».
El estudio se realiza en distintos humedales de España, y la Albufera es uno de los más importantes del Mediterráneo. «El objetivo es manejar el hábitat, en este caso las malladas, para encontrar el el punto óptimo de su ser que permita actuar contra los gases de efecto invernadero», afirma Camacho. En este sentido, el catedrático afirma que se analiza el ambiente, se crean medidas y se testean, hasta encontrar la reconstrucción ecológica «óptima» que permita convertir las malladas en sumideros de carbono. «Todos los agentes del ecosistema juegan un papel fundamental. Podemos actuar sobre el suelo, el estudio de los microorganismos que absorben ese carbono o acciones sobre la vegetación como siegas controladas», sentencia.
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Hasta la fecha, según explica Camacho, las acciones sobre la vegetación son las que hasta ahora han dado mejores resultados. En esta línea del estudio, cuando estos testeos alcanzan un buen resultado, Global Nature, que es la coordinadora del proyecto Life, aplica esas medidas en humedales del resto de España. Es decir, las medidas aplicadas en la Albufera sirven de ejemplo para que otros sistemas húmedos puedan servir de manera natural como agentes que actúan para mitigar el cambio climático.
De hecho, según explica Camacho, las malladas no son el único hábitat en el que realizan estudios con estos objetivos, si no también tienen proyectos similares en los arrozales o en el propio lago. En definitiva, el estudio que dirige Toni Camacho y que realiza junto a su equipo trata de conseguir que la Albufera, además de ser un entorno natural de gran belleza, actúe como actor natural en la lucha contra las emisiones de gases de efecto invernadero.
En este sentido, cabe recordar que el Ayuntamiento de Valencia junto con Global Omnium han aplicado por primera vez el proyecto Hortigo2, una medición de la absorción de carbono por parte de la huerta valenciana que emiten distintas actividades de la ciudad de Valencia. El primer programa de testeo midió las emisiones de la Valencia Climates Week celebrada en la capital del Turia con motivo de la capitalidad verde 2024. En esta línea, el proyecto transforma en valor monetario esas emisiones, y el cheque se envía a implantar mejoras ecológicas de la huerta para que su absorción de CO2 sea aún mayor.
En esta línea, durante la presentación que realizó María José Catalá, la alcaldesa afirmó que solicitarían al estado español cambiar la normativa de los humedales, para que se pueda implementar también este proyecto en la Albufera. «Una vez veamos que funciona Hortigo2 en la huerta de Valencia como terreno de absorción de la huella de carbono, queremos solicitar que este tipo de inversiones que compensan el impacto ambiental se puedan hacer también en la Albufera», afirmó Catalá y añadió, «Tenemos el mar Mediterráneo, la huerta y la Albufera. Debemos llevar a cabo estas iniciativas que ayuden a conservar lo que tenemos».
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