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Paco Moreno y MARC ESCRIBANO
Valencia
Lunes, 28 de noviembre 2022, 13:21
«Estamos asustados y aturdidos», ha sido lo primero que ha dicho el presidente de la falla Ripalda-Beneficencia-San Ramón, Alberto Gay, al recordar para LAS PROVINCIAS lo sucedido la madrugada de este domingo, cuando los falleros sufrieron una agresión absurda y gratuita ... por parte de una veintena de jóvenes en su casal, situado en el número 26 de la calle San Ramón. Cuatro fueron detenidos después, tras dejar cuatro heridos.
«Nos atacaron en plan jauría», señala Gay, quien rememora un incidente que se saldó con cuatro personas atendidas por los sanitarios debido a heridas y contusiones. El más grave necesitó siete puntos de sutura en la cabeza. «Dos fueron llevados a un hospital, aunque por fortuna todos ya están en casa», señala.
A las pocas horas, habían recibido la solidaridad de la Junta Central Fallera, la Interagrupación de Fallas y los delegados del sector de Ciutat Vella. En varias de estas comunicaciones se alertaba del aumento de la violencia.
La agresión ocurrió pasadas las cuatro de la madrugada. Antes, en el casal se había celebrado la fiesta por el nombramiento de la fallera mayor y quedaban en el local una veintena de personas. «Entraron tres jóvenes y pensábamos que conocían a alguien, pero enseguida se pusieron bordes y agresivos, por lo que les pedimos que se marcharan», recuerda Gay.
A partir de ahí se desencadenó un ataque con piedras, botellas y cinturones, enumera el presidente de la comisión, quien se había ido a casa un rato antes y ha recogido los testimonios de todos los afectados. «En el parte médico del que está más grave, con la brecha en la cabeza, figura que debió ser agredido con un objeto contundente», dice, para apuntar que posiblemente fuera una barra de hierro o similar.
Los falleros, tras sacar a los tres citados del casal, lo fueron acompañando para que se alejaran unos metros, en dirección a las calles Beneficencia y Corona, aunque entonces se toparon con una veintena de jóvenes que reforzaron el ataque, por lo que tuvieron que refugiarse a toda prisa en el casal de la calle San Ramón.
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«Yo soy de aquí, del Carmen, y recuerdo a los yonkies de los años 80, aunque esto es diferente, es más grave porque son más destructivos y todo está derivando en un clima más peligroso», indica acerca de los grupos de jóvenes que acuden los fines de semana al barrio. «Posiblemenente los que nos atacaron fueron los mismos que antes estaban en la plaza del Ayuntamiento», comenta sobre el otro incidente ocurrido este fin de semana.
Señaló que es «normal que ronde por el barrio, es tremendo lo que está pasando. Sabemos que hay operativos de la Policía los fines de semana, pero hace falta esforzarse más. Estamos preocupados por lo que puede pasar en Fallas», comenta, para recordar la incidencia de algún pub cercano en la calle Corona. «Se llegan a juntar 200 personas en la calle», finaliza, no sin antes denunciar el «clima de inseguridad del barrio, que va a más, no podemos consentir la violencia».
Una de las víctimas, que prefiere no publicar su nombre, recibió un golpe en la cabeza que le provocó una herida de casi nueve centímetros que ha requerido de siete puntos de sutura. «Para mí fue muy rápido. Fui hacia allá para separar a dos o tres que habían tirado a un compañero al suelo y me pegaron por detrás con una barra de hierro o un cinturón con hebilla. Caí redondo y saqué fuerzas no sé de dónde para taparme la brecha y meterme en la falla corriendo. A mi tío de 66 años también lo tiraron al suelo y le dieron patadas. La madre de la fallera mayor lleva un bulto en la rodilla importante debido a un botellazo», asegura.
«No eran extranjeros, son de aquí. Alguno puede tener ascendencia, pero son chiquillos de institutos de aquí, valencianos. Niños así raperitos, que iban vestidos con ropa de marca, que algunos no llegarían ni al 1,50 de altura. Nosotros no pensamos en agredirlos ni nada, porque si le pego a uno y con la desgracia lo mato, el marrón me lo como yo. Ellos en cambio te inflan a golpes y no les pasa nada», cuenta el fallero agredido.
«Eran todo críos, chicos y chicas que decían barbaridades. Luego al día siguiente lo tuve que limpiar, estaba la calle llena de sangre. Salí porque dos chicas le pegaron un golpe a mi puerta. Pero es que esto pasa todos los fines de semana. El germen de todo esto es la discoteca que hay en la calle Corona. Luego vienen aquí a hacer de todo y dejan todo sucio», afirma un vecino del barrio que presenció la pelea.
«Estaba en la plaza del Ayuntamiento cuando empezaron a correr», recordó Julia Martínez, gerente de la asociación de Comerciantes del Centro Histórico, sobre lo sucedido el sábado por la noche. Acudía a las últimas horas de la pista de patinaje y otras atracciones instaladas por la entidad para la campaña de Navidad en la plaza.
De manera inmediata, solicitó tanto al Ayuntamiento como a la Delegación del Gobierno un refuerzo en la vigilancia y patrullas estas navidades. Lo sucedido antes, con navajazos incluido, y puede perjudicar mucho las ventas de unos comercios que se enfrentan a la última oportunidad para equilibrar sus maltrechas cuentas este año. Los más de 30 jóvenes que se juntaron a unos metros del Ágora del Diseño para una breve pelea campal, hasta que llegaron los refuerzos policiales, no tiene buena pinta.
De ahí que para Martínez sea «esencial» recuperar la propuesta de los comerciantes de hace años de colocar cámaras de videovigilancia en las zonas más comerciales y transitadas por los turistas, sobre todo desde que se han peatonalizado.
La plaza de la Reina, la plaza del Ayuntamiento o el entorno de la Lonja son algunos de los lugares donde los comerciantes apuntan al uso de esta tecnología. «Si está disponible, no hay razón para dejar de utilizarla porque como prevención sirve», dijo acerca de unos lugares que por razones obvias han ganado mucha carga de paso de viandantes, además de las numerosas actividades que se suelen programar.
Martínez alertó también de la presencia de carteristas en el centro, lo que cíclicamente es una denuncia del sector. «Son detenidas y al poco tiempo ya están otra vez por aquí», dijo en referencia a un grupo de mujeres «disfrazadas» de turistas. «Dos engañan y distraen y las otras cogen lo que pueden de los bolsos y las mochilas», señaló.
Por su parte, Rafael Mampel, presidente de la asociación de vecinos de Ciutat Vella, se mostró convencido de que la única solución es el refuerzo policial. «Se notan los incidentes cada vez más porque vemos a los grupos de jóvenes a diario. Hay que poner agentes de guardia», señaló.
Más recursos para los agentes, con porras idénticas a las que lleva la Policía Nacional, cascos y escudos, así como vehículos más «endurecidos» para soportar por ejemplo una pedrada. Es la primera petición del coordinador en el Ayuntamiento del Sindicato Profesional de Policías Locales y Bomberos, Vicente Gil, al analizar cómo debe prepararse el Ayuntamiento ante el aumento de violencia callejera.
«Hace falta un refuerzo de agentes y también de recursos. Ahora tenemos dos pistolas TASER en cada distrito y para defendernos una porra extensible, que es insuficiente ante estas situaciones. No se pueden controlar, en definitiva». El representante sindical habló también de que este material debería llegar «con urgencia a la Unidad UCOS», los que acudieron por ejemplo a la plaza del Ayuntamiento la noche del sábado cuando se produjo una algarada entre al menos 30 personas.
Gil destacó también la necesidad de contar con vehículos preparados, para minimizar el efecto de otros recursos como los esprays de pimienta o las cámaras de videovigilancia. «Tienen una eficacia muy limitada», señaló.
Por su parte, la portavoz del grupo popular, María José Catalá, volvió a reclamar a Compromís y el PSPV un plan para «erradicar la inseguridad ciudadana en las calles de Valencia que va a más en los barrios de la ciudad de Valencia con unos índices delictivos de los más altos de España». En su opinión, cada día «son más los episodios de violencia los que se viven en nuestros barrios y es evidente que existe una falta de agentes de policía».
«Especialmente y ante la llegada de la campaña de Navidad es más necesario que nunca que se refuerce la seguridad en los puntos más transitados de la ciudad, pues hechos como los ocurridos en plena plaza del Ayuntamiento o el ocurrido en la calle Xàtiva hace un mes no pueden volver a ocurrir», señaló.
La portavoz del PP afirmó que «a Ribó se le ha ido de las manos la seguridad de Valencia pese a nuestras advertencias. Es lamentable que estemos entre las tres ciudades de España con mayor incremento de infracciones penales porque Compromís y PSPVno han querido tomar medidas. Con 169 delitos al día frente a los 129 del primer semestre de 2021. Con estos números el equipo de gobierno se tendría que tomar el tema en serio».
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